6 Historias con un final tan inesperado que servirían para el guión de una película

Cuando uno lee historias que versan sobre una actriz que se enamoró de un alcohólico sin hogar y que ahora felizmente está casada con él, o cómo una estadounidense adoptó a una niña sin esperanzas en la vida porque sufría una discapacidad y luego se convirtió en una deportista famosa, se puede llegar a la siguiente conclusión: la vida alberga una serie de intrigas que pueden dejar con la boca abierta a cualquier guionista de Hollywood. Simplemente lee estas historias: son, sin duda, una prueba de ello.

Estas historias que hemos recopilado para ti son historias de vida ampliamente emocionantes, cuya trama pondrá a más de uno la piel de gallina, echa un vistazo a continuación:

1. Esta actriz y periodista sueca se enamoró de un alcohólico sin hogar, y lleva viviendo 10 felices años con él

En 2006, en una calle de Ámsterdam, la sueca Emmy Abrahamson conoció a un hombre. Inmediatamente, se dio cuenta de que no tenía hogar: su cabello y su ropa presentaban un aspecto sucio, pero sus “bellos ojos marrones” la encandilaron. El hombre se llamaba Vic Kocula, empezaron a hablar y Emmy aceptó volver a verlo. La pareja asegura que sintió la “química” entre ambos al instante.

Después de eso, ella regresó a Viena, donde vivía entonces, y pensó que no volvería a ver a Vic nunca. Pero 3 semanas después, este la llamó. Desde entonces, han pasado 10 años, se casaron ​​y ahora crían a dos gemelos. El ex sin techo dejó el alcohol y trabaja ahora como ingeniero electrónico, mientras que Emmy escribió un libro contando su relación, el cual, se ha convertido en todo un éxito de ventas.

2. Una anciana arruinó un fresco en la ciudad española de Borja y ahora los turistas invaden la urbe para verlo

En 2012, una anciana llamada Cecilia Giménez, sin conocimientos, “restauró” un fresco del siglo XX en la iglesia de una pequeña ciudad española, Borja. El resultado inundó de risas a medio mundo, mientras que los restauradores profesionales se horrorizaron por semejante acto de vandalismo y comenzaron a pensar en cómo devolverlo a su estado original.

A pesar del desastre, la “obra maestra” de Cecilia atrajo a miles de turistas a la ciudad, quienes pagan con mucho gusto por contemplar al “Jesús peluchón” y hasta compran recuerdos con su imagen. El dinero recaudado se destina a un hogar local para ancianos y a la propia Cecilia, que mantiene a su hijo con parálisis cerebral. Toda la ciudad ahora vive de los ingresos del turismo y los visitantes que con mucho gusto se hacen fotos con el fresco y su “restauradora”.

3. Dos mujeres emprendieron un pequeño viaje en yate, pero tuvieron que pasar 5 meses en el océano antes de ser rescatadas

Una vez, dos mujeres estadounidenses, Jennifer Appel y Tasha Fuiava, decidieron ir de Hawái a la isla de Tahití. Llevaban con ellas a dos perros y zarparon en yate desde Honolulu, planeando llegar a su destino en 18 días.

Cuando el motor del barco se rompió durante una tormenta, estas dos mujeres continuaron navegando, con la esperanza de alcanzar tierra a vela. Todos los días enviaban señales de SOS, pero sin éxito. Una vez, incluso fueron atacadas por tiburones. Tasha y Jennifer pasaron hasta 5 meses en el océano comiendo arroz y avena, y utilizando una desalinizadora de agua antes de ser encontradas por unos pescadores taiwaneses a 900 kilómetros de la costa japonesa y ser rescatadaspor marineros de la armada estadounidense. Para ese momento, ya habían comido casi todas sus provisiones y no albergaban esperanzas de seguir con vida.

