Bienvenidos a Oymyakon, un pueblo donde se espera que los estudiantes vayan a clase hasta que las temperaturas alcancen los -52ºC (-62ºF). El remoto pueblo siberiano es considerado el asentamiento permanentemente habitado más frío de todo el mundo, y acaba de desplomarse hacia un invierno de -62ºC (-80ºF), haciendo que nuestras quejas diarias sobre el tiempo suenen más que estúpidas.
El fotógrafo, Amos Chapple, viajó allí para aventurarse en el frío. “La primera vez que puse un pie a -47ºC (-52°F), llevaba pantalones finos,” decía Chapple. “Recuerdo sentir que el frío estaba agarrándose a mis piernas físicamente, la otra sorpresa fue que, por momentos, mi saliva se congelaba formando agujas que se me clavaban en los labios.”
Esta vez, no obstante, el frío es incluso mayor, no solo enganchándose a las piernas sino también convirtiendo las pestañas de la gente en carámbanos. La estación meteorológica oficial del ‘polo del frío’ ha registrado -59°C (-74°F), pero un nuevo termómetro electrónico asegura que la temperatura era de -62°C (-80°F). De hecho, incluso dejó de funcionar al llegar a esa dolorosa cifra. Algunos de los 500 locales van más allá, asegurando que la temperatura era tan baja que llegaba a -68°C (-90°F).
Durante los 1920s y 1930s, Oymyakon era una parada para los pastores de renos que daban de beber a sus rebaños en las aguas termales. En un intento de forzar a su nómada población a echar raíces, el gobierno soviético transformaría más tarde el sitio en un asentamiento permanente. En 1933, el pueblo registró una temperatura de -67.7°C (−89.9°F), aceptada como la más baja dada nunca en el hemisferio norte.
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Vía: Panda Curioso