Los pacientes ocultan información a sus médicos por una extensa serie de razones. Muchos se sienten avergonzados o incómodos al responder preguntas personales, y otros consideran que tales detalles no son tan importantes. Pero cualquier asunto, desde cosas pequeñas a “secretos” personales, puede influir en la salud, lo que significa que debe de ser notificado al doctor.
Reunimos preguntas a las cuales se debe responder con sinceridad, sin distorsionar ni omitir nada.
1. ¿Hace cuánto te duele?
Muy frecuentemente, los pacientes demoran mucho en acudir al doctor, aludiendo a la falta de tiempo o soñando en secreto que todo pasará sin ayuda. Y al llegar a la cita, ellos temen que el médico comience a sermonearlos por no haber ido antes. Por eso, al responder a la pregunta “¿Te duele desde hace mucho?”, la gente deliberadamente reduce el período de enfermedad. No vale la pena hacer eso en ningún caso: confundirás al profesional, lo que significa que el diagnóstico y el tratamiento pueden ser incorrectos.
2. ¿Cuándo fue la última vez que te realizaste un análisis o un ultrasonido?
Aunque te sientas bien, los médicos recomiendan someterse a pruebas una vez cada 1 a 3 años. Un simple análisis de sangre puede mostrar tu nivel básico de salud. Pero muchos de nosotros no nos sometemos a ellos en años, y si los hacemos, a menudo no llevamos los resultados del control anterior a la cita. Por ejemplo, si te han encontrado un quiste, es importante que el médico establezca aproximadamente la fecha de su formación y realice un seguimiento a la dinámica de su desarrollo. Si tú dices: “Me realicé un ultrasonido el año pasado, y allí no había nada”, pero en realidad te lo realizaste unos cuantos años atrás, eso no ayudará a tu recuperación.
3. ¿Qué medicinas, vitaminas y suplementos dietéticos consumes?
A diferencia de los fabricantes de medicamentos, los comerciantes de suplementos no tienen que demostrar clínicamente que son seguros y efectivos. Incluso si son naturales, pueden mostrar una fuerte repercusión en el organismo. Algunos de ellos pueden cooperar con las medicinas que estás tomando, o pueden ser dañinos en grandes dosis. Si frecuentemente tomas pastillas sin receta para el dolor de cabeza o molestias estomacales, no olvides decirle todo eso al doctor.
4. Información sobre la actividad sexual
Las preguntas de un ginecólogo o urólogo sobre tu actividad sexual son bastante naturales, y aquí no necesitas avergonzarte. Todos somos adultos, por eso la distorsión de cualquier información no juega a tu favor. Por ejemplo, un dolor en las mujeres durante el acto sexual puede ser un problema no tan serio que se resuelve con una compra en la farmacia, y también puede ser a causa de una grave enfermedad. A ello se debe el interés del médico en tu vida privada.
5. ¿Qué tan frecuentemente tomas alcohol, fumas o consumes sustancias ilegales?
La información sobre el alcohol le será útil al doctor, por ejemplo, para comprobar el funcionamiento del hígado o el riesgo de úlceras. El combinar muchas medicinas con ese tipo de bebidas trae consigo desagradables repercusiones. Cuéntale cuantos cigarros te fumas al día y cuantas copas te tomas. Eso le ayudará al médico a elaborar un plan de lucha contra la adicción en caso de que exista. Por supuesto, necesitas contarle sobre las drogas. Él no necesita detalles sobre su procedencia, es suficiente mencionar el nombre de la sustancia y la regularidad de su consumo.
6. ¿Tienes depresión?
Si las cosas no van bien y no tienes un buen sentido del humor, cuéntale sobre eso al doctor. Intenta describir completamente tus sensaciones, incluso si es difícil encontrar las palabras necesarias. Un médico atento podrá, en caso de ser necesario, proponerte acudir a una consulta con un psiquiatra. Y no vale la pena tener miedo. No es un hecho que tengas depresión, a veces el mal humor es causado por un desequilibrio hormonal u otras cosas, por eso permite que los especialistas lo solucionen.
7. ¿Sigues al pie de la letra las recomendaciones del doctor?
Muchas personas olvidan tomar sus medicinas o renuncian a ellas porque les provocan malestar, pero no vale la pena callar eso. El doctor puede asumir que el tratamiento no es efectivo, te propondrá aumentar la dosis o te designará nuevos medicamentos, y al saber los desagradables efectos que causan en ti, podrá ofrecerte un tratamiento alternativo.
8. ¿Cómo duermes, no tienes insomnio?
Tú puedes pensar que ese asunto no es tan importante, pero un mal sueño puede ser causado por estrés, depresión, trastornos menopáusicos o enfermedades crónicas. Cuéntale al doctor tus problemas para que él pueda evaluar la situación y saber la causa fundamental.
9. ¿Te sientes constantemente cansado?
Es necesario contarle al doctor sobre tales “pequeñeces” como la somnolencia y la apatía, especialmente si antes no los tenías. Sucede que esos síntomas son fáciles de eliminar con ayuda de un sueño saludable, una nutrición equilibrada y deporte. Pero la fatiga puede ser causada por enfermedades graves, tales como la anemia, por eso no temas compartir honestamente esa información con el doctor.
10. ¿Todo está claro?
Los términos profesionales o una gran cantidad de información pueden fácilmente confundirte, por eso no temas hacer preguntas o precisar los aspectos del tratamiento que te han resultado confusos.
Cómo prepararse para una visita al doctor:
Para estar seguro de no olvidar nada, es mejor que te prepares de antemano los siguientes aspectos:
- síntomas: qué tan frecuentes son y qué tanto duran:
- piensa en posibles enfermedades hereditarias;
- anota el nombre de los medicamente que consumes y su dosis;
- prepara una copia de los resultados de los análisis que te has realizado recientemente.
¡Valora tu salud y trata de no enfermarte!
¿Qué crees que podría ayudar en la comunicación entre doctores y pacientes para que ellos puedan ser más confiables?