La historia está llena de grandes nombres. Con el tiempo, a cada uno de ellos comenzó a corresponder una determinada imagen, creada diligentemente en la literatura o el cine. Gracias al esfuerzo de los antropólogos y al desarrollo de las tecnologías modernas, fue posible saber cómo los personajes familiares se veían realmente.
Decidimos presentarte los ejemplos más desconcertantes.
1. Leonardo da Vinci
Los investigadores contemporáneos afirman que el poco conocido “Retrato de un músico” de Leonardo Da Vinci es un autorretrato. Gracias a él, por primera vez, podemos ver como el mayor pensador del Renacimiento se veía, no durante la vejez, sino siendo un hombre joven de 33 años. Su aparición en la pintura corresponde por completo a la descripción de los historiadores que afirman que Da Vinci era lindo, proporcionado, con el rostro elegante y atractivo.
2. Cayo Julio César
En las estatuas antiguas y en las pantallas de televisores vemos el rostro majestuoso y forzado de uno de los gobernantes más famosos de la Antigua Roma. No es sorprendente que la mayoría de los escultores y biógrafos halagó abiertamente a César, retratando o describiendo su apariencia. Pero solo una mirada a la escultura del Museo de Torlonia, el retrato post mortem del gobernante, es suficiente para comprender hasta qué punto nuestra visión de la apariencia de César está lejos de la realidad.
3. Aristóteles
Durante nuestra vida, nos enfrentamos con al menos dos imágenes de Aristóteles: la primera es un filósofo sofisticado de las páginas de los libros de texto, la segunda es el mentor de pelo gris de Alejandro Magno interpretado por Anthony Hopkins. Resultó que nuestras dos ideas sobre el famoso filósofo están lejos de la realidad. De acuerdo con los biógrafos griegos, Aristóteles tenía defectos del habla, era “de piernas cortas, con ojos pequeños, vestía ropa elegante y una barba recortada”.
4. William Shakespeare
Hace poco, un historiador y botánico británico Mark Griffiths anunció el descubrimiento sensacional que hizo mientras estudiaba el libro sobre botánica The Herball, publicado a fines del siglo XVI. Una de las cuatro figuras representadas en la portada, según el científico, es un retrato del dramaturgo de fama mundial William Shakespeare. Este pequeño boceto en tinta no es solo el único retrato durante la vida del escritor, sino también una confirmación importante del mismo hecho de su existencia.
5. Maximino el Tracio
En la vida real, el prototipo del general Máximo de la película Gladiador Cayo Julio Vero Maximino destacaba por su fuerza física y enorme altura, era extremadamente cruel y arrogante. Si en la película su historia terminó con una escena desgarradora en la arena de gladiadores, en realidad terminó en el trono en el rango del primer “emperador soldado”.
6. Jorge VI
En la vida real, el rey Jorge VI, el padre de la actual reina Isabel II de Gran Bretaña, no era tan acomplejado y melancólico, como se muestra en la película El discurso del rey. Por el contrario, sirvió en la Marina y en la aviación, y cuando las bombas comenzaron a caer en Londres, se negó rotundamente a evacuar. Con su apariencia, Jorge VI podría competir incluso con el reconocido galán de Hollywood, Colin Firth: era alto, delgado, con rasgos definidos, parecía un verdadero monarca, no solo en la foto, sino en la vida.
7. Nicolás Copérnico
Durante mucho tiempo conocimos la apariencia del autor del heliocentrismo solo por unas pocas imágenes de Copérnico hechas en su juventud. Recién en 2005, sus restos fueron encontrados durante las excavaciones en la Catedral de Frombork y fueron enterrados solemnemente. Antes de eso, los expertos del Laboratorio Central de Criminalística de la policía polaca reconstruyeron el rostro de Copérnico poco antes de su muerte. Una nariz fracturada y una cicatriz en la ceja nos dicen que la vida del famoso científico fue mucho más interesante de lo que pensábamos antes.
8. Tutankamón
Numerosos estudios y debates en torno a la tumba casi intacta del faraón del antiguo Egipto, Tutankamón, también han aclarado su apariencia. Hoy podemos decir con certeza que Tutankamón no era un hombre muy guapo, como lo representa su máscara funeraria. Según los científicos, el faraón tenía un físico frágil y desproporcionado, ya que padecía de enfermedades genéticas. Además, probablemente tuvo malaria, lo que lo llevó a una muerte temprana: Tutankamón murió antes de cumplir los 20 años.
9. Josefina de Beauharnais
“Si no me amas más, entonces no tengo nada que hacer en esta tierra”, escribió Napoleón Bonaparte a su incomparable musa. No en vano, incluso después de 40 años, los artistas pintaron a la primera dama de Francia como una mujer morena de mejillas sonrosadas y delicados rasgos faciales. Pero si miras los retratos realizados antes del ascenso de Napoleón al trono, puedes ver a una mujer completamente diferente: una mujer francesa común de mediana edad. Esto es especialmente evidente en las obras de Andrea Appiani, realizadas en diferentes años.
10. Nefertiti
La reina Nefertiti fue llamada “perfecta”. Su cara fue retratada en las paredes de los templos como la representación del culto del nuevo dios Atón. En 2003, se realizó la reconstrucción de la apariencia de vida de la momia Younger Lady, descubierta en 1898. Se decía que es muy similar al busto de Nefertiti. Según los resultados de los escaneos, después de 500 horas, la paleoartista y escultora francesa Élisabeth Daynès recreó su aspecto físico. Al instante surgió una gran controversia: la apariencia de la famosa reina estaba infinitamente lejos de nuestras ideas.
Los antropólogos e historiadores hacen un gran trabajo a diario para tratar de restaurar los hechos de los siglos pasados, porque si uno comete un error algún día ya no podrá cambiar la opinión pública. ¿Conoces algunos ejemplos de cuando nuestras ideas y la realidad difieren radicalmente?