Mientras los atletas de Corea del Norte compiten en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang, en la vecina Corea del Sur, en un encuentro deportivo que ha servido para dilatar las tensiones en la península, crece la sombra de los terribles castigos que la delegación enviada por Pyongyang en 1966 sufrió por no obtener triunfos.
Aquel año, la selección norcoreana de fútbol hizo historia al llegar a la segunda ronda de la Copa Mundial en Inglaterra.
Pero tras perder 5-3 ante Portugal días después de haber sido vistos bebiendo con mujeres locales en público, el fundador y ex dictador del país Kim Il-sung ordenó su detención por no traer consigo la gloria nacional.
En su libro “Los Acuarios de Pyongyang”, el desertor norcoreano Kang Chol-Hwan cuenta que tuvo la oportunidad de conocer a la selección nacional de fútbol cuando estaba siendo recluidos en el campo de concentración de Yodok, también conocido como Campo 15.
Según su testimonio, el futbolista Pak Seung-zin se hizo famoso en el país por su capacidad para soportar la más cruel de las torturas. Otro recluso del equipo fue apodado “La Cucaracha” por engullir a cualquier insecto que pudiera encontrar para combatir los dolores que le provocaba el hambre mientras cumplía su castigo en una celda de aislamiento conocida como “la caja del sudor”.
El mismo destino cayó sobre la delegación norcoreana enviada a la Copa Mundial de Fútbol de 2010 en Sudáfrica cuando nuevamente perdió contra Portugal por 7-0.
En aquella ocasión, la FIFA se vio obligada a investigar si la delegación norcoreana fue castigada tras su eliminación.
Un trato similar recibió el equipo olímpico que viajó a Río de Janeiro en 2016 y regresó al país con solo dos medallas de oro. Según Toshimitsu Shigemura, un experto en Corea del Norte, los atletas que decepcionaron al régimen fueron castigados con peores condiciones de vivienda y una reducción de sus raciones de alimento.
“Aquellos que ganaron medallas serán recompensados con mejores asignaciones de vivienda, mejores raciones… y quizás otros regalos del régimen”, dijo.
Entre los afectados también fue incluida la célebre pesista Hyo Sim-choe, la favorita para obtener la medalla de oro pero que ese año debió conformarse con la de plata.
Según el desertor Kim Hyeong-soo, tanto los entrenadores como los atletas son castigados con meses de trabajo forzoso por defraudar las expectativas de la dinastía Kim. Aunque los castigos a los que son sometidos los prisioneros no siempre salen a la luz, algunas ilustraciones dibujadas por ex prisioneros develan una idea del trato al que son sometidos los prisioneros políticos.
En una serie de imágenes dibujada por reclusos que escaparon el país hermético y analizadas por las Naciones Unidas, un prisionero está siendo sometido a mantener una dura posición de estrés físico mientras que otra muestra a un preso encerrado en una jaula diminuta y tratando de capturar una rata para poder alimentarse.
Con las Olimpiadas de Invierno llegando a su fin el próximo fin de semana, los atletas de Corea del Norte, que aún no han obtenido ninguna medalla, podrían ser recibidos con un destino similar al de sus antecesores.
Con información de: Infobae