La empresa británica que investiga los mercados, Mintel, descubrió que el 44 % de las mujeres odia ir de compras. Pero incluso si te gusta pasearte por las tiendas, a menudo las compras pueden ser impulsivas: porque resulta difícil resistirse a una prenda que te ha gustado, o bien porque quieres terminar cuanto antes. Así es como en tu vestuario puede acabar apareciendo ropa problemática: elegante, sí, pero incómoda o difícil de cuidar. En este artículo te contaremos por qué es mejor renunciar a determinadas prendas para no lamentar tirar el dinero.
Hemos recopilado para ti 12 prendas que solo te complicarán la vida
1. Pantalones claros para el verano
Qué agradable resulta ponerse unos pantalones claros cuando llega el verano. Pero qué molesto cuando te das cuenta, o aún peor, cuando alguien te dice que son demasiado claros o muy ajustados. Por desgracia, debajo de este tipo de prendas se aprecia a menudo la ropa interior. Incluso aquella que no debería ser visible. Y eso no es bueno, en absoluto.
Qué hacer:
Opta por pantalones más densos o bien de otros colores.
2. Prendas ceñidas de punto fino
Eligiendo un vestido ceñido de punto fino, inconscientemente, nos imaginamos una silueta alargada y delgada. Delante del espejo, en el probador, incluso conseguimos hacer realidad esta imagen durante un par de minutos. La espalda recta, el vientre plano, el trasero hacia atrás… todo se antoja perfecto.
Sin embargo, en la vida real, no será posible mantener esta pose militar de manera constante, ni siquiera si eres de las más persistentes. En algún momento caerás en la relajación y el punto enfatizará traicioneramente todas aquellas líneas naturales de la figura femenina que se ven mejor bajo una prenda más suelta.
Qué hacer:
Si un corte suelto no es de tu agrado, opta por un vestido-estuche.
3. Parte superior sin tirantes
Los tops y vestidos con hombros abiertos se ven muy femeninos y románticos. A la hora de elegirlos, las mujeres no queremos más detalles, simplemente un vestido con los hombros abiertos. Pero ya el primer día que nos lo ponemos, tenemos que enfrentarnos con la dura realidad.
Subiendo sin parar este desastre deslizante, querrás vengarte de aquel que introdujo en el mundo de la moda el vestido bandeau; así es cómo, por analogía con la prenda del mismo nombre, pero interior (“bande” significa en francés cinta, tira de tela), se llama al vestido sin tirantes.
Qué hacer:
Si realmente tienes muchas ganas, utiliza estos trucos. Pero en realidad, ni siquiera los tirantes más finos evitarán estos problemas, además, sin dañar la imagen.
4. Pantalones y faldas demasiado cortos
Incluso si eres la afortunada dueña de unas formas atléticas y atractivas, y aún más si no lo eres, no te apresures a elegir ropa demasiado corta. Los shorts y faldas ultracortos son extremadamente poco prácticos: no puedes inclinarte ni sentarte con ellos. La falda ceñida tendrás que estirarla constantemente hacia abajo porque subirá sin parar. Y una no ceñida, agarrarla cuando fluya la más mínima brisa.
Y ahora imagina que llevando shorts muy cortos, que dejan la mitad del trasero al descubierto, tienes que sentarte, por ejemplo, en un transporte público. No sabes quién ocupó ese sitio antes que tú, puede que fuera una persona que se encontraba sucia, y tú vas a pegarte a este sitio con tu piel desnuda.
Qué hacer:
Opta por ponerte pantalones y faldas cortos para ir a la playa. Si tienes que moverte mucho por la ciudad, es mejor dar preferencia a la ropa más cerrada, la cual no te ocasionará ningún inconveniente.
5. Faldas y vestidos demasiado largos
Otra prenda del vestuario que enfatiza mucho la naturaleza femenina de su dueña. Y una más que crea innumerables problemas.
Debido a que la tela constantemente se enreda entre las piernas, en vez de andar ligeramente, obtienes un modo de caminar del tipo “mis piernas están haciendo un nudo, socorro”. Si el largo realmente llega al suelo, prepárate para lavar la falda después de cada uso (si no quieres lucir realmente desordenada). Puedes, por supuesto, sostenerla todo el tiempo con la mano, pero todavía no se sabe qué molesta más.
Y, por supuesto, alguien pisará la cola larga del vestido. Si no lo hace un transeúnte, lo harás tú misma. Y entonces elige qué es peor: caerte a secas, o quedarte sin falda delante del respetable.
Qué hacer:
Para un uso cotidiano, es mejor optar por los vestidos de longitud y volumen moderados. Una alternativa elegante es un vestido que llega a la zona media de los gemelos.
