Uno de los estereotipos de belleza femeninos que ha predominado estos últimos años son las caderas anchas y los traseros robustos. Este prototipo ha sido promovido por estrellas de reality show, de redes sociales y de la música -entre otros ámbitos-, como Kim Kardashian, Nicki Minaj o Jennifer López, modelando un estilo de cuerpo que obliga a quienes no calzan naturalmente a ajustarse a él.
Es por eso que en Brasil la cirugía de levantamiento de trasero se ha convertido en una de las más solicitada por mujeres.
Llamada también lifting brasileño o BBL (Brazilian butt lift), esta intervención consiste en extraer grasa a través de una liposucción (de abdomen o muslos) para luego inyectarla en los glúteos con el objetivo de aumentar su tamaño, levantarlos y redondearlos, detalla en su portal la cirujana estética María Jesús García-Dihinx y agrega que la operación dura dos horas, y necesita una recuperación de dos semanas.
A pesar que suena como una intervención sencilla y satisfactoria, la verdad es que las cifras entregadas por investigadores de la Universidad de Oxford han activado las alertas entre los posibles pacientes.
El estudio reveló que 1 de cada 3 mil personas mueren por culpa de este procedimiento, lo que equivale a un 0,033% de probabilidades de fallecer, a diferencia del promedio de 0,002% que tienen las otras intervenciones estéticas.
Los investigadores explican que las personas que han fallecido por esta cirugía se debe a que la grasa es inyectada con demasiada profundidad, ingresando al sistema circulatorio y provocando una embolia pulmonar.
“Hay muchos vasos sanguíneos en el área de los glúteos que pueden romperse o perforarse si la grasa se inyecta con demasiada profundidad”, añade al respecto el cirujano plástico neoyorquino Douglas Senderoff en el portal Huffington Post. “(Una embolia pulmonar) es básicamente un coágulo de sangre que se mete en los pulmones, e impide que el cuerpo pueda obtener oxígeno gracias obstrucción, y eso es fatal”, detalla.