Seis meses después de anunciar su compromiso, Meghan Markle y el príncipe Harry ya son marido y mujer. La pareja contrajo matrimonio este sábado en la Capilla de San Jorge, ante la atenta mirada de más de dos mil invitados y millones de televidentes que siguieron atentamente cada detalle de la ceremonia.
El enlace de ambos no estuvo ajeno a la polémica, pues de partida Meghan es norteaméricana y además divorciada, dos elementos que traen un muy mal recuerdo a la Corona británica, pues recordemos que en 1936 Eduardo VIII abdicó al trono por amor a Wallis Simpson, una estadounidense separada que lo enamoró a primera vista.
A esto se sumó que Meghan es hija de una mujer afroamericana y un hombre de ascendencia holandesa e irlandesa, lo que molestó a los más puristas defensores de la monarquía.
Pero nada de esto le importó al príncipe Harry, quien aseguró que “supe que era ella desde el primer momento”. Ambos se conocieron en Londres en una cita a ciegas organizada por una amiga común, y desde entonces no pudieron alejarse el uno del otro. De hecho, sólo un mes después de haberse visto por primera vez, él la invitó a pasar cinco días de camping en Botswana.
Aunque intentaron mantener su relación lo más bajo perfil que pudieron, la pareja terminó por confirmar su romance al aparecer juntos en los juegos Invictus, organizados por el príncipe.
Esto bastó para que la vida de la actriz cambiara radicalmente y el acoso de la prensa se volviera tan insostenible, que el Palacio de Kensington tuvo que expresar su descontento por “el sexismo” y “el racismo” contra Markle en las redes sociales y los medios de comunicación.
Pero la pareja no tuvo que enfrentarse sólo a prensa, sino que también a varios otros enemigos que no estaban contentos con su unión y que, de hecho, son mucho más cercanos a ellos de lo que podrían haber pensado.
La media hermana
Durante las últimas semanas, la familia de Meghan Markle se robó la atención de la prensa con sus polémicas, siendo su media hermana la más conflictiva de todas.
Samantha Grant (53), quien es hija del primer matrimonio del padre de la actriz y que tiene 17 años más que Meghan, fue la primera en salir hablando.
A través de Twitter, la mujer -que sufre de esclerosis- comenzó a escribir diferentes mensajes contra su media hermana, con quien no habla desde el 2008. “Si la familia real supiese cómo ha tratado Meghan a su propia familia, quedaría horrorizada”,afirmó en uno de sus comentarios.
En abril del año pasado, Grant anunció que publicaría The Diary of Princess Pushy’s Sister (El diario de la hermana de la princesa mandona), donde contaría la presunta verdad sobre Meghan, a quien calificó de “trepadora social”.
Al confirmarse el matrimonio real, Samantha cambió de actitud e incluso aseguró que Meghan era adorable y que quería brindar con ella por su felicidad. Pero estos buenos comentarios duraron poco, pues cuando se reveló que no había sido invitada a la ceremonia, volvió a su usual tono despectivo.
“Por respeto y humanidad, los Markles deberían ser invitados si hay 2.000 completos extraños que sí lo fueron. Nuestro tío, hermano, yo, su mejor amiga por 30 años, sobrinos. Nuestro problema no es una cuestión de cercanía. La familia es la familia”, afirmó en Twitter, cuenta que luego eliminó.
Lo más delicado de los comentarios de Samantha, fue la acusación de que Markle habría abandonado a su padre tras convertirse en una actriz famosa. De hecho, cuando se filtró el valor del vestido que lució en sus fotos oficiales con el príncipe Harry, su media hermana volvió a atacarla. “Si puedes gastar 75.000 dólares (45 millones de pesos chilenos) en un vestido, puedes gastar 75.000 dólares en tu padre”, dijo.
Por su parte, el exesposo de Samantha, Scott Rasmussen, sostuvo que la mujer siempre ha estado celosa de la actriz. “Creo que le molestaba porque Meghan tenía la vida que Samantha siempre quiso y está celosa”, relató al diario inglés Daily Mirror. “Meghan era educada y elegante, todo lo que Sam siempre quiso ser”, agregó.
El hombre también contó que cuando el padre de Samantha se casó con la madre de Meg, Grant no estaba nada feliz e insultaba fuertemente a la mujer por su tono de piel, llegando incluso a decir a sus amigos que era la empleada doméstica de su casa.
El medio hermano
Otro que tampoco apoyó la boda es Thomas Markle, el medio hermano de la actriz, quien incluso llegó a escribir dos cartas a mano al príncipe Harry días antes de la ceremonia, aseverando que no era muy tarde para cancelar todo.
En la misiva, el hombre, que declara que no ha visto a Meghan desde 2011, manifestó que el padre de la actriz se endeudó hasta la bancarrota para ayudar a su hija en su carrera, pero que ella lo habría abandonado cuando consiguió tener un nombre en la industria.
“Es muy evidente que su pequeña fama de Hollywood se le ha subido a la cabeza, convirtiéndola en una mujer hastiada, superficial y vanidosa que hará una broma de usted y de la herencia de la familia real”, escribió a Harry.
“Ella se ha vuelto hipócrita con sus raíces al llamarse una mujer del pueblo, cuando la fama se le ha subido a la cabeza”, añadió el hombre, que también fue acusado de violencia intrafamiliar.
Como era de esperar, el hombre tampoco fue invitado a la ceremonia, lo que no tomó muy bien. “¿Quién hace eso? Humo y espejos no pueden ocultar el elefante en la habitación. Una falta de respeto contra la tradición y la humanidad, los Markle deberían ser invitados si 2.000 desconocidos van a ir a la boda”, expuso.