6. Prendas con una decoración compleja
No se puede negar que las prendas con una decoración rica y compleja son muy hermosas e inusuales. Por supuesto, si no hablamos de las famosas falsificaciones o de ropa interior. Por otro lado, tampoco nos referimos a los atuendos de noche diseñados para salir una vez. En este caso, las prendas ampliamente decoradas quedarán que ni pintado. A diferencia de las mismas cosas, pero para uso diario.
Si estás dispuesta a brillar (en el sentido literal de la palabra) todos los días, prepárate para comprobar por tí misma el dicho “La belleza requiere sacrificio” y tener que sufrirlo durante cada lavado y planchado.
Qué hacer:
Dejar un vestido con lentejuelas para las ocasiones especiales. Y para el día a día, optar por las prendas más sencillas.
7. Prendas de baja calidad
Optando por las prendas más económicas, nos condenamos a problemas adicionales.
Las telas baratas pierden más rápidamente su aspecto: ceden, pierden su color, se cubren con bolitas. Lo sintético de baja calidad puede ser desagradable al tacto, la piel no podrá respirar, por lo que habrá más sudor, cuestión que no solo estropea la prenda, también te pone en una situación embarazosa. Además, se consideran de baja calidad las prendas con un corte malo, desfavorable, y a veces, simplemente, torcido. Esta ropa te sentará mal haciendo burbujas, deslizándose y perdiendo su sitio.
Qué hacer:
No es necesario rechazar por completo las variantes económicas. Solo vale la pena prestar más atención a la tela y al corte y ya, dependiendo de esto, decidir cuánto estás dispuesta a pagar por un artículo de más calidad.
8. Prendas blancas uniformes
Las cosas blancas como la nieve acarrean muchos más problemas potenciales que el de ser poco prácticas. Por ejemplo, con el contraste sobre la parte superior blanca, los dientes parecerán amarillos. Y la idea de un conjunto de prendas blancas fallará por completo si estas difieren, al menos mínimamente, por su tono.
Lo blanco obliga: optando por la ropa de este color “neutro”, debes ser exigente al máximo contigo misma, ya que nada como esto para revelar mejor las imperfecciones de la figura.
Qué hacer:
De la multitud de tonos de color blanco, opta por los más cálidos: tipo crudo o marfil.
9. Prendas negras uniformes
Parecería que total black look (aspecto negro total), es una verdadera varita mágica para muchas situaciones en la vida. Pero también debe llevarse con inteligencia. Nuevamente, es extremadamente importante y muy difícil acertar con el tono. En caso de error, la imagen promete convertirse en una barata y desordenada prenda, incluso si son caras y están en perfectas condiciones.
Además, sobre un fondo negro, cualquier vello o la mota más leve será visible. Y si no quieres causar la impresión de que esto no te importa, tendrás que estar en alerta todo el tiempo.
Qué hacer:
Una alternativa elegante al negro es el azul marino, verde oscuro o bordó.
10. Ropa de cuero
Las leggins de cuero se han convertido en una verdadera parábola. Y, probablemente, el alboroto alrededor de este ambigua prenda de vestuario no surgió de la nada. No solo se ajustan demasiado, literalmente, pegados al máximo al cuerpo, sino también provocan un chirrido molesto.
Si lo primero pone de los nervios a los demás, lo segundo puede enfurecer rápidamente también a la dueña de esta prenda nueva de cuero. Y esta es una gran desventaja de toda la ropa hecha de piel, y aún más de polipiel, tipo faldas, gabardinas y similares.
Además, las prendas de cuero requieren de un gusto impecable. En la mayoría de los casos, pueden verse demasiado extravagantes, inapropiadas e incluso vulgares.
Qué hacer:
Reemplaza el material de cuero por los tejidos. Opta por pantalones de corte clásico o ancho.
11. Calzado de charol
Los zapatos chirriantes son dignos de una mención especial aparte. No importa cuán bellamente resplandezcan los nuevos loafer de charol, los sonidos que pueden hacer al caminar no tienen compensación posible. Un chirrido a cada paso es desagradable. Y esto es una desventaja que te hará optar por unos zapatos menos brillantes, pero más cómodos.
Qué hacer:
Recuerda que los zapatos y botines de charol son bastante duros y, a menudo, lastiman los pies. Por lo tanto, vale la pena elegir calzados de un material blando y flexible.
12. El último grito de la moda
Uno puede cometer un error al comprar una cosa que, inesperadamente, te traerá un montón de problemas. Pero también puedes saber con seguridad que la prenda será problemática y aún así querer comprarla simplemente porque está de moda.
El modelo, color y silueta muy a la moda puede contradecirse tanto con las peculiaridades de tu apariencia y figura que, en otro momento, ni te habrías fijado en esta prenda, ni de lejos. Pero cuando es la última tendencia del mercado es casi imposible evitar toparte con ella y querer ir a la moda. Por lo tanto, a menudo, nos compramos algo bastante ridículo.
Qué hacer:
A la hora de elegir la ropa, primero debes orientarte por tu estilo y necesidades, en vez de perseguir las tendencias de moda a ciegas.