Según el programa internacional de PISA (el cual evalúa del rendimiento académico de los estudiantes), los países asiáticos como China, Japón y Corea, ocupan el primer lugar en las listas de la mejor educación desde hace muchos años. Los alumnos orientales de 15 años, muchas veces superan a los del resto del mundo en matemáticas, lectura y ciencias naturales.
Criar a un niño talentoso y exitoso que respete a los mayores y a su cultura, y sepa hacer lo correcto en cada situación, es el objetivo principal de la educación en esa mitad del mundo. Pero, ¿cómo lo logran sus padres?
Para eso existen reglas abiertas y tácitas que se han seguido en los países de Asia durante muchas décadas. Te contaremos sobre ellas en este artículo.
Se considera que la educación no es lo más importante
Pero solo en los primeros 2 años de vida. En este período, se pone en primer lugar el componente emocional, por lo que el niño se rodea de cuidado y cariño tanto como sea posible. Es importante el contacto físico: el pequeño se alza en brazos constantemente, aun sin aparente necesidad.
Aquí no se acostumbra pensar que el niño no puede entender nada hasta cierta edad. Aunque el pequeño no pueda responder, comienza a recibir y analizar información mucho antes de nacer. Por eso los padres tratan de ser un buen ejemplo, incluso cuando los bebés todavía están en pañales.
Se le da gran valor a la experiencia personal
Pero, a diferencia del sistema de educación occidental, en Oriente no se acostumbra a prohibirle cosas al niño. Si un pequeño comienza a hacer algo peligroso o no deseado, los adultos cambian su atención a otra cosa. En el sistema oriental, se cree que la prohibición puede generar interés cognitivo.
Por eso al niño se le explica acerca del peligro y se le dice por qué es mejor no hacer tal o cual cosa. Pero no se le prohíbe. Gracias a este enfoque, en el futuro los niños piensan de forma más creativa, pueden buscar soluciones originales, observan las reglas importantes y respetan a los mayores.
Los intereses propios están en el último lugar
Por ejemplo, los padres occidentales dicen: “No te lastimes”. Y en China dirán: “No lastimes a nadie”. Incluso antes de los 3 años, a los niños se les enseña el respeto por las personas y por los animales, la generosidad, la búsqueda de la verdad, el autocontrol y la actitud cuidadosa hacia la naturaleza.
Tratan de educar a los niños de tal forma que puedan llevarse bien con los demás, ayudarlos y tener en cuenta sus intereses antes que los propios. En Japón, se cree que este enfoque es muy importante para el desarrollo de una sociedad armoniosa y del estado en general. Por eso a los niños se les enseña a ser parte de un equipo, de un todo más grande.
Desde los 2 o 3 años, los niños asisten a distintos talleres deportivos y educativos
Después de que los principios del comportamiento correcto y la actitud respetuosa hacia los demás se han inculcado en la naturaleza del niño, comienza un desarrollo integral. Se considera absolutamente normal si el día de un pequeño de 3 años está programado hasta el último minuto. Ellos pueden asistir simultáneamente a clases de inglés, matemáticas, dibujo, ir a un taller de teatro y a otro de canto.
Gracias a este sistema, a la edad de 4 años, todos los niños pueden tocar al menos un instrumento musical, conocen los principios básicos de las matemáticas y la gramática. Y a los 5 años, el pequeño ya comienza a prepararse para la escuela. La infancia despreocupada termina. A ellos se les enseña a ser disciplinados, se controla su asistencia, y se marcan sus logros.
Los niños de los primeros niveles de la escuela primaria ya son independientes
Por ejemplo, en Japón y Corea, ya a los 6 años, los niños llegan a la escuela por su cuenta. Las madres no acompañan a sus hijos.
Al comenzar sus estudios, los niños, por regla general, ya saben contar, escribir y leer libros sencillos. En los países asiáticos están convencidos de que el aprendizaje temprano de los conceptos básicos de las matemáticas desarrolla los lóbulos frontales del cerebro y las habilidades creativas del pequeño, y afirman que la independencia favorece la disciplina.
Cuando llega el momento, no apresuran al estudiante con la elección de una profesión
Aproximadamente entre los 12 y los 16 años, el niño comienza a considerarse adulto en términos de madurez mental. Él toma sus propias decisiones y es responsable de ellas. Pero, a diferencia de Occidente, ellos no apresuran al chico a elegir una profesión si no está listo para hacerlo.
Los lazos familiares están en primer lugar: el niño puede vivir con su familia todo el tiempo que desee. Pero en la mayoría de los casos, después de cumplir los 14 años, ellos ya saben a qué se quieren dedicar y pueden vivir de manera independiente.
Estos métodos se utilizan desde hace siglos. Permiten criar a un niño inteligente y talentoso que honra las tradiciones, respeta a los demás y sabe trabajar en equipo.
Las reglas principales del sistema de educación oriental son: la explicación de las decisiones de los padres, el amor y el afecto como base para la formación de una mente sana en el niño, y una crianza basada en la disciplina y la independencia para lograr buenos resultados en los estudios y en el trabajo.