“Era tan grande que no pude conseguir un vestido para mí. Pesaba 165 kg y entré en una tienda de novias donde me dijeron: ‘no tenemos nada que te quede’. Estaba desconsolada, estaba tan avergonzada, salí de la tienda y lloré con todas mis fuerzas”, dijo Dyson. Ahora planea renovar los votos y tener su boda soñada.

Para muchas mujeres las fotos de la boda son algo importante en la vida, un recuerdo inolvidable que debe ser conservado, ya que rememora un gran momento en la vida. Pero no significa lo mismo para todas, para algunas el día del matrimonio no es un buen recuerdo, ya sea porque la relación fracasó o, como en el caso de Debbie Dyson, porque te evoca un momento que quisieras olvidar.

Debbie sigue felizmente casada, pero odia la forma en la que se veía durante el día de su boda, pese a que era una novia, en ese entonces pesaba el doble que ahora.

Cuando caminó al altar lo hizo pesando 165 kilogramos, razón por la que no pudo encontrar el vestido de novia de sus sueños. Fue así como uno de los días más felices de su vida se convirtió en uno de los peores, según sus propias palabras.

“Era tan grande que no pude conseguir un vestido para mí. Pesaba 165 kg y entré en una tienda de novias donde me dijeron: ‘no tenemos nada que te quede’. Estaba desconsolada, estaba tan avergonzada, salí de la tienda y lloré con todas mis fuerzas”, dijo Dyson a medios locales.

En las fotos de la boda ella no se ve feliz, tiene el rostro serio a pesar de que estaba formando un compromiso con el hombre de su vida, cuando el fotógrafo se acercaba a ella era molesto, no quería fotos. Por eso, una vez que logró perder peso se aseguró de eliminar todas las fotos del matrimonio.

“Lloré durante todo el camino (al altar), lo que debería haber sido el día más feliz de mi vida fue lo peor. Cuando aparecieron las fotografías, las odié, las rompí. Paul dijo, ‘te ves bien’ y yo dije ‘no, me veo repugnante’, las corté, no las quería en mi pared”, confesó.

Pero ahora es todo distinto, Debbie ingresó en un programa para bajar de peso por tercera vez y, por fin, obtuvo los resultados que quería. En el corto periodo de 9 meses logró perder la increíble suma de 76 kilos y rebajar 6 tallas.

Ahora Debbie se siente con mucha más confianza en sí misma y planea renovar los votos junto a su marido Paul y esta vez sí guardará las fotos para siempre.

“Me siento mucho más feliz conmigo misma. Estoy planeando con ansias una segunda instancia para tener la boda de mis sueños”, dijo.

Ahora tiene la confianza que le faltaba.