Un matrimonio con tres pequeños, tomaron la decisión de adoptar un Golden Retriever para que jugara y cuidara de los niños. Inmediatamente el perro hizo amistad con ellos, tal vez ya deseaba formar parte de un hogar.
Era tan inteligente que rápidamente aprendía los trucos y juegos que los pequeños le ponían a practicar. Al parecer, había hecho buen click con la familia, sin embargo, tiempo después de su adopción comenzó con un comportamiento poco usual; el perro se sentaba todas las noches afuera del dormitorio principal, el matrimonio acostumbraba dormir con la puerta abierta así que se dieron cuenta que la acción del peludo se repetía a diario, con sus grandes y hermosos ojos color marrón los miraba fijamente y al parecer no dormía en toda la noche, por la mañana era el primero en saludar a sus amos.
Como antes de él ya habían tenido otros dos perros y jamás habían hecho esta acción, se preguntaron si representaba un peligro, si solo estaba en alerta o quizás se encontraba enfermo pero esta última definitivamente no era la razón pues un veterinario aseguró que se encontraba en perfectas condiciones. Fue entonces que decidieron volver al refugio en donde lo habían adoptado para saber las causas del extraño comportamiento nocturno de su perro.
Cuando los encargados del refugio dieron la razón de su comportamiento, la familia terminó con el corazón roto pues la causa era que el antiguo amo del perro lo había drogado una noche para que este durmiera y así poderlo llevar al refugio sin problema alguno. El perro nunca pudo despedirse de los suyos ni tampoco del que por tanto tiempo fue su hogar, cuando despertó su entorno era completamente otro, temía a todo aquel que se le acercaba y aullaba a diario como si de ese modo expresara su dolor. Seguramente el cachorrito sufrió mucho por el abandono de las personas que él creía lo querían.
Afortunadamente corrió con la suerte que pocos tienen; fue adoptado por una familia que estaba dispuesta a llenarlo de amor. Sin embargo, su miedo continuaba y es por esa razón que de noche no dormía y se quedaba en la puerta de sus amos, así se aseguraba de que nunca los perdería o se desharían de él.
La familia no pudo evitar las lágrimas al conocer la historia y pensaron la forma en hacerle sentir todo el amor que el perrito merecía para que tomara más seguridad y confianza. Entonces colocaron una camita a un lado de su cama para que él durmiera ahí y se diera cuenta de que lo querían a su lado.
Así cada día le hacían sentir que era parte de la familia y que nunca lo abandonarían a su suerte. Al perrito le llevó tiempo adaptarse a los cambios y confiar en su nueva familia pero lo logró.
Después de semanas por fin sus dueños se dieron cuenta de que dormía plácidamente. Ahora él vive muy feliz a lado de personas que lo quieren y lo cuidan como un integrante más de la familia.
Cualquier mascota representa una gran responsabilidad así que antes de adquirirla por favor cuestiónate si en verdad puedes cuidar de ella, ¡no son juguetes! Son seres que sienten y que merecen todo el amor del universo. ¡Ámalos y te aseguro que ganarás a un gran amigo y aliado!
¿Y tú qué opinas?
Vía: Find Out