No, no “todo va a estar bien”.
Cuando alguien comienza una relación lo que menos quieres es que terminé. Está claro que nadie espera lo peor. Pero aveces sin pensarlo llega el momento de pisar tierra y aceptar el hecho de que una relación ya no da para más. Y al llegar a ese último tramo de una relación, pasan ciertas etapas, llegando a la más “dolorosa”… la aceptación.
“Él había puesto tres puntos suspensivos. Ella borró dos”.
-Anónimo-
1. El estancamiento
Todo comienza cuando no puedes encontrar ni una sola razón para mostrarle el cariño que sientes por esa persona. Más que tristeza es una depresión de saber que ya no es emocionante estar a su lado.
2. La ficción de que “todo estará bien”
Cuando ambos lo intentan, por más que saben que ya la relación no da para más, insisten en querer arreglar las cosas para poder seguir adelante, viviendo una relación de fantasía, prácticamente.
3. Comienza la guerra
Y claro está que después de la etapa 2 viene la guerra… Ninguno de los dos se aguanta, se quejan por todo, buscan hasta el más mínimo detalle para estar separados. Comienzan a salir todas las decepciones que sienten el uno por el otro. Comienzan a darse cuenta que esto ya no da para más.
4. Y luego la derrota
Entre las batallas ganadas y las pérdidas, se van dando cuenta que de repente pelear e insistir tanto es lo más estúpido que pueden hacer. Viene la etapa de aceptar que el amor no siempre es el final feliz que ustedes esperaron.
5. Llega la aceptación junto con la separación
La etapa más dolorosa pero aliviante al mismo tiempo. Cuando miran para atrás y se dan cuenta que lo mejor que pudieron hacer ambos fue aceptar el hecho que ya no daba para más la relación, pueden al fin comenzar su etapa de soledad, de reconocimiento propio. Una etapa mucho mejor por venir.