13 Historias “reales” de personas que dicen haber interactuado con el “otro mundo”

A veces suceden cosas que son más que extrañas. Se pueden expresar en coincidencias raras y sueños increíbles, y no encajan para nada en la lógica cotidiana. Pero, a pesar de que muchas de ellas te hacen sentir la proximidad del otro mundo, otras, por el contrario, solo te convencen de que lo sobrenatural no existe.

Hemos recopilado distintas historias de los usuarios de “Oído por ahí” y Pikabu. Todas ellas están de alguna manera conectadas con lo místico, aunque muchas tienen una explicación bastante simple e incluso cómica.

1.

Soñé con una colega del trabajo. Vi que parecía haber engordado mucho. Se lo decía y me respondía que estaba embarazada. Por la mañana me desperté y, como siempre, olvidé mi sueño. En el trabajo, durante el almuerzo, de repente la vi. Parecía que realmente había engordado. Comencé a hablar con ella y recordé lo que había soñado. Le pregunté si ella y su marido no pensaban en tener un bebé. Ella me miró con ojos como platos y dijo: “No me digas que soñaste que estaba embarazada. ¡Ya van 3 personas que me lo han dicho hoy!” ¿Cómo no creer en lo místico después de algo así?

2.

Nunca creí en el más allá, pero, cuando murió mi padre, sucedió algo extraño. Recuerdo que después del funeral me acosté en el sofá y lloré durante mucho tiempo. En casa, en ese momento, no había nadie más que yo. ¡Y las ventanas estaban cerradas! Cuando ya no me quedaron más lágrimas, sentí que alguien me acariciaba la cabeza. Fue como un soplo de viento. Todavía me pregunto por qué no me asusté. En ese momento, sentí tanta paz que me quedé dormida plácidamente.

3.

Crecí en un pueblo muy pequeño. Éramos un grupo de amigos grande, y cuando terminamos la escuela, casi todos decidimos irnos a la ciudad. Las chicas quisieron ir a ver a una anciana local que era una especie de bruja, para que les leyera la fortuna. Nosotros nos reímos, pero decidimos ir con ellas. La anciana me dijo: tu destino y tu mayor felicidad se asociarán con una hermosa flor de color claro. Nunca creí en lo místico, así que lo olvidé. Casi 10 años después, estaba manejando y frené en un semáforo. Encendí la radio, y escuché: “…y tu felicidad está justo frente a tus ojos, sólo tienes que mirar con más atención”. Levanté los ojos, y vi a una joven que cruzaba la calle con una orquídea blanca en las manos. No sé qué se me cruzó por la cabeza, pero me estacioné y corrí para alcanzarla. Ella se había perdido entre la multitud, tropecé y accidentalmente choqué con otra joven que caminaba frente a mí. Ella se cayó y se torció el tobillo, y la llevé al hospital. Nos conocimos, y desde hace muchos años ella es mi esposa y el gran amor de mi vida. Tiene el cabello muy claro y un hermoso nombre: Margarita.

4.

En nuestro departamento siempre pasan cosas extrañas, pero mi padre lo niega todo y no se quiere mudar. El otro día, en el dormitorio de mis padres, en el techo blanco y limpio, aparecieron unas huellas polvorientas de manos y pies. En tres lugares, como si alguien hubiera estado sentado en el techo, sobre la cabeza de mis padres. Era como si nadie hubiera quitado el polvo desde hacía 3 meses, pero se limpiaron fácilmente. Mi madre duerme con miedo, pero mi padre todavía no cree en nada.

5.

Cuando yo era pequeño, mi padre tuvo un accidente. Su amigo, que conducía, murió en el acto. A mi padre lo rearmaron por partes. En el hospital, él no sabía que su amigo estaba muerto; no le dijeron nada. Hace poco, me contó que en ese hospital había tenido un sueño. Caminaba por un descampado, el tiempo era lindo, brillaba el sol, cantaban los pájaros. Entonces vio a su amigo que lo saludó y le dijo que había construido una nueva casa y que lo invitaba a mi padre a visitarla. Mi padre vio en el medio del descampado una casa terrible, negra y desagradable. Entraron, adentro estaba oscuro, hacía frío, como en un sótano, todo estaba húmedo, las paredes y el suelo eran terrosos, como en una tumba. Mi padre sintió escalofríos. Le dijo a su amigo que no le gustaba, trató de convencerlo de que se fueran juntos. Y su amigo, por el contrario, quiso persuadirlo para que se quedara. Al final, mi padre se asustó y se fue de la casa, y su amigo se quedó. Todavía me sorprende que después de algo así, mi padre no crea en el más allá.

6.

Nunca creí en lo sobrenatural, pero hace poco cambié de opinión. Tengo osteocondrosis, sufro de dolores muy fuertes en la columna vertebral, del cuello y hasta el coxis. Una noche, le hablé de eso por teléfono a mi marido (él trabaja de noche). Me fui a la cama, me volteé hacia la pared, y sentí que alguien saltaba sobre la cama como un gato. Comenzó a caminar por la cama, y luego se acostó contra mi espalda. No me di vuelta, ¡estaba aterrada! A la mañana siguiente, el dolor era mucho más leve. Pero no tenemos gatos u otros animales.

7.