En una entrevista con el Daily Mirror, volvió al ataque y señaló que “ella está realizando la mejor actuación de su vida. Es una falsa. Una vez que llegó a Hollywood, se convirtió en una persona diferente. Claramente ha olvidado sus raíces y su familia”, reiteró.
Lo curioso es que luego de eso, escribió otra carta que fue publicada por la revista In Touch, donde le pidió a su hermana que reconsiderara la decisión de no invitarlos a la boda.
“Es cierto que tú y yo nos hemos vuelto ‘distantes’, junto con el resto de los miembros de nuestra familia a lo largo de los años. Pero todos somos familia. Con todos los recuerdos de verte crecer, es doloroso que te olvides de nosotros”, sentenció.
“Meg, sé que no soy perfecto, ni nadie en nuestra familia lo es, estoy seguro de que ya lo has leído. Pero bueno, malo o perfecto, somos la única familia que tienes. Me duele no haber sido invitado a tu boda, junto con el resto de la familia. Pero no es demasiado tarde para enviarme una invitación”, propuso.
Y añadió que “todos deberíamos estar allí para mostrar nuestro amor y apoyo en el día de su boda, porque eso es lo que hacen las familias. Sin mencionar, cuánto tiempo ha pasado desde que todos nos hemos reunido, eso sería muy agradable”.
La amiga del infancia
Cuando se anunció la noticia de la boda de Harry y Meghan, muchos conocidos quisieron hablar de la novia y su pasado, sin embargo, hubo una persona que fue capaz de vender su historia con la actriz a la prensa.
Se trata de Ninaki Priddy, la mejor amiga de la infancia de Markle. La mujer no sólo contó sus recuerdos al diario británico Daily Mail, sino que además vendió fotos y videos de ambas.
Priddy y Meghan crecieron juntas y ella incluso fue dama de honor en el primer matrimonio de la actriz. Sin embargo, cuando terminó el casamiento entre Markle y el productor de televisión Trevor Engelson, también acabó su amistad. “Me reuní con Trevor para saber cómo estaba, tiempo después, ella se enteró y ahí terminó nuestra amistad”, relató la mujer.
“Un mes después del divorcio, quería ver cómo estaba Trevor. Nos encontramos y hablamos. No me corresponde a mí hablar por Trevor, pero sé que viajaba a Toronto cada pocas semanas y que habría hecho de todo para hacer que su matrimonio funcionara. No creo que ella le haya dado la oportunidad”, afirmó.
Asimismo, expuso que “todo lo que puedo decir ahora es que creo que Meghan fue calculadora, muy calculadora, en la forma en que manejó a las personas y las relaciones. Ella es muy estratega en la forma en que cultiva sus círculos de amigos. Una vez que decide que no eres parte de su vida, puede ser muy fría”.
La mujer también aseguró que Markle siempre estuvo fascinada con la familia real, especialmente con la figura de la princesa Diana. “Sé que la familia real fue algo que ella encontró fascinante. Ella tenía uno de los libros de la princesa Diana [Diana: su historia real] en su estantería, e incluso cuando estaba con Trevor me dijo que quería irse a Londres por al menos un mes”, recuerda.
“Por eso no me sorprendió escuchar sobre el príncipe Harry. Sé que solía amar The Princess Diaries, películas sobre una plebeya que se convierte en parte de una familia real. Ella estaba muy entusiasmada con esa idea. Sabrá interpretar su papel a la perfección pero mi consejo para él, para Harry, es que tenga cuidado”, finalizó.
Su padre
Meghan es hija de Doria Ragland, una profesora de yoga afroamericana, y Thomas Markle, un tímido director de iluminación retirado que vive en México.
Sus padres se separaron cuando tenía seis años y ella se quedó con su madre, con quien tiene una relación muy cercana. Con su padre, en tanto, las cosas no fueron tan bien. De hecho, en uno de los videos filtrados por su examiga de la infancia, se le pregunta a la actriz por su padre y ella asegura que prefiere no decir nada al respecto.
No obstante, el hombre no sólo estaba invitado a la ceremonia, sino que además seria el encargado de llevarla al altar, algo que ya no ocurrirá.
Hace algunos días se supo que Thomas Markle había participado en un montaje fotográfico junto a un paparazzi, donde se le veía leyendo de lugares turísticos de Inglaterra, tomándose las medidas para un traje e incluso revisando un sitio web con la información de la boda real.
Ese incidente, y un ataque al corazón que sufrió pocas semanas antes, provocó que el hombre decidiera desistir de participar en la ceremonia, según dijo, para evitar una vergüenza a su hija y la familia real.
Sin embargo, a pocas horas de ello, cambió de opinión e indicó que si los médicos le daban permiso, sí asistiría a la boda. Lamentablemente, los especialistas le recomendaron someterse a una cirugía el miércoles pasado, que aunque salió bien, no le permitiría viajar.
Princesa Michael de Kent
A finales de diciembre, se llevó a cabo el tradicional almuerzo de Navidad de la familia real de Inglaterra, organizado por la reina Elizabeth II. Al evento asistió toda la familia real, incluida Meghan Markle, no obstante, la aparición de la protagonista de Suits se vio empañada por un acto que fue calificado como racista.
A su llegada al Palacio de Buckingham, la princesa Michael de Kent, casada con un primo de la Reina, fue captada luciendo un prendedor Blackamoor, línea de joyería que según el portal TMZ representa “a personas de color en posiciones de servidumbre”.
El prendedor muestra a una mujer de piel negra usando un turbante del siglo XVIII, lo cual despertó críticas en el mundo entero debido a que Markle es la primera miembro biracial de la familia real.
Aunque el almuerzo es un evento privado, TMZ relató que Meghan no se sentó en la misma mesa que la princesa de Kent.