El compromiso de ser madre es grandísimo y es una responsabilidad muy importante; por eso nos parece imposible e inconcebible entender cómo una madre puede dejar a un lado su instinto maternal y lastimar a propósito a su propio hijo.
Hannah Turtle, de 22 años, se declaró culpable durante su juicio de haberle causado daño voluntariamente a su pequeño; después de que su juicio se pospusiera por su estado de salud, la mujer admitió haberle causado sufrimiento innecesario a su bebé y administrarle veneno.
La joven madre originaria de Shotton, Gales del Norte, cambió completamente su declaración delante del juzgado al admitir su culpabilidad y pedir clemencia por el terrible daño que le causó a su hijo, además de asesinarlo.
La mujer confesó haber sofocado a su bebé de tan solo siete semanas de nacido, además de envenenarlo gradualmente con sus antidepresivos agregados en su leche; la mujer se sentó en el banco del juzgado y estalló en llanto tras su confesión.
Esta terrible madre confesó cómo, antes de que su hijo muriera, escuchó voces en su cabeza que le decían que era una mala madre y que no merecía tener un hijo como él, esta mujer tapó la nariz de su pequeño impidiéndole respirar.
La madre del pequeño admitió haber matado a su bebé de solo siete semanas además de aceptar las dos acusaciones de suministrarle veneno de sus propias pastillas antidepresivas colocándolas en su botella de leche y 3 acusaciones de causarle maltrato innecesario.
De acuerdo con los resultados de los informes de evidencia psiquiátrica la mujer no poseía ninguna enfermedad mental, pero sí tuvo depresión postparto además de un problema de trastorno de personalidad.
Según el Juez Lewis, la acusada debía recibir como castigo cadena perpetua, pero debía dictaminar la sentencia mínima que debía cumplir antes de esto. Mientras eso ocurría, Turtle estuvo bajo custodia.
Sus testimonios en la Fiscalía cambiaron monumentalmente de un día a otro; según Turtle, le pellizcó la nariz a su bebé y se puso azul, después llamó a urgencia y fue atendido, pero días posteriores cambio su declaración.
La mujer contó cómo se sentó sobre el cuerpo de su hijo incluso cuando ya se encontraba sin vida, luego fingió haberlo encontrado muerto tras simular haber ido al baño y hablar con su suegra.
La mujer confesó que hizo esto un par de veces, en las primeras ocasiones el bebé sobrevivió al recibir atención médica; desafortunadamente, el pequeño no sobrevivió a esta última. Dentro de los castigos que recibió la mujer estuvo la prohibición de asistir al funeral de su hijo.
Es lamentable que un ser inocente tenga que sufrir horribles torturas a tan corta edad, y a la vez es un llamado de atención para estar siempre atentos a los bebés, ya sea que seamos sus padres, tíos, abuelos o familiares cercanos. Muchas veces las madres pueden no ser lo que esperamos.