Durante años Jolene Nicole trabajó su cuerpo para convertirse en una de las mejores fisicoculturista de Kalispell (Estados Unidos). Para ello dedicaba gran parte de su tiempo al ejercicio y levantamiento de pesas, sin embargo, decidió que esa vida no era lo que quería por lo que se transformó completamente.
La joven de 26 años tomó la decisión de renunciar a esa disciplina cuando cuando su entrenador le pidió perder 13 kilos más. No era suficiente el pasar todo el día en el gimnasio o calcular cada caloría que consumía, sino que debía estar aún más delgada.
“Fui de estar controlada por mi dura rutina de gimnasio, pesar el pollo y tener batidos de proteína en mi bolso a disfrutar por completo la vida social. Algunas personas pueden pensar que esto es ‘dejarse llevar’, pero no puedes poner un precio a la felicidad”, señaló la joven al diario ingles Independent.

Fue así como poco a poco subió 11 kilos y transformó su apariencia física por una más natural, que hoy ama. “No tomaba alcohol, ni comia carne de vaca, trigo, azúcar ni lácteos. Comía pollo con brócoli cada día y llegué a tener arcadas. Tenía que beber agua para tragármelo”, confesó.
“Un abdomen firme no me hacía feliz. Yo nunca era suficiente y siempre necesitaba mejorar. Hoy he ido a hacer rafting con mis amigos y he disfrutado de la comida con la que a mi antiguo yo se le hubiera caído la baba y no se hubiera atrevido a tocar”, agregó.
Nicole compartió su historia en redes sociales, donde publicó una foto con su antes y después, la que de inmediato se viralizó. “Tu cuerpo es LITERALMENTE lo único que te hace sobrevivir en esta vida, tu valor y tu felicidad no se pesa por lo que puedes levantar o lo que la báscula dice. Mi valor se pesa por aquellos con los que me rodeo y por la sonrisa en mi rostro”, consignó.
Su palabras consiguieron más de 150,000 reacciones en Facebook, 12,000 comentarios y más de 50 mil compartidos.