A todos nos gusta salir a tomar una copa con nuestros amigos, tomar un café con los colegas o una cena con un ser querido. Y después de haber escogido cuidadosamente el lugar, podemos estar satisfechos con la experiencia… hasta que llega la hora de pagar la cuenta. Nos complace decirte que este sentimiento puede surgir, no porque seas tacaño o ahorrativo, sino por culpa de algunos trucos del mismo restaurante.
Reunímos 9 maneras en que los restaurantes nos engañan para que al final de la cena, tengamos que pagar un valor mucho más alto del que esperábamos.
Diseño del menú
Los menús están diseñados, no solo para ser vistosos y agradables a la vista, sino también para ser de gran utilidad para el restaurante. Están hechos de tal manera que no se puede comparar el precio de platos que contienen los mismos ingredientes. Simplemente estarán en diferentes lados del menú.
Tamaños de porciones indistintas
Muchos restaurantes evitan poner los tamaños de las porciones reales en el menú, pero el mesero está obligado a compartir esta información contigo cuando se le solicite. Además, no caigas en la “trampa de la porción de carne”: si el menú dice que tu filete será de 300 g, debe haber 300 g en tu plato cuando esté cocinado. Algunos restaurantes pesan la masa de la carne antes de cocinarla (cuando es más grande), por lo que eventualmente pides más comida cuando no estás satisfecho con lo primero que ordenaste.
Sin los símbolos de la moneda
Muchos restaurantes evitan colocar en sus carteles el símbolo de la moneda (dólar, peso, euro) en su menú porque te hace pensar en dinero, alejando tu atención de los alimentos tentadores.
Adjetivos que te enganchan
Hablando de tentadores, ¿alguna vez te has dado cuenta de lo apetitoso que parece un menú? “¡Pollo tierno!” y “¡Una deliciosa creación de nuestro chef!” siempre apelará a tus sentidos e imaginación. Te hará ordenar de manera diferente y es una forma subliminal de publicidad que seguramente te enganchará.
Marcas muy llamativas
“Salsa barbacoa de Jack Daniel’s”, “Cóctel de Coca-Cola”. Estos nombres te hacen pensar involuntariamente en las marcas que te gustan y, por lo tanto, sientes que también te encantará esta comida. Los restaurantes suelen utilizar nombres de marcas para vender más platos o impulsar ciertas comidas que, de lo contrario, parecerían aburridas.
Ambiente frío e iluminación
Está demostrado científicamente que las personas tienden a comer un 20% menos de alimentos en un entorno con luces tenues y temperaturas cálidas. Un restaurante que quiere ganar más dinero invertirá en iluminación brillante y aire acondicionado.
Pedidos múltiples
El mesero comenzará con el pedido de bebidas, luego la comida. Luego pasará por su mesa varias veces y estará cerca de ti tanto como sea posible creando un constante recordatorio de su existencia que puede presionarte para que consumas más.
Productos resaltados
¡No es raro que haya una sopa del día o un producto especial “hecho en casa” resaltado! Algunos de ellos son simplemente platos que el restaurante necesita impulsar, y es más probable que el cliente lo pida por ser el “plato especial”, ya que esta estrategia tiene una especie de efecto “programador” que hace que sientas la necesidad de pedir este producto.
Propinas
Existen posiciones muy controversiales sobre si se debe dar propina o no al mesero. Económica y financieramente, no es una muy buena práctica. Dependiendo de las propinas, los restaurantes pagan menos a sus empleados, y los clientes terminan con un desfalco al final de la noche.
Dependiendo del país, se cree que se debe dar entre el 10-15% del total en propina al mesero. Además, algunos restaurantes llegan incluso a incluir la propina en su cuenta sin preguntar.
Salir a cenar es una experiencia costosa si caes en estos pequeños trucos. Sin embargo, ahora puedes disfrutar de tu cita o salir por la noche sin gastar demasiado. ¿Tienes tus propios consejos para las personas que frecuentan los restaurantes? ¡Compártelos con nosotros en los comentarios! Y no olvides compartir esta valiosa información con tus amigos.