A veces, los psicólogos hacen milagros, salvando las relaciones y resolviendo incluso los problemas más difíciles. Pero, ¿cómo se ve su trabajo desde adentro? El psicólogo social Anton Shutov, contó sobre esto en su Twitter, y de paso compartió algunos consejos que concentran muchos años de experiencia práctica. El beneficio de los abrazos, el “síndrome del estudiante de primer año” y otras observaciones, en una serie de tuits.
Averiguamos muchas cosas nuevas sobre el trabajo de los psicólogos, y también aprendió algo útil que ahora te quiere contar a ti.
1. Sobre los psicólogos
Los psicólogos verdaderamente buenos son muy pocos, y las esperanzas con las que la gente acude a ellos muchas veces no se cumplen. Es importante saber esto si has decidido a pedir ayuda.
Si estás conversando con un psicólogo y sientes que la comunicación no fluye, el contacto es débil, entonces lo más probable es que este no sea tu especialista. Busca otro, pruébalo. Es normal hacerlo. Cuando encuentres el tuyo, el mundo se iluminará.
Tenemos una creencia: dependiendo de qué problemas actuales no tengas resueltos en la vida, tendrás pacientes con exactamente los mismos problemas. Puedo decirlo con seguridad: es la pura verdad (que la lleve el diablo).
¿Que si los psicólogos experimentan estrés? Sí. Por ejemplo, ahora estoy atravesando una depresión muy severa. Es la condición más difícil que he enfrentado en mi vida. Pero tal vez la sobreviva.
Algunos psicólogos tienen métodos muuuuy extraños de trabajar con sus pacientes. Por ejemplo, conocí a un psicólogo que trabajaba con terapia del silencio. Recibía al paciente, se sentaban y guardaban silencio durante una hora. Entonces el paciente pagaba la consulta y se iba.
Nos confían muchas cosas ocultas, por lo que conocemos la verdadera historia de las personas. Algunas veces hasta es aterrador: son demasiados secretos. Por ejemplo, conozco las circunstancias de un crimen, pero hasta mencionarlo es peligroso.
Todo psicólogo debe tener su propio psicólogo. Yo tengo dificultades con eso. Entre los especialistas que conozco y que me puedo permitir, no hay ninguno que me convenza. Mi mejor asistente, consultora y terapeuta es mi ex. De hecho, ella es una especialista inteligente y talentosa, una de las mejores que he conocido.
Las profesiones que más deforman la personalidad son profesor, artista y… ahora ya sabes quién. Dios te libre de vivir cerca o hasta tener que comunicarte con un psicólogo con deformación profesional.
2. Sobre la deformación profesional
¿Que si me he enamorado de mis pacientes? Sí, especialmente al principio. Una de las primeras reglas para que el terapeuta sea objetivo, es que debe estar completamente satisfecho, gastronómicamente también. En el ambiente de los colegas, esto siempre es un motivo de bromas.
He trabajado en los servicios de asistencia telefónica. ¡Es muy interesante! Allí obtuve una habilidad: solo por la voz y las entonaciones de la persona determino su edad, su psicotipo y su estado emocional. Puedo soltarle la lengua a cualquier agente de las “llamadas frías” (de los bancos, los proveedores, los anunciantes).
Odio la sección “consejos de los psicólogos” en los medios. Por lo general, allí las personas claramente poco profesionales dicen un montón de tonterías: “¿Tienes depresión? ¡Entonces alégrate, sonríe y no estés triste! ¡Mira a tu alrededor, la vida es hermosa!”. Ya con bastante sospecha nos percibe la gente, y encima esto.
3. Sobre los clientes
En el trabajo de un psicólogo hay un extraño matiz: muchas veces, los pacientes se enamoran de los terapeutas. Y es más que enamorarse, es pasión, obsesión, dependencia, manía. Se llama efecto de transferencia, y si el terapeuta no es del todo ético, puede aprovecharlo para su beneficio.
Cuando me entero de los precios que los expertos asignan por el trabajo individual con los pacientes, me dan ganas de vomitar. Son unas incomprensibles cifras astronómicas, inconmensurables con sus cualidades humanas (por no mencionar el nivel profesional de los especialistas). Soy muy crítico en este sentido.
El paciente puede desarrollar una dependencia de las visitas al psicólogo, porque allí se siente protegido, aceptado. A veces, eso tan simple es lo que le falta a una persona en la vida cotidiana. En este caso, la terapia debe ir terminando gradualmente.
Raramente, pero a veces lloro junto a mis pacientes. No me avergüenza mostrar sentimientos que comparto sinceramente, porque compartir los sentimientos se llama empatía, que es muy necesaria en una sesión.
Mi amigo estaba atravesando una severa depresión. Yo mismo no podía oficiar de terapeuta para él, así que lo envié a uno de los buenos especialistas que conocía. Regresó siendo una persona completamente diferente: tranquila, fuerte, sabia. Fue un verdadero milagro. Vale la pena creer en estas cosas.
Uno de los casos más dramáticos y vívidos con los que tuve que trabajar fue mi primer paciente con personalidad múltiple. Fue algo increíble… El nombre correcto es trastorno de identidad disociativa.
