¿Te has puesto a pensar que tal vez estas llevando tu vida en “piloto automático”? Sigues la misma rutina todos los días, las reuniones con amigos se hacen cada vez más escasas y casi no sales de la casa. ¿Te sientes cómodo viviendo de esta manera? Podría parecerte bien a primera vista, pero si profundizas más, resulta que este estilo de vida es nocivo para ti. Aquí te mostramos las señales a las que debes prestar más atención para evitar dañar tu salud psicológica.
1. Nada en este mundo te interesa.
Piensas que no hay nada en este mundo que pueda sorprenderte, y levantas las cejas con escepticismo ante cualquier noticia. La edad de una persona está determinada no solo por los números en su pasaporte, sino también por la capacidad de encontrar algo nuevo para sí mismos, aprender y desarrollarse. ¿Cuántos eventos en los últimos años te han causado gran entusiasmo? Si la respuesta es “no muchos”, debe hacer algo al respecto, con urgencia.
2. No te importa tu bienestar ni el de tu hogar.
Si no te importa tu apariencia, y la última vez que limpiaste tu casa fue el mes pasado, esta es una clara señal de una crisis personal. La indiferencia hacia tu cuerpo y hacia el entorno solo dice que no te va bien en la vida. Hay una razón por la que las personas dicen que si quieres cambios en la vida, debes comenzar por ordenar tu casa. La limpieza es extremadamente útil: distrae de los pensamientos tristes y ayuda a ordenar tus prioridades. También se aconseja a las mujeres ir al peluquero como una especie de terapia.
3. Odias tu trabajo.
El día acaba de comenzar, y ya estás contando las horas, esperando que termine. Al ver que es apenas miércoles, te desesperas y buscas frenéticamente un motivo para irte temprano. Odiar tu trabajo es una señal segura de que algo tiene que cambiar.
4. Te niegas a comunicarte.
Todos necesitan espacio personal, pero si no quieres ver ni escuchar a nadie, evitas a tus amigos y parientes, y entras en modo “incógnito” para navegar por las redes sociales, la situación esta llegando a niveles extremos. Recuerda a Holly, la heroína de la película “P. S. ¿Te amo?” Fueron sus parientes y amigos quienes la ayudaron a salir del abismo de la nostalgia y la desesperación. Lo más probable es que las personas cercanas a ti solo te deseen lo mejor y de un modo u otro podrán prestarte ayuda. Nunca se sabe, tal vez puedan brindarte los consejos más valiosos para superar estas situaciones.
5. Todo te enfurece y te molesta.
Empiezas a molestarte literalmente con todo: un bote de basura que tu esposo olvidó sacar, las malas calificaciones de tu hijo en la escuela, el clima y el color de tu esmalte de uñas. Pierdes fácilmente la paciencia y pasas de llorar a rabiar y viceversa. Una búsqueda constante de lo negativo en el mundo que nos rodea habla de problemas que no has resuelto contigo mismo. Todo esto se detendrá si honestamente admites lo que realmente te preocupa y eliminas este problema.
6. Tienes un montón de malos hábitos.
Otra forma de lidiar con los problemas es recurrir a los malos hábitos como el alcohol, los cigarrillos, la gula o la navegación por Internet a medianoche. Estos hábitos solo crean la apariencia de que tienes control sobre tu vida. De hecho, no son más que un intento de esconder la cabeza aún más profundamente en la arena.
7. Vives en el pasado o te preocupas excesivamente por el futuro.
Piensas que “Las cosas solían ser mejores en los viejos tiempos”. Una y otra vez se desplazan en tu cabeza los mismos recuerdos agradables. O, por el contrario, piensas que “mañana será mejor” y solo tienes que esperar un poco. Pero este “un poco” dura semanas, meses o incluso años. No hay nada de malo en perderse a veces en tus ensoñaciones. Pero cuando constantemente tratas de enfocarte en “tiempos mejores”, ya sea en el pasado o en el futuro, inconscientemente intentas escapar del presente.
8. No tienes ningún lugar para “recargar”.
Cada persona tiene sus propias formas de lidiar con el mal humor. Algunos pueden golpear un saco de arena, otros se van de excursión a un parque cercano, o hacen un viaje a la ciudad donde crecieron. Pero si todos esos lugares que solían llenarte de energía solo te causan desilusión y una sensación de devastación moral, entonces la crisis es evidente. Por lo tanto, se necesitan métodos más radicales de resolución de problemas. Y, tal vez incluso la ayuda de un especialista.
9. Te hiciste prisionero de tu propio teléfono.
Los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh descubrieron que las personas que pasan más de una hora al día en las redes sociales son más propensas a la depresión. Las nociones sobre la vida de los demás evocan un sentimiento de envidia, y una creencia distorsionada de que otras personas viven una vida más brillante que tu. Esta fijación constante al teléfono puede resultar en baja autoestima, crisis nerviosas y una sensación de total soledad. Intenta desconectarte más a menudo, eso realmente te hará más feliz.
10. Consideras tu vida como un “borrador” y te gusta repetir: “A partir del lunes…”
No hay tal cosa como una “nueva vida” a partir del lunes 1 de septiembre o el año nuevo chino. Recuerda la famosa frase de “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”: “¡El mañana nunca es hoy!” Si deseas cambiar algo, no busques una ocasión especial o una fecha conveniente, simplemente comienza a hacerlo ahora mismo.