¿Te has preguntado alguna vez por qué los mismos consejos sobre el cuidado pasan de un artículo a otro y de una revista a la siguiente? No es por falta de imaginación de los editores, sino por el hecho de que la mayoría de los lectores simplemente no siguen estos consejos obvios. Tal vez ya va siendo hora de dejar de gastar dinero en potingues mágicos y cosmetólogos y comenzar por lo principal.
No queremos sobreestimar el poder de nuestra influencia en tu vida, pero aun así, intentaremos detallarte los 10 errores más comunes que suceden en el cuidado facial.
1. Cambias de cosméticos a menudo
No es sencillo resistirse a comprar otra crema o suero facial cuando las revistas están inundadas de recopilaciones infinitas de los mejores productos de belleza de la temporada, mientras que las tiendas no cesan en sus descuentos y promociones. Pero pese a la potencia de esto, tienes que ser fuerte, especialmente si en el estante del baño ya cuentas con varios productos ideales para ti.
¿Quizás tengas miedo de que la piel se pueda acostumbrar a los cosméticos que ya utilizas y, por este motivo, cambias regularmente de productos de este tipo pensando en obtener un mejor efecto? En vano: la piel no se acostumbra a los productos de cuidado. Pero sí, una nueva crema milagrosa igual te puede causar una reacción alérgica inesperada.
2. Utilizas exfoliante a diario
Nuestra piel se renueva exitosamente sin “ayuda externa”, pero de vez en cuando, tus manos se sienten atraídas por el tubo del exfoliante para acelerar este proceso. Sí, con su ayuda, te desharás rápidamente de las “escamas” y limpiarás mejor la piel. Pero, llevando a cabo tales procedimientos a diario, corres el riesgo de privar a la piel de su capa protectora.
Por regla general, los exfoliantes y cepillos duros no son la mejor opción para purificar el rostro. Recomendamos que estos sean reemplazados con peelings químicos ligeros. No nos referimos a procedimientos serios propios de un salón de belleza, ahora se pueden encontrar muchos productos para utilizar en casa y que eliminan suavemente y sin dolor las partículas córneas de la piel. Por ejemplo, el peeling de almendras se puede hacer en casa incluso en verano sin el riesgo de obtener manchas de pigmentación.
3. No utilizas productos desmaquillantes
En un esfuerzo por simplificar el ritual de belleza vespertina, tal vez retires el maquillaje y el polvo de una gran ciudad con un solo producto de limpieza, o bien con simple agua. Sin embargo, de esta manera, no solo te ahorras un par de minutos, también dejas en la piel las partículas de cosméticos, lo que puede conducir a poros obstruidos, agravar el acné, y a un aumento de la grasa en la piel.
Por lo tanto, antes de lavarte el rostro, vale la pena usar un desmaquillante: leche especial, agua micelar o aceite hidrofílico. No son frascos inútiles diseñados para vaciar tu tarjeta bancaria, sino productos necesarios, sin los cuales, todos los demás procedimientos de cuidado no tendrán el efecto deseado.
4. Utilizas una funda de almohada por más de dos días
Incluso si antes de dormir siempre te lavas el pelo y hasta alcanzar un brillo reluciente te limpias el rostro, en tu funda de almohada, inevitablemente, se acumulan polvo, partículas de epitelio (incluyendo el epitelio de la persona con la que compartes la cama) y pelo de mascotas. Ya en dos o tres días, en la almohada se crean maravillosas condiciones para que tu rostro se “enriquezca” con granos.
¿No quieres “invitados no invitados” al mirarte en el espejo cada mañana? Cambia la funda de tu almohada cada dos días. Y, por cierto, vale la pena probar a reemplazarla por una de seda. Así, tendrás más posibilidades de proteger tu rostro, no solo de posibles erupciones, sino también de la aparición de arrugas prematuras.
