La medicina ha atravesado un camino largo en el tratamiento de diversas enfermedades, desde una flebotomía hasta el cultivo de tejidos artificiales. Pero hace tiempo, cuando las personas simplemente padecían un trastorno estomacal, eran sometidas a un procedimiento inseguro de enema de humo de tabaco. Y los pacientes con enfermedades menos estudiadas incluso tenían una suerte peor. Así, por ejemplo, los trastornos mentales fueron tratados con lobotomía o con sesiones de exorcismo.
Recopilamos los métodos más aterradores para el tratamiento de enfermedades mentales que fueron practicados por nuestros antepasados. Al final de la publicación, te espera una imagen que seguramente te causará sentimientos encontrados.
1. Electrochoque
La terapia electroconvulsiva se introdujo a la práctica en 1930 como un método para combatir la depresión severa y el extraño síndrome demoníaco. Bajo este tratamiento, una corriente eléctrica pasa a través del cerebro del paciente, lo que causa un ataque convulsivo. Uno de los principales efectos secundarios es el riesgo de perder de la memoria.
A pesar de que el método evolucionó de algún tipo de tortura a un procedimiento “civilizado” y a tratamiento suficientemente eficaz, algunos científicos todavía creen que este método está sujeto a discución.
Los temores de los especialistas acerca de la inseguridad de la terapia electroconvulsiva difícilmente puedan considerarse infundadas. Por ejemplo, el escritor estadounidense Ernest Hemingway se suicidó justo después de tomar una sesión de terapia de electrochoque en una clínica psiquiátrica en 1961. El tratamiento no solo empeoró la memoria del escritor, sino que también le quitó la posibilidad de escribir.
“¿Qué sentido tenía destruir mi cerebro, borrar mi memoria, la cual es mi capital principal, y arrojarme al borde de la vida? Fue un tratamiento brillante, solamente que el paciente se perdió”.
2. Lobotomía cerebral
A Howard Dully de 12 años, le recetaron una lobotomía debido a su mal comportamiento. Estados Unidos, 1960.
En 1949 el portugués Egas Moniz recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por la elaboración de un método inusual y, según sus propias palabras, eficaz para curar los trastornos mentales. Bajo su supervisión se realizó por primera vez una operación durante la cual se cortaron las fibras en el lóbulo frontal del cerebro del paciente. Moniz creía que precisamente en esta área se encontraban “neuronas defectuosas” que afectaban negativamente a la psique humana.
A pesar de las críticas de los científicos que argumentaron que la consecuencia del procedimiento podría ser la degradación de la persona, la lobotomía se practicó ampliamente. Así, por ejemplo, a mediados de los años ’40 en los Estados Unidos lo manejaba Walter Freeman, a quien su falta de experiencia en la cirugía no le impidió desarrollar un “nuevo método” de lobotomía.
Con la ayuda de una herramienta quirúrgica, que a menudo no era estéril, parecida a un cuchillo para romper el hielo, Freeman hacía un hoyo en los huesos de la cuenca del ojo y metía la herramineta en el cerebro del paciente. El desastroso médico logró llevar a cabo 3.500 operaciones durante su “viaje” por todo el país en su camioneta a la que llamó “lobotomobile”.
Recién en la década de 1950, cuando las horribles consecuencias de la operación se hicieron evidentes, fue oficialmente prohibido en la mayoría de los países.
Una de las víctimas de la lobotomía como método de tratamiento fue la hermana del presidente estadounidense John F. Kennedy, Rose Mary Kennedy. Ante cambios de humor y brotes de agresión, a la chica de 23 años le recetaron una lobotomía. El procedimiento se llevó a cabo por insistencia de su padre y redujo las capacidades mentales de Rose Mary al nivel de un niño de 2 años, convirtiendo permanentemente a esta chica en una persona con discapacidad.
3. Exorcismo
En muchas culturas se consideraba que los demonios eran los que causaban las desviaciones mentales a los pacientes. En el entorno religioso se trataron diferentes trastornos mentales, pero sobre todo la esquizofrenia y el trastorno de ansiedad.
De acuerdo con estudios, el procedimiento del ritual para expulsar al diablo no produjo resultados positivos en los pacientes, sino únicamente un mayor trauma psicológico.
Por desgracia, el exorcismo hasta hoy en día se practica a puertas cerradas en algunas organizaciones religiosas, a pesar de que la ciencia se niega a reconocerlo como un método para tratar enfermedades mentales.
4. Nido de serpientes
Si el rito del exorcismo no daba los resultados deseados, en la Edad Media al poseído le esperaba otra pavorosa prueba: mantenían al paciente sobre un hoyo con serpientes venenosas. Los espíritus malignos y otros demonios supuestamente tenían que asustarse y abandonar el cuerpo del desdichado.
Esta medida absolutamente inhumana se practicó para curar las enfermedades mentales hasta mediados del siglo XX.
