En el mundo suceden muchas cosas raras: los militares pierden bombas, la policía atrapa a delincuentes ficticios y Arabia Saudita importa arena y camellos de Australia. Todo eso suena como a escenas de películas, ¿verdad? Pero resulta que la realidad puede superar ampliamente a la ficción, y todo (o bueno, casi todo) tiene una explicación.
Encontramos hechos inusuales que son reales, y confirmamos que nuestro mundo aún tiene con qué sorprendernos, aunque a veces nos parezca que ya lo hemos visto todo.
10. Los agentes de policía irlandeses persiguieron sin éxito a un malicioso infractor de tráfico llamado Prawo Jazdy, a quien inventaron ellos mismos
Esta curiosa historia sucedió en 2007 en Irlanda, en donde los inspectores de tránsito elaboraron informes sobre aparcamiento incorrecto y exceso de velocidad a nombre de un conductor llamado Prawo Jazdy, pero nadie nunca pudo cobrarle una multa.
La policía creyó que estaba tratando con un infractor en serie, que siempre lograba evitar el castigo de la ley de alguna manera. El caso se siguió investigando hasta que un policía oriundo de Polonia señaló el error de sus colegas: Prawo Jazdy no era el nombre del conductor, sino la frase “licencia de conducir” en polaco.
En la foto se ve una muestra de dicha licencia emitida en Polonia, que tenían todos los infractores que la policía irlandesa intentaba multar. Eran personas diferentes que solo estaban unidas por su origen polaco. No está del todo claro cómo y por qué los oficiales tomaron la inscripción en la esquina superior derecha por nombre del conductor. Tal vez haya sido a causa de la