Hemos encontrado proposiciones en las que parecería que difícilmente podría creer una persona adulta. Pero la historia demuestra lo contrario: en la Edad Media, mientras la ciencia atravesaba tiempos difíciles, la gente tomaba por ciertas todo tipo de locuras.
Aunque debemos reconocer que también nosotros tenemos muchos conceptos erróneos sobre la antigüedad: te contamos sobre uno de ellos en calidad de bono al final del artículo.
13. Dentro de los espermatozoides hay personas pequeñas
Sí, sí, era exactamente lo que pensaban los eruditos en los siglos XVII y XVIII. Es más, creían que el niño ya estaba completamente formado dentro del esperma, y que solo necesitaba crecer. En cuanto a la participación de la mujer, supuestamente ella solo servía de “incubadora”.
Poco tiempo después aparecieron los opositores de esta idea, que argumentaban que el germen de la vida ya estaba en el cuerpo femenino, y que la semilla masculina solo la despertaba. Finalmente resultó que la verdad estaba en algún lugar entre ambas teorías.
12. Titivillus
En la Edad Media, las “impresoras de textos” eran los monjes que escribían a mano grandes cantidades de libros. No es de extrañar que a veces cometieran errores. Pero aparentemente no querían reconocerlo, porque inventaron un demonio especial de los errores: Titivillus.
Supuestamente, el pícaro juntaba todos los errores de un monje en una bolsa para que, después de la muerte de este, el diablo pudiera presentárselos y reducir sus posibilidades de entrar al paraíso.
11. El corazón se enterraba separado de la persona
Antiguamente, transportar cuerpos era un asunto muy difícil, pero ¿y si el fallecido había pedido ser enterrarlo en algún lugar significativo para él? Para esos casos, a la gente del siglo X se le ocurrió extraer el corazón y enterrarlo allí donde no había forma de sepultar al difunto.
Solo los ricos podían permitirse algo así. Entre ellos estaban Ana Bolena, Ricardo I y Frédéric Chopin.
10. Un animal podía ser citado a la corte
Antes, los animales podían convertirse en delincuentes. Podían ser llevados a juicio con un verdadero abogado y un juez, y podían ser encarcelados e incluso ahorcados.
Una vez, en Lausana, la corte citó a unas orugas que habían sido demandadas por comerse las plantas en los jardines. Ellas no comparecieron. Entonces fueron excomulgadas y se les ordenó abandonar la ciudad.
Los gatos eran los animales más ejecutados porque se consideraba que eran los secuaces del diablo. Esto llevó a un exterminio que causó una gran proliferación de roedores que infectaron de peste a toda Europa. ¡Esto sí que es un crimen!
9. En el Pacífico, solía haber un gran continente
Hace mucho tiempo, diferentes naciones creían que en el medio del Océano Pacífico había un continente que se hundió. Era llamado de distintas maneras: Pacifida, Mu o Lemuria. Se creía que una de las pruebas indirectas eran las leyendas de la isla de Pascua, que contaban sobre una enorme isla que se hundió poco a poco hasta sumergirse por completo.
8. La sangre de los gladiadores ayuda a curar la epilepsia
Antes de las batallas, los gladiadores de la antigua Roma hacían sacrificios sangrientos a los dioses, que les daban fuerza y resistencia. Eso hacía que la gente pensara que la sangre de estos guerreros tenía propiedades milagrosas.
El famoso Plinio escribió sobre esto: “Los epilépticos beben la sangre de los gladiadores como si fuera la copa de la vida. Creen que es mejor beberla caliente, mientras la persona todavía respira”.
7. Las brujas trataban a los genitales masculinos como mascotas
En el conocido trabajo “El martillo de las brujas” se menciona que las brujas se robaban los genitales de los hombres y los trataban como mascotas. Es decir, que los ponían en un nido y los alimentaban.
Lo más extraño es que esta historia no vino de la nada: en medicina existe algo conocido como el síndrome de Koro. Las personas que lo padecen creen que algunos de sus órganos han desaparecido repentinamente. Y como es de esperar, en la Edad Media la culpa de esta “desaparición” recaía en las brujas.
