Christina Staggs, de 26 años de edad y madre de tres hijos, llegó a pesar 140 kg gracias a los dulces, chocolates y helados, pasiones que le surgieron después del nacimiento de su segundo hijo. Pero una vez escuchó que alguien le decía que se parecía a la belleza de Hollywood, Angelina Jolie. Esto llevó a Christina a trabajar en sí misma y a ponerse a dieta para poder acercarse más a la imagen de su querida estrella favorita..
Ella se unió a un club de adelgazamiento en abril del 2010, y para agosto del siguiente año ya había bajado 70 kilogramos. Ahora la madre de tres hijos pesa la mitad y se ve muy bien.
La propia Christina dice: “Debo confesar que nunca había notado alguna similitud con otra persona, especialmente con algún famoso, pero una vez una mujer me dijo que me parecía a Angelina Jolie”.
“Ella dijo que mis labios se parecían a los de ella, y para mí ese fue un verdadero cumplido. Las palabras de esa desconocida se quedaron atrapadas en mi cabeza. Hasta entonces me había esforzado continuamente por bajar de peso, pero había sido en vano. Y de repente sentí un nuevo impulso”.
“Soy una amante de los dulces, siempre me han encantado. Podía ir a la tienda a comprarme un paquete de galletas de chocolate, un gran trozo de chocolate con leche, algunos otros dulces de menta con chocolate y algunos postres. Me podía comer todo el mismo día. Comía demasiado”.
“Ahora me he deshecho del exceso de peso y la gente comienza a decirme que me parezco asombrosamente a Angelina Jolie, lo que me causa una gran felicidad. Y mi novio también está muy contento”.
Una más de las motivaciones de Christina para bajar de peso fue la falta de ropa de su talla en las tiendas: “Cada vez que iba de compras, tenía muchas dificultades para encontrar algo que me quedara. A veces incluso tenía que comprar tallas más grandes”.
“Cuando tuve que comprarme la talla 23, pensé que ya no quería seguir viviendo así. Además, estaba siendo atormentada por un terrible dolor en el pecho, por lo que tenía que actuar ya. Durante la primera semana perdí 2,7 kg, y cada mes, casi 9 kg. La alegría del progreso me impulsaba a ir más lejos”.
“Este es una especie de autoaprendizaje sobre como controlar los impulsos y el deseo de comer. En nuestro club se nos enseña que se puede comer de todo, pero con moderación”.
El programa de Christina incluía comidas bajas en calorías y una caminata cada noche con su perro Ben por 5,5 km. “Al principio me daba vergüenza ir al gimnasio, por lo que compre una caminadora y una elíptica para usarlas en mi casa. Todas las mañanas entrenaba en ellas durante 5 minutos. Y claro, no dejaba pasar ni una sola noche sin mi paseo con Ben”.
“Cuando empecé a bajar de peso, empecé a tener más confianza en mí misma y empecé a nadar. Al bajar 38 kg, me compré una membresía para un gimnasio. El primer par de meses fui allí todos los días, pero ahora sólo voy una o dos veces por semana”.