4. Una estadounidense adoptó a una niña con discapacidad que luego se convirtió en una famosa deportista

Los verdaderos padres rechazaron a Oksana estando aún en el hospital: dos dedos unidos, un solo riñón y, lo más importante, piernas retorcidas de diferente longitud. Se negaron a criar a una hija así. En el orfanato, la niña sufrió agresiones y, a menudo, tenía hambre. Oksana fue rescatada por la estadounidense Gay Masters, una logopeda y médica de Búfalo. La foto de esta niña penetró en su alma, y luchó por adoptarla durante 2 años.

En Estados Unidos, tuvieron que amputarle las piernas, pero eso no impidió que Oksana se aficionase al remo, tanto que en 2012 ganó una medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos. Al empezar a esquiar, en 2014, trajo de la ciudad de Sochi las medallas de bronce y plata. También se dedica al ciclismo y al biatlón, sale con un deportista de la selección masculina paralímpica y tiene su propia cuenta en Instagram, en donde inspira a las personas sin extremidades a vivir una vida plena y feliz.

5. Esta mujer dejó a su marido y a sus 3 hijos por la jungla

En la década de 1970, el antropólogo Kenneth Good estudió a la tribu yanomami que vive en el sur de Venezuela. Aprendió el idioma que hablaban y también se casó con una joven llamada Yarima, que luego llevó a Estados Unidos. La pareja tuvo 3 hijos, pero la dama se sentía sola y triste en Nueva York, y cuando el mayor de sus niños, David, tenía 5 años de edad, decidió volver a la selva tropical del Amazonas.

David no podía entender por qué su madre los abandonó, y cuando creció, sintió rechazo hacia ella. Pero un día leyó las memorias de su padre, en las que hablaba sobre las tradiciones de la tribu y de Yarima, y se dio cuenta de que quería ver a su madre. Pasó tres días en el Amazonas hasta que finalmente llegó al pueblo donde vivía la tribu. Después de 20 años, volvió a verla. La reunión fue conmovedora, ambos lloraron, tanto madre como hijo. David pasó 3 meses con ella y, por supuesto, la entendió y perdonó. Ahora estudia la cultura de su tribu nativa y se enorgullece de ser medio yanomami.

6. Un hombre y una bandada de gaviotas destrozaron por accidente la habitación de un hotel. El dueño del edificio lo perdonó, pero lo hizo luego de 17 años

En 2001, el canadiense Nick Burchill hizo un viaje de negocios y se hospedó en el hotel Fairmont Empress, en la ciudad de Victoria. Esta urbe es famosa por sus salchichas picantes. Sus compañeros de trabajo le pidieron que les llevara algunas, por lo que Nick llenó una maleta entera con ellas, pero pensó que allí podrían estropearse. Decidió abrir la ventana para solucionar ese problema, y las colocó sobre la mesa. Después, fue a dar un paseo.

Cinco horas más tarde, al entrar en la habitación, este canadiense descubrió allí a una bandada de gaviotas comiendo las salchichas. Ellas afectaron gravemente a la digestión de las aves, por lo que todo estaba lleno de excremento. Además, los pájaros se asustaron al ver a Nick y comenzaron a revolotear por el lugar, rompiendo todo a su alrededor. Burchill logró expulsar a las gaviotas, y a una de ellas le lanzó su bota, que, siguiendo al pájaro, voló por la ventana. Nick tenía ese día una reunión de negocios, por lo que se vio obligado a recuperar su calzado sucio, lavarlo y secarlo con un secador de pelo. Cuando se distrajo con una llamada telefónica, el electrodoméstico cayó en el lavabo lleno de agua y se produjo un cortocircuito. La habitación quedó destruida. Después de eso, a este canadiense se le prohibió para siempre aparecer por el hotel.

Tras pasar 17 años, Burchill escribió una carta a la dirección del establecimiento en la que narraba toda la historia y pedía disculpas. El hotel ha perdonado a este desafortunado huésped y le permitió alojarse nuevamente con ellos.