5. Descuidas el tónico facial
El tónico no es simplemente un líquido “con agua agradable, pero inútil pese a su delicioso olor”, es un producto que restablece el equilibrio del pH de la piel, y por lo tanto, la prepara para otros procedimientos. Con un tónico, incluso una simple crema humectante funciona de una manera más eficaz. Y después de procedimientos traumáticos como, por ejemplo, un peeling, la aplicación del tónico es obligatoria.
Al incluirlo en tu conjunto de productos necesarios es más probable que evites problemas de la piel como sequedad, irritación y erupciones. En estos casos, lo importante pasa por elegir un tónico sin alcohol, ya que, de lo contrario, la situación será la no deseada.
6. Utilizas polvo de maquillaje para eliminar el brillo graso
Tu rostro brilla 24 horas al día, los siete días de la semana y los productos para hacerla mate carecen de efecto. Un verdadero problema en verano, ¿verdad? Se te ocurre una solución lógica a primera vista: utilizar polvo de maquillaje. Desafortunadamente, incluso este no puede mantener tu piel mate de manera constante a más de 30 ºC, pero sí es capaz de obstruir los poros.
En lugar de tratar de disimular el brillo graso con polvo, prueba a utilizar toallitas con efecto mate. Tampoco proporcionarán un efecto duradero, pero, al menos, tendrás la seguridad de que eliminan lo que sobra en tu rostro en vez de añadirlo.
7. Te depilas las cejas antes de maquillarte
¿Ibas a maquillarte, te acercaste al espejo y viste algunos vellos que sobraban en la zona de las cejas o encima del labio superior? Deja todo como está hasta la noche. Es poco probable que alguien se fije en esto, pero un enrojecimiento o, peor aún, una inflamación en la zona del vello arrancado, será visible para todos sin importar la cantidad de base de maquillaje que te apliques para disimularlo.
Si te has depilado las cejas, debes esperar, al menos dos horas, antes de aplicar crema o cosméticos decorativos en el área tratada.
8. Te lavas el rostro antes de tomar una ducha
Por supuesto, puedes lavarte la cara cuando te apetezca. Pero después de tomar una ducha, resultará mejor lavarse el rostro con una pequeña cantidad de producto de limpieza facial. Los productos para el cabello, a menudo, contienen siliconas, parabenos y otros productos químicos que permiten al pelo volverse suave y liso. Lamentablemente, estos no aportan al rostro tales beneficios.
Por el contrario, si estos permanecen en la piel, pueden generar irritación, enrojecimiento o exacerbar el acné ya presente. Por lo tanto, te aconsejamos desmaquillarte el rostro antes de tomar una ducha y el procedimiento final de limpieza facial realizarlo tras lavarte el cabello.
9. No te aplicas productos de cuidado facial antes de ir a dormir
Después de un día completo con maquillaje es posible que desees dejar que tu rostro descanse tras tantos cosméticos. Sin embargo, la piel se recuperará mucho mejor con una crema de noche, suero o mascarilla. Las sustancias activas que contienen estos productos neutralizan el efecto negativo de los cosméticos decorativos, por lo que el rostro lucirá fresco por la mañana.
10. Ignoras los productos con protección solar (FPS) cuando el cielo está nublado
Parece que ya todas a las que les resultan importantes la juventud y la belleza se han dado cuenta de la relevancia que supone la protección contra la radiación solar. Pero si en los días claros de verano, la mayoría recurre a productos con FPS, incluso estando en la ciudad y lejos de la orilla del mar, cuando el cielo está nublado, muchas son las que se olvidan de protegerse: “Si no hace sol”.
Por desgracia, la radiación ultravioleta dañina siempre está presente, incluso en los países escandinavos fríos. Así, la protección contra esta es necesaria durante todo el año. No tienes por qué utilizar productos especiales de protección solar cuando las nubes pueblan las calles. Simplemente, recurre a una crema hidratante con SPF 30: con esta te será suficiente para conservar toda la salud de la piel.
¿Cuál de estos errores cometes con más frecuencia?