5. Hidroterapia
Pacientes en cabinas de vapor, 1910.
A principios del siglo XX, gracias al trabajo y esfuerzo de Sigmund Freud y Carl Gustav Jung, y también a sus no tan conocidos colegas, el tratamiento para las personas con enfermedades mentales cambió radicalmente. El psicoanálisis ayudó a rechazar los métodos primitivos y a menudo brutales del tratamiento de los pacientes con trastornos mentales.
Sin embargo, en muchas instituciones, los doctores continuaron usando procedimientos físicos. Por ejemplo, la hidroterapia. Y de ninguna manera era parecido a un relajante baño con sal y sustancias aromáticas. La hidroterapia era más parecida a la tortura, envolvían a los pacientes en capas de hielo y tenían que quedarse allí durante horas. Eran regados con el potente chorro de agua de una manguera de bomberos.
Afortunadamente, todos estos baños de agua forman parte del pasado.
6. Trepanación
La trepanación del cráneo es tal vez la operación más antigua en la historia de la humanidad y fue diseñada para curar al paciente de un trastorno mental. Al perforar un agujero en el cráneo, los médicos antiguos tenían esperanza de que así se libraran de los malos espíritus de la mente humana, cuyo comportamiento se desviaba de las normas.
Petroglifos de la prehistoria muestran que las personas primitivas tenían fe en que la trepanación podía disipar la epilepsia, las migrañas y una serie de enfermedades mentales.
Numerosos hallazgos arqueológicos indican que la trepanación fue utilizada por diferentes pueblos del mundo desde la antigüedad hasta el siglo XX, cuando el procedimiento se dejó de practicar como tratamiento para trastornos mentales. Hoy en día la trepanación se utiliza en la cirugía, pero no es la “perforación” primitiva del tejido cerebral, provocando su destrucción. Durante la complicada operación se extirpa una parte del hueso del cráneo para permitir el acceso al cerebro del paciente.
La trepanación está diseñada solo para pacientes en casos extremos, hemorragia cerebral, hematomas y edemas del cerebro, absceso cerebral y tumores. Bajo otra situación, los doctores intentan recurrir a métodos de tratamiento menos peligrosos y traumáticos.
La trepanación también se utilizó en rituales. En el Tíbet, se descubrió que el don de la clarividencia a menudo se manifestaba a causa de un trauma en la cabeza. Esto condujo a los antiguos monjes a la idea de la apertura artificial de un “tercer ojo”.
Los monjes seleccionados se hacían un agujero en medio de la frente, y luego durante unos días lo cerraban con una cuña de madera y ungüentos medicinales. Vale la pena mencionar el alto porcentaje de muertes entre los clarividentes fallidos.
7. Orgasmo
Una mujer que padece histeria está bajo la influencia de la hipnosis.
Una paciente sometida a un tratamiento por histeria duerme pacíficamente.
Lo que el hombre moderno llama hoy “el desconteto sexual femenino”, durante muchos siglos se consideró una patología. En la Grecia antigua, durante un tiempo se llegó a pensar que el útero era un ser vivo que se movía a través del cuerpo femenino, provocando así una extraña enfermedad: histeria.
Los pacientes se quejaban de insomnio, fantasías sexuales, pesadez en la parte inferior del abdomen, ansiedad, irritabilidad y nerviosismo. A principios del siglo XX, finalmente se encontró un método de tratamiento con una efectividad del 100 por ciento: el orgasmo. Los pacientes fueron llevados a un paroxismo, después del cual desaparecieron todos los síntomas del trastorno.
El desarrollo de ideas sobre la sexualidad femenina llevó a los médicos a inventar los primeros vibradores, los cuales resultaron ser un remedio extremadamente efectivo en la lucha contra la histeria femenina.
8. Flebotomía
Rara fotografía de un doctor realizando una flebotomía médica, 1860.
Se dice que este método de tratamiento comenzó a ser ampliamente utilizado desde los años 1600 en Europa Occidental. Sin embargo, la flebotomía fue activamente practicada por los antiguos griegos, ellos creían que casi todas las enfermedades humanas, incluyendo las mentales, se desarrollaban debido a desequilibrios de fluidos en el cuerpo tales como sangre, bilis y esputo.
Para tratar la “melancolía de la sangre” de un paciente mentalmente enfermo, se utilizaban sanguijuelas. A veces, durante el curso de dicho tratamiento se incluía también la provocación de vómitos, lo cual también se suponía que ayudaría a eliminar del cuerpo los “líquidos nocivos”. Esta práctica subsistió hasta finales del siglo XIX.
Cirujano realizando una flebotomía, 1700.
La flebotomía se utilizó para tratar enfermedades tanto mentales como físicas y también para fines preventivos. Por ejemplo, para mantenerse saludable, una persona en primavera podía hacerse una flebotomía, porque en ese momento, a juicio de los médicos, la sangre era más líquida.