No todo es tan glamoroso como parece.
Los premios Oscar son los más importantes de toda la temporada de premios, es imposible negarlos. Los otros son significativos y merecedores, pero la mayoría suelen ser una especie de preámbulo para lo que se espera en la noche más importante de la industria del cine.
Sin embargo, no todo lo que vemos a través de la transmisión televisiva es tan perfecto como parece.
Y no me refiero solo a anunciar incorrectamente a un ganador, sino que mucho más.
1. Hay personas que se dedican a “rellenar asientos”
Durante la ceremonia, varias veces las cámaras apuntan al público y nunca, jamás hay asientos vacíos. Y eso que el evento dura horas, así que más de algún famosos se levanta a estirar las piernas, ahí es donde entran los “rellenadores de asientos”, que suelen ser familiares, staff o cercanos a la organización.
2. No hay mucha comida
A diferencia de otras ceremonias, acá la única comida que se les da a los invitados es que es un pequeño coctel antes de que empiece y nada más. En toda la noche, nada.
3. Hay más de una alfombra roja
De hecho, son dos. Una para los famosos muy famosos y otra para la gente más común y corriente, quienes no aparecen con tanta pompa frente a las cámaras.
4. Los presentadores tienen que estar preparados para errores
Y no sólo ellos, sino que hay varios guionistas detrás del escenario preparados para escribir chistes rápidamente para ayudarlos a salir de situaciones incómodas, como decir incorrectamente el nombre de la cinta ganadora a mejor película.
5. No todo es lindo después de ganar
Después de dar el discurso, el backstage es un caos. Tienen que tomarse fotos, grabar videos y los lanzan a una sala llena de reporteros para contestar preguntas.