Aquí encontrarás 10 hechos científicamente probados que revelan los peligros de algunos de nuestros hábitos: esta información te ayudará a conservar una buena salud. ¡Es hora de tomar nota y corregirlos!
1. Dejar los platos en remojo en el fregadero
El fregadero es un ambiente ideal para las bacterias: puede contener E. coli, salmonella o estafilococo dorado. Para evitar trastornos gastrointestinales, vale la pena limpiar el lugar después del contacto no solo con los platos sucios, sino también con los alimentos como pescados, carne cruda, hortalizas y productos lácteos. Una montaña de vajilla en remojo puede parecer una solución fácil, pero es del todo insegura.
2. Lavarte las manos con agua caliente
Los estudios demuestran que la temperatura del agua no afecta a la destrucción de las bacterias. En este momento es importante el tiempo durante el cual nos lavamos las manos: en 5 segundos no se limpiará casi nada, pero en 30 se matarán la mayoría de los gérmenes que han llegado hasta ellas. Lavarse con agua tibia reduce la función protectora de la piel, lo que puede provocar irritación y dermatitis.
3. Entrenar sin desmaquillarte
A veces nos apresuramos a salir de la oficina a toda prisa para llegar al gimnasio y nos parece que no vale la pena perder tiempo en retirar el maquillaje, como si fuese una tarea sin sentido: después de todo, luego iremos a la ducha. Pero durante el entrenamiento la piel respira y se aclara, y si por encima tiene productos cosméticos, se pueden obstruir los poros. Como resultado, aparecen problemas con ella. Antes de hacer deportes, siempre, debes quitarte el maquillaje.
4. Utilizar el secador de manos
El hecho de que no entren en contacto nuestras manos con el secador es una ilusión de pureza. En realidad, los artefactos eléctricos no son lo suficientemente higiénicos: acumulan bacterias y estas se propagan con el flujo de aire, llegando al cuerpo, la ropa y a los pulmones. Las servilletas de papel son más eficaces.
5. Utilizar las bolsas de la compra más de una vez
Una bolsa de la compra, utilizada más de una vez, en el 99,9 por ciento de los casos acumula muchas bacterias. Si trajiste carne cruda en ella, incluso envasada, existe una enorme probabilidad de que esos microbios terminen alcanzando otro alimento, especialmente hortalizas y frutas. La solución consiste en usar una bolsa desechable o una de tela, que debe lavarse tras cada uso.
6. Cortar la carne y las hortalizas sobre la misma tabla
El microbiólogo Charles Gerba asegura que la tabla de cortar tiene 200 veces más bacterias que el asiento del inodoro, por lo que no es seguro utilizarla para preparar una ensalada. Después de depositar carne cruda sobre ella, se queda la salmonella y el campylobacter, dos de las causas más comunes de intoxicación alimentaria. La solución pasa por usar dos tablas diferentes, una para los productos cárnicos y otra para las verduras y hortalizas. Y entre una de vidrio y otra de madera, siempre es mejor utilizar la primera opción.
7. Usar la cafetera de la oficina
Las máquinas de café son un lugar en el que se desarrollan rápidamente los diferentes grupos bacterianos. Para proteger tu salud, es necesario lavar regularmente la jarra de vidrio no solo con agua tibia, sino a altas temperaturas y con detergente. Es más seguro preparar la bebida para una sola persona y luego limpiar el artefacto.
8. Llevar el teléfono en el bolso
Puede parecer que el bolso es un lugar limpio y hermoso donde nuestro dispositivo está completamente protegido del exterior. Pero esto no es así: es mejor llevar el teléfono en el bolsillo, y preferiblemente en un estuche, así acumulará menos microbios. El celular, de media, está 10 veces más sucio que el asiento del inodoro. Es recomendable limpiarlo con una toallita húmeda todos los días.
9. Lavar la ropa de invierno en primavera
¿Con qué frecuencia se te ocurre dejar los guantes y la bufanda en el cesto de la ropa sucia? Los especialistas recomiendan lavar gorros y manoplas cada 1-2 semanas ya que estos artículos de vestuario entran más frecuentemente en contacto con nuestro rostro, y especialmente, con la nariz y la boca. Ellos acumulan microbios y nuestro sistema inmunológico se debilita por el roce constante con tales accesorios.
10. Descongelar los alimentos a temperatura ambiente
Raramente pensamos en cómo la temperatura del medio ambiente y la velocidad de descongelación de los alimentos afectan a su calidad. Dejar el pescado y la carne deshielándose en un recipiente directamente sobre la mesa es nocivo. Para evitar el crecimiento de bacterias perjudiciales, se recomienda dejar los cárnicos para descongelar en un compartimento del refrigerador.
Bono: compartir comida con los amigos resulta beneficioso
Tu sistema inmunológico te agradecerá que no te cortes a la hora comer un postre del mismo plato con un ser querido, o convides la salsa para las papas a tus amigos. Los científicos señalan que así intercambiamos bacterias beneficiosas, pero esta regla no se aplica a aquellos que están enfermos. En esos casos es mejor que nunca compartas los alimentos.
¿Cómo mantenerte sano con todas las amenazas que nos acechan en lugares públicos, en el trabajo e incluso en nuestra propia casa? Quizás tengas tus propios secretos… ¡Compártelos en los comentarios!