6. Los espíritus malignos viven en las coles de Bruselas
Hoy en día, en los países occidentales, antes de preparar las coles de Bruselas algunas amas de casa realizan en cada tallo un corte en forma de cruz. Y aunque dicen que así el vegetal se cocina más rápido, este hábito se origina en otra parte.
En la Gran Bretaña medieval se creía que entre las hojas de la col se escondían pequeños demonios. Si alguien accidentalmente se comía uno, corría el riesgo de tener una indigestión. Suena muy parecido a los microorganismos, ¿verdad? No sabemos qué se pensaba sobre lavar los vegetales, pero la gente medieval inventó estos cortes para “bautizar” a la col.
5. Algunos animales nacen por sí solos
En la Edad Media se creía que el moho, los gusanos y los insectos podían simplemente aparecer de los desechos, suciedad o polvo por los designios de las fuerzas del mal. Con el bajo nivel de desarrollo de la biología que había entonces, no es de extrañar que esta fuera la única explicación natural.
Lo extraño es que los ratones y las ratas también contaban con la propiedad de nacer por su propia cuenta. Aunque no hay que ser un iluminado de la ciencia para descubrir cómo los roedores se reproducen realmente.
4. Las abejas son pájaros
El bestiario medieval, o el conjunto de artículos sobre animales sigue siendo una lectura muy interesante en nuestro tiempo. Por ejemplo, las abejas eran consideradas aves pequeñas y muy extrañas que no solo producían miel, sino que también libraban guerras con otras colmenas. Se creía que si una abeja violaba la ley de su colmena, se picaba a sí misma por la insoportable sensación de culpa, y moría.
3. Y los castores son peces
En primer lugar, por alguna razón el castor se consideraba un pez, y su carne se podía comer en cuaresma.
En segundo lugar, los testículos del castor tenían un alto valor curativo, lo que hacía que fuera un animal muy cazado en la Edad Media. Se creía que cuando un castor entendía que no podría escapar de sus cazadores, se mordía los testículos y así se salvaba.
Esta leyenda tiene un lado racional: el chorro del castor, o el secreto de las glándulas del castor, sigue siendo muy apreciado por los perfumistas hoy en día.
2. Los bebés no sienten dolor
La afirmación de que los niños pequeños no sienten dolor parece ser el delirio de un loco, pero recién hace 30 años que se logró probar lo contrario. Se creía que el cerebro de los bebés no era lo suficientemente desarrollado.
Con lo cual, antes se solía operar a los bebés sin anestesia, y si lloraban se lo atribuía a simples caprichos.
1. Cierta combinación de notas puede hacer aparecer al diablo
En la Edad Media, la iglesia prohibía una cierta combinación de sonidos en la música: el tritono (cuando hay un intervalo de tonos entre las notas), porque esta combinación sonaba demasiado “satánica”.
Si una persona era sorprendida ejecutando música que utilizara tritonos, podía ser arrojada a los sótanos de la Inquisición.
El sonido de un tritono se puede escuchar aquí.
Bono: lo que creemos sobre la Edad Media
Aunque la Edad Media se considera con razón una época oscura, muchos de los rumores son exagerados. Por ejemplo, que las personas se lavaban una vez en la vida o que las mujeres eran humilladas constantemente y no se consideraban personas.
En realidad, aunque hubiera precedentes de este tipo y, en general, las mujeres se consideraran personas de segunda clase, su posición no era tan deplorable como pensamos, y no permanecían todo el día en su castillo leyendo la Biblia.
Y no todas las jóvenes que no se casaban terminaban en un monasterio. Algunas ayudaban a sus padres en el hogar (¿por qué perder un par de manos?), otras aprendían una profesión y trabajaban casi a la par de un hombre promedio.
Como se puede ver en estos dibujos, las mujeres de clases bajas tenían todo el derecho a dominar cualquier tipo de oficio.
Las mujeres trabajaban como escribas, encuadernadoras, vendedoras de libros, cerveceras, lavanderas, incluso constructoras, albañiles y vidrieras.
Por ejemplo, aquí una mujer está dibujando un retrato.