9 Absurdas reglas de belleza del pasado que son difíciles de creer

Cada época tiene su visión sobre qué es la belleza. Pero hay algo que permanece constante: los engaños que las mujeres creen y las cosas que se atreven a hacer para considerarse a la moda y bellas.

Desidimos hablarte sobre los extraordinarios estándares del pasado de belleza y demostrar que la expresión “víctima de la moda” es actual para todos los tiempos.

1. Cosmética a base de sustancias radioactivas (años 30)

En 1898, los científicos franceses Pierre y Marie Curie descubrieron el radio. Y a principios de 1930, en los puestos de los mercados de cosmética se añadía esta sustancia radioactiva a los productos. Por ejemplo, la línea popular de cremas Tho-Radia permitió a los creadores ganar muchísimo dinero, ¡pero la composición de este producto tenía radio y torio! Entonces, ¿qué les prometieron los productores a las mujeres? Una piel brillante y radiante. Solo queda sorprenderse por la omisión de las autoridades de aquel tiempo, pero, a lo mejor, esto está ligado con la subestimación inicial del peligro de las sustancias radioactivas.

2. Labial de bichos y hormigas (Antiguo Egipto)

Lo más popular en los tiempos antiguos en Egipto probablemente fue el labial. Precisamente aquí casi toda la población (por supuesto, excluyendo la clase baja) diariamente utilizaba labiales, incluso no tanto por belleza, sino para protegerse del ardiente sol y el viento despiadado. Inicialmente, para la producción de este cosmético se utilizaban sustancias con colorantes de algas marinas, yodo, bromo y manitol. Tal combinación era muy dañina. Pronto, los egipcios aprendieron a extraer el tinte rojo carmín de bichos y hormigas. Según las imágenes y testimonios que llegaron hasta hoy en día, la reina Cleopatra era muy aficionada al labial rojo.

3. Las poulaines (Edad Media)

La longitud de estos populares zapatos era reglamentada para las diferentes clases de la población. A los príncipes de sangre real se les permitía ponerse zapatos con puntas de hasta 70 centímetros, a los de ascendencia noble hasta 60 centímetros, a los ciudadanos les permitían unos 30 centímetros, y a los plebeyos, unos 15. Por lo tanto, con ayuda de los zapatos, se podía mostrar su estatus.

Para que las puntas de los zapatos no se cayeran, los seguidores de la moda llenaban sus puntas con paja.

Por cierto, en tales zapatos, era muy incómodo ponerse de rodillas durante la oración, y la iglesia los nombró zapatos inaceptables, “garra del Satán”, e incluso los maldijo.

4. Los altos peinados de los seguidores de la moda — “Macaroni” (siglo XVIII)

En Inglaterra, a finales del siglo XVIII, aparecieron personas a quienes hoy en día se les llamaría “jóvenes súper cool”. Comenzaron a llamarlos “los macaroni” debido a su parecida apariencia con el platillo del mismo nombre, o debido a que los jóvenes viajaban por Italia y de ahí llevaron el amor por la pasta a su patria. Además, tales peinados alcanzaban increíbles alturas. Y encima de todo, se ponían un pequeño gorro curioso que solo se podía quitar al tocarlo con una espada.

5. La ropa “inflada” (Inglaterra, siglo XVI)

La moda de las mangas que sobresalían bastante de la línea de los hombros les gustó mucho a los hombres de la época de la reina Isabel I. Así se veían más impresionantes y musculosos. La forma estaba sostenida por un montón de algodón. A veces, el “inflado” de la ropa se hacía mediante… aserrín. Hablando de eso, los seguidores de la moda no solo llenaban las mangas, sino también la ropa en la zona del pecho, en el abdomen e incluso ponían relleno a las medias. Las mujeres tampoco se quedaban atrás: “llenaban” el corpiño de su vestido, los hombros y las caderas.

6. Las uñas extremadamente largas (China Antigua)

Durante muchos siglos, las uñas largas en China estuvieron de moda entre la población de la alta sociedad, ya que era un símbolo de riqueza, ya que con tal belleza no se podía trabajar. Mira los retratos famosos de la emperatriz viuda Cixí de China, allí está presentada con uñas súper largas, las cuales están protegidas con un “blindado para uñas” decorado. En la corte de la dinastía Ci’an, tales uñas y sus decoraciones eran tradicionales.

Por cierto, ahora también se pueden ver uñas largas entre los hombres chinos, no con un tamaño tan extremo como el de sus antepasados, pero frecuentemente se dejan crecer solo una uña. Como vemos, las tradiciones en China realmente poseen una fuerza increíble.

7. El sudor de los gladiadores como un producto cosmético (la antigua Roma)

En la antigua Roma, el sudor de los gladiadores se consideraba realmente un producto cosmético y se vendía en las tiendas de recuerdos cerca del estadio donde se llevaban a cabo las luchas. Actualmente, equivaldría a la compra de un imán cuando vamos a un nuevo lugar.

8. Reductor de papada (finales del siglo XIX)

En 1890, el profesor Mack creó un dispositivo especial que prometía eliminar la doble papada. Y además, reducir también las glándulas. Esta herramienta milagrosa se llamaba “tirador de la cuerda” y se veía bastante siniestra.

9. Piernas pintadas

Durante la Segunda Guerra Mundial, el nailon era un producto escaso. Pero, en esta época, las piernas desnudas femeninas se consideraban algo indecente. Por eso, las seguidoras de la moda tuvieron que buscar una solución: ellas se dibujaban las rayas en las piernas como si tuvieran puestas medias. A veces, y en general, se pintaban las piernas del color de las medias de nailon: en algunas estéticas, a las clientas incluso se les proponía tal procedimiento.

Después de la culminación de la Segunda Guerra Mundial, la “moda” se acabó cuando el nailon regresó a los guardarropas femeninos.