5 Explicaciones para el sentimiento del “odio a primera vista”

Existe tanto el amor a primera vista como el odio a primera vista. Lo cierto es que hay personas que nos caen bien o nos atraen profundamente desde el primer momento, igual que ocurre lo contrario. Desarrollamos una antipatía instantánea por personas que apenas conocemos. No encontramos una explicación racional, ni en uno, ni en otro caso.

Solemos pensar que todo el asunto se resume en una palabra: intuición. Sin embargo, no siempre es así. Llegamos a sentir atracción o amor por personas que no lo merecen. O le damos rienda suelta al odio a primera vista con personas maravillosas. En este sentido, la intuición no es una garantía.

Es natural que sintamos odio a primera vista por quienes llegan a nuestra vida haciéndonos algún daño o causándonos un mal. Lo que no es lógico es sentir rechazo por alguien que no nos ha hecho nada. ¿Por qué sucede esto? Hay cinco razones básicas. Son las siguientes.

“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”.
-Nicolás Maquiavelo-

1. No eres tú, soy yo

El odio a primera vista muchas veces no se origina en una agresión o un mal gesto de la otra persona. A veces son los prejuicios los que nos guían o los filtros que aplicamos sobre la información que recabamos los que nos confunden. En cualquier caso, somos nosotros y no la persona a la que “odiamos a primera vista”.

El odio a primera vista podría ser simplemente el resultado de un prejuicio. Te dejas guiar por la apariencia y asocias un determinado aspecto con unos valores o antivalores específicos. El cabello largo, un tatuaje o una apariencia desaliñada podrían estar distorsionando tu visión. No olvides que las apariencias son muy engañosas.

2. Quieren demostrar algo que no son

Hay personas que se preocupan demasiado por la impresión que causan en los demás. De hecho, destinan muchos recursos a intentar proyectar una determinada imagen. De manera inconsciente, los demás detectan esta artificialidad o teatro que produce rechazo.

A veces les delata el contenido de su discurso o su lenguaje corporal. Por ejemplo, alguien demasiado arreglado para la ocasión y que elude las miradas directas, o levanta el mentón para hablarle a los demás, puede proyectar una falsa sensación de superioridad. Esto suele dar origen a más de un odio a primera vista.

3. El feeling y el odio a primera vista

Cuando el contraste entre dos personas es muy alto, es posible que se caigan mal desde el primer momento. En este sentido, lo diferente puede atraernos o despertar en nosotros una actitud de rechazo. Que se dé una u otra reacción dependerá de muchos factores, entre los que se encuentran nuestro estado de ánimo o la manera en la que el otro se posiciona respecto a estas diferencias.

También depende, y mucho, del grado de compromiso que tengamos con nuestra opinión sobre un tema. Si somos muy sensibles a las políticas medioambientales será complicado que alguien que las desprecia nos caiga bien. De alguna manera, podremos sentir que la otra persona también está maltratando algo que es nuestro: el medio que nos rodea.

4. La falta de habilidades sociales

Hay maravillosas personas que, sin embargo, no han desarrollado sus habilidades sociales. Eso, en el marco social en el que nos desenvolvemos, no solo les sitúa en una posición de desventaja, sino que ocasiona que a primera vista caigan mal. Es como si fueran personas que no encajan, que rechinan. A veces son torpes, o extremadamente herméticas o simplemente impertinentes. No tienen idea de cómo establecer un vínculo con otros de manera espontánea.

Es posible que esto dé origen a un odio a primera vista. La falta de destreza en el trato, especialmente al comienzo, cuando todavía no hay complicidad, puede convertirse en un obstáculo para una posible relación. Simplemente hay que darle tiempo al tiempo para saber quién es esa persona realmente.

5. Te recuerda a alguien

A veces, por más que lo piensas, no logras entender por qué alguien te cae tan mal, incluso sabiendo que es una persona muy valiosa. Sucede que esa persona puede recordarte a alguien con quien tuviste una experiencia negativa. Inconscientemente asocias a esa persona con otra.

No es necesario que guarden un parecido físico. A veces solo es un gesto o incluso un acento. Detalles simples que te llevan al recuerdo de otra persona que tiene un significado negativo para ti. Esto quiere decir que quizás no has superado lo que te ocurrió ni has gestionado las emociones que se derivaron y eso está condicionando tu presente.

¿Cuántas veces no hemos sentido odio a primera vista y luego terminamos adorando a esa persona que nos caía mal? Seguramente nos ha sucedido en variasocasiones. Las primeras apariencias pueden ser muy engañosas. Nadie merece ni el amor, ni el odio con una sola mirada. Siempre es bueno darnos la oportunidad de conocer más a alguien, en lugar de aceptarlo o rechazarlo después de un contacto superficial.

Nota de edición: en este artículo, cuando nos referimos a “odio a primera vista” no nos referimos realmente al odio, sino más bien al rechazo. La expresión se utiliza como opuesta a “amor a primera vista”, contraponiendo la idealización.

Vía: La mente es maravillosa.