Tengo un hobby: hago pulseras con piedras naturales. Alguien me dijo que el ágata blanca atrae a los pretendientes. Cuando escribí sobre esto, hubo muchas personas que quisieron comprar una pulsera de ágata. Ningún brazalete “para el matrimonio” se me dio fácilmente. Rehago cada uno varias veces. Rehíce el brazalete tres veces para mi mejor amiga, la tercera vez se rompió cuando ya lo llevaba puesto. Me dedico a las pulseras desde hace mucho tiempo, yo misma las uso todo el tiempo, y con ninguna he tenido tantos problemas, solo con estas, de ágatas blancas. Cuando una pulsera se rompe, me siento como una bruja que quita el mal de ojo de una mujer. Vuelvo a armar el brazalete hasta que deja de resistirse y queda unido, entonces es como si parte de los fracasos “matrimoniales” desaparecieran. La única pulsera que no se rompió fue la de mi hermana. Simplemente no sabía que ella llevaba varios meses comprometida en secreto.

8.

Mi esposo cree en lo sobrenatural. En San Petersburgo, hay una anciana que hechiza las monedas “por dinero”. Mi esposo estaba dispuesto a gastar un montón de dinero en un viaje por una de esas monedas… De la desesperación, tomé un trozo de vidrio de una taza, que yacía en un rincón, la envolví en un hilo y la pinté. Quedó bastante “mística”. Se la di a mi marido, diciendo que la había ordenado para él, que la mandó desde el extranjero una anciana muy poderosa. Me creyó. Ahora gana mucho más dinero y cree que el “talismán” lo ayuda.

9.

Hoy comencé a creer que la tecnología tiene alma. Fui a comprar un nuevo enrutador porque el anterior ya tenía 4 años, y la señal en el balcón dejaba mucho que desear. Fui, lo compré, lo llevé a casa. Me senté frente a la computadora, miré a mi viejo amigo con la mirada, a la “Dobby, eres libre”. Y en ese mismo momento, el enrutador parpadeó con los 6 indicadores, emitió un último sonido chirriante y… se desconectó. No pude encenderlo de nuevo. Se fue con honor, como un verdadero samurái. @Domovenik

10.

A altas horas de la noche volví del trabajo, inserté la llave en la cerradura y me di cuenta de que estaba bloqueada desde adentro. En casa no había nadie. Pasé la noche en el auto, y después entré al departamento a través del balcón de mi vecino. La cerradura estaba bien. Pasó un tiempo, y la situación se repitió. Luego otra, y otra vez. Comencé a pensar que era algo sobrenatural, quería santificar el departamento. La última vez que pasó, me enojé porque la puerta otra vez estaba bloqueada, la jalé con todas mis fuerzas y vi a mi gato, colgado en la puerta, las patas delanteras sobre la cerradura. Me extrañaba y, de la angustia, saltaba sobre la puerta y bloqueaba la cerradura.

11.

No creo en lo sobrenatural, pero hace poco, mientras estaba en el baño, escuché a alguien estornudar en la cocina. Pensé que me lo había imaginado. 5 segundos después, el estornudo se repitió. Vivo sola, sentí miedo. Armé un escudo y una espada con lo que tenía a mano: me quité una pantufla y agarré unas tijeras de manicura. Caminé despacio hacia la cocina. ¡El estornudo se repitió de nuevo! Mi corazón latía salvajemente, resonando en mis oídos. Llegué a la cocina, no había nadie… ¡Y el estornudo se repitió otra vez! Resultó que era la tapa de la olla sobre el fuego, que saltaba.

12.

Antes me gustaba el ocultismo, buscaba y compraba libros raros, hasta tengo una sala de estudio destinada a esas cosas en la casa. Una vez compré un libro en otra región, muy antiguo y valioso, y lo llevé a casa. Esa misma noche, comenzaron a ocurrir cosas extrañas: los libros caían de los estantes, al gato se le ponían los pelos de punta, las puertas se cerraban solas. El apogeo fue un cuervo, golpeando el vidrio de la ventana. Había que verme: un hombre adulto, con un gato bajo el brazo, gritando insultos mientras huía de la casa al garaje. Me deshice del libro.

13.

Era verano. Me estaba quedando dormido con la mano colgando del sofá. Siento que el gato me la toca con la pata y la lame con su lengua áspera (a veces lo hace). Giro hacia el otro lado, ¡y veo que mi gato duerme tranquilamente a mis pies! En shock, miro debajo del sofá, y veo a otro gato. Se ve que se trepó por el árbol hasta mi balcón del primer piso. El temor infantil de algo extraño debajo la cama se hizo realidad. @rusvod17

14.

Mi mamá no cree mucho en el misticismo. Me contó un caso. En su trabajo, en un centro de cardiología, hay una sala para el inventario. Y una estantería de hierro, adherida firmemente a la pared. Cada noche, todo se cae de esa estantería. Los colegas de mi mamá pensaban que era por culpa de los espíritus. Bueno, un día a ella le tocó hacer guardia por la noche, y decidió espiar. Resultó que en el piso de abajo, a una determinada hora, se encendía un aparato grande, las ondas iban a lo largo de la pared y arrojaban las cosas de la estantería. Hay una explicación para todo.

15.

Cuando alguien me habla del mal de ojo, siempre hago una analogía con las estrellas de Hollywood. ¿Pueden imaginarse cuántas mujeres locas trataron de amarrar a Brad Pitt o a Tom Hardy? ¿Y cuántas envidiosas quisieron causar daño a Angelina Jolie o Jennifer Aniston? Nadie podría aguantar semejante flujo de energía negativa. Por eso, sinceramente, no entiendo cómo alguien puede creer en toda esa basura mística.