Un hombre no lograba calmarse hasta que no renombrara todos los archivos de música de su computadora de forma que los nombres de los artistas y los nombres de las canciones comenzaran con una letra minúscula. No podía haber ni una sola mayúscula. De lo contrario, él simplemente no podía dormir. Tenía decenas de miles de pistas musicales.
4. Sobre las relaciones
Para reducir la tensión en una relación amorosa, recomiendo que a veces hagan luchas en broma, con persecuciones, guerra de almohadas, “estrangulaciones”, gritos, risas y golpes falsos. Esto pondrá la energía psíquica en movimiento y su flujo intensificado despejará el estancamiento emocional.
Estar en una relación muy cercana es maravilloso. Pero disolverse en un compañero completamente es peligroso: es perjudicial para la integridad de ambos. En la psicología de la Gestalt, hay un concepto negativo para esto: “fusión”, cuando pierdes tu “yo”. La fórmula de una relación es “tú y yo”, y no solo “nosotros”.
Una familia en la cual sus integrantes se dicen “Te amo” con frecuencia y facilidad es emocionalmente sana y fuerte. Es realmente importante. Cuando pronunciarlo resulta difícil, existe un temor de expresar los sentimientos. Para los niños esto se convierte en complicaciones en la vida posterior y en la construcción de sus relaciones.
El miedo a expresar las emociones en la familia se convierte, en el futuro, en motivo de formación de una conducta dependiente: alcoholismo, drogadicción, oniomanía (pasión por las compras), adicción a los juegos de azar, etc.
Hay que abrazar más a seguido a la gente. Siempre les digo a mis alumnos: si de repente dudas si abrazar o no, siempre abraza. Los abrazos curan, te fortalecen, a ti y la persona que abrazas.
5. Cómo entender que necesitas la ayuda de un psicólogo
Los trastornos mentales a veces se manifiestan a través del uso frecuente de las palabras diminutivas: “cielito”, “mermeladita”, “autito”, “callecita”, “perrito”, “besito”, “cuadrito”, “monedita” “Martita”, “Pedrito”, etc.
¿Has oído hablar del “síndrome del estudiante”? Es cuando lees los síntomas de una enfermedad e inmediatamente comienzas a detectarlos en ti. Muchas personas me escriben que después de haber leído mis mensajes, han comenzado a preocuparse por su salud. ¡Para! No es más que manía, estás bien. En serio.
Sugerencia para los maníacos: no sigas leyendo. No pienses enseguida que tienes algo malo, pero aquí hay otro hecho: si una persona habla mucho en sueños, es un motivo para hacerse un EEG (electroencefalograma), ya que puede ser un síntoma que indica un trastorno epiléptico.
6. Cómo ayudar a una persona en una situación difícil
Si quieres ayudar a una persona que está pasando por una experiencia emocional difícil, llévala a la calle y pasea con ella el mayor tiempo posible. La carga física, en este caso sobre las piernas, es una forma de derivar la tensión causada por el estrés. Cuanto mayor sea la carga, mejor.
Durante una depresión, a muchos se les aconseja irse de viaje, descansar, cambiar de aire, pero esto puede ser un error. El aumento de los estímulos externos irritantes, en combinación con un trastorno interno y bajo nivel de energía, puede empeorar el estado depresivo.
Al tener un ataque de pánico, se puede usar efectivamente el sentido del olfato. Toma el perfume de una persona querida (puede ser de un padre), vierte una gota en un pañuelo, mantenlo siempre cerca, y en el momento de un ataque sácalo y huélelo, respirando lentamente, concentrando los pensamientos en el ser querido.
7. Observaciones interesantes
Las películas y las novelas poetizan la esquizofrenia imperdonablemente. En la vida real no tiene nada de bello: es terrible y doloroso observar a un individuo colapsado que está entrando en pánico, perdiendo cada vez más el contacto con las personas y con la realidad.
Para aumentar la conciencia y mejorar la introspección, recomendaría que cada persona pase 15 minutos al día en completo silencio e inacción. Sin música, sin teléfono, sin nadie cerca. Es una gran ayuda contra el estrés.
Durante algún tiempo, investigando las cualidades humanas, busqué entre ellas la más útil, la más efectiva, para dedicar toda mi fuerza a desarrollarla. Al principio me parecía que esta cualidad era la confianza, pero después de un tiempo me di cuenta de que lo más importante sigue siendo la percepción psicológica o, dicho de otro modo, la conciencia. Es una fuerza universal.
Aquí hay una frase que me gusta usar para resolver situaciones de conflicto complejas del paciente que involuran una ofensa: “la ofensa es el resultado de expectativas no cumplidas”. A través de esta frase, mucho se ve de una manera diferente.
8. Libros que Antón Shutov aconseja leer a quienes estén interesados en la psicología:
“La personalidad neurótica de nuestro tiempo”, de Karen Horney, es un libro que te ayudará a avanzar en la comprensión de las personas y de ti mismo.
“El día que Nietzsche lloró”, de Irvin Yalom, es una prosa psicoterapéutica sobre los sentimientos, las experiencias y los avances. Entre los personajes están Nietzsche, Freud, Breyer, Salomé.
“El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, de Oliver Sachs, es un emocionante libro de no ficción sobre la locura.
“Milagros y tragedias de la caja negra”, de Igor Guberman, es un popular libro de ciencia sobre la psiquis y el cerebro humanos.