Los atascos, los lunes, demasiado trabajo de repente en la oficina, los conflictos con los seres queridos y el café derramado sobre una camisa blanca recién planchada, son situaciones que pueden ocurrirle a cualquiera. Pero mantener el autocontrol, el equilibrio y la armonía en tales situaciones está lejos de ser algo común a todos.
Te ofrecemos conocer nuestra versión de lo que debe tener una persona mentalmente sana y, tal vez, ¡convertirse en alguien un poco más feliz!
1. Amarse a sí mismo
“Uno debe amarse y alabarse. ¡No podemos encargarles este asunto tan serio a los demás!”
Para empezar, comienza por aceptar completamente tu imperfección única. Sí, sí, y tu verruga en la nariz y tu afición inexplicable por un karaoke. Una persona armoniosa, o bien trabaja sobre sí mismo, o vive tranquilamente con las manifestaciones de su propia individualidad, pero nunca se dedica a autocastigarse.
En segundo lugar, presta más atención a tus sensaciones. Estar de mal humor es normal, así como pasar todo el fin de semana en la cama viendo series y comiendo pizza si no te apetece hacer nada más.
2. Amar a los demás
Construir tus relaciones y perfeccionarlas: suena algo aburrido y quizás pesado, ¿no te parece? Es mucho mejor rodearte de tu gente, la que es tan única como tú; respetarse y apreciarse mutuamente; estar al lado de ellos en esos momentos importantes y difíciles y, si uno puede o quiere, en el resto de los momentos que nos trae la vida.
Hazle una visita a tu abuelo, abraza a tu madre, expresa el amor que sientes por alguien, aprecia tus amistades, ¡sé una persona abierta! ¿Qué puedes perder, excepto tu soledad?
3. Ser autosuficiente
“Tú eres el cielo. Todo lo demás es solo el clima”.
El tiempo, a solas, sin ruidos a tu alrededor, los avisos constantes en tu teléfono inteligente y el parloteo de alguien cerca de ti, todos lo necesitamos. Los psicólogos coinciden en que, al menos una hora al día, debes disfrutar de eso. Añádelo a tu agenda y horario.
Lo principal en estos momentos mágicos es exhalar, darse cuenta del aquí y ahora, reflexionar sobre lo que sucedió, esbozar nuevos objetivos y simplemente soñar. Esta es la única forma de entender tus verdaderos deseos.
4. Confiar
La confianza es la base de una relación sana, tanto en el amor como en la amistad. A una persona armoniosa, completa y segura de sí misma y de su pareja no se le ocurrirá rastrear o seguir sus “Me gusta” en Instagram y revisar sus aplicaciones de mensajería instantánea de su pareja.
Pero estas personas evitan relaciones dependientes, más bien llamadas neuróticas, en las que constantemente experimentan incomodidad y descontento con el comportamiento de su pareja. El mundo está lleno de gente maravillosa, entonces, ¿por qué desperdiciar preciosos momentos de tu vida con aquellos que te hacen sentir infeliz?
5. Saber trabajar…
Según las estadísticas, solo el 10 por ciento de las personas de todo el mundo ama su trabajo. El 90 por ciento restante pasa los días de la semana esperando a que llegue la noche, el viernes o las vacaciones. Encontrar el trabajo de tu vida, del que obtienes placer, es una rareza y un golpe de suerte. Pero trabajar de tal manera para que tengas fuerzas para vivir es posible y uno puede y debe aprenderlo.
Una persona con una mentalidad sana nunca es un adicto al trabajo, pero siempre es un buen profesional. Existe un punto de equilibrio entre la obsesión por la carrera profesional y la permanencia en el lugar de trabajo sin tomar la iniciativa. ¡Dirígete justamente hacia ese punto!
6. …Y relajarse
No se trata solo de unas vacaciones. El descanso implica una multitud de cosas: desde la capacidad de relajarte después de un día agonizante y en tensión, hasta la habilidad de recuperarte tras sufrir un estrés severo.
Nuestros días están repletos de diferentes emociones y una persona con una mentalidad sana sabe cómo controlarlas, redirigirlas y, a veces, incluso soportarlas. El windsurf, origami, viajar solo a un lugar no turístico: todos tenemos nuestro propio “jardín secreto”, como dicen los franceses. Y ellos saben algo sobre el joie de vivre (la alegría de vivir).
7. Perdonar
¿Has escuchado una expresión parecida que habla sobre “la carga de las ofensas no perdonadas”? Esto sucede cuando en tu memoria se guarda un video completo y una biblioteca de sonidos de experiencias negativas y acontecimientos, conservados al más mínimo detalle. Estos “archivos” realmente pesan mucho y, claro está, dañan tu “sistema”.
La psicosomática (una ciencia que busca la conexión entre la psicología y las enfermedades corporales) es la causa de muchos males derivados de agravios no resueltos. Suponen problemas con el corazón (sobre el que se posa una carga pesada), con la garganta (al ingerirse los insultos) o con sobrepeso (porque las emociones negativas, a menudo, se comen). ¿De verdad que quieres eso para ti?
8. Aceptar lo inevitable
“Lo inevitable, acéptalo con dignidad”.
A veces sucede algo que no se puede solucionar y no albergamos poder alguno sobre las circunstancias. Incluso la persona con elevada voluntad y la mentalidad más sana, en estos momentos, pasa por tiempos difíciles, pero de otros se difiere por su capacidad de aprender a reconocer y aceptar lo inevitable.
Sí, está experimentando un verdadero dolor y tristeza, pero no se entretiene con estos sentimientos negativos, involucrando en el torbellino de sus propios sufrimientos a todos los que le rodean. No somos todopoderosos, pero el camino de la vida no termina ahí. Y cuanto más rápido te vuelvas a poner en pie, mejor.
9. Renunciar a la crítica fácil
Juzgando y criticando, no dices nada sobre el objeto de tu descontento, pero mucho sobre ti mismo. Renuncia a este mal hábito antes de que se convierta en algo inherente en ti.
Rompe el patrón y la próxima vez que tus amigas comiencen a chismorrear y juzgar a una compañera desconsiderada que volvió a gastar todo su sueldo en unos zapatos nuevos, sonríe y ponte de su parte. Defiende a los que no están presentes y no solo añadirás puntos positivos a tu karma, sino que también estarás un paso más cerca de equilibrar tu vida.
10. Poseer valores
En el siglo XIX, existía el concepto de “locura moral”: cuando una persona carecía de valores éticos y morales y no entendía de forma seria cómo comportarse. Ahora este término desapareció, el mundo se volvió más abierto y flexible.
Sin embargo, sigue siendo importante crear un sistema de valores propio y consultarlo cuando surjan situaciones contradictorias. De lo contrario, corres el riesgo de perderte y apartarte de tu propio camino.
11. Ver las cosas con perspectiva
¿Qué te hace despertarte por la mañana? ¿Abres los ojos con una sonrisa y te estiras, saboreando un nuevo día, o te sientes condenado a escapar de la manta, lanzando improperios a la alarma que suena ya por enésima vez? Bueno, para ser sinceros, la primera variante es una ficción literaria, pero la segunda tampoco puede ser la norma.
Por lo tanto, todos necesitamos deseos, objetivos y un plan de acción para conseguirlos. Nuestra naturaleza es así, tenemos que ver las cosas con perspectiva, para no envolvernos en una nube gris y triste que invada nuestra vida cotidiana.
12. Amar tu vida
“Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto”.
El pasado tiene una propiedad desagradable, pero, en general, resulta útil: no se puede cambiar. El futuro lo podemos dibujar en nuestra imaginación, pero seguirá siendo vago, difuso. Todo lo que tenemos está sucediendo aquí y ahora.
Incluso el cielo lluvioso y nublado para el hombre que lo ve por última vez es hermoso y su valor, incalculable. ¡Agradezcamos a la vida en todas sus manifestaciones y guardemos las que más nos gusten en nuestra mochila de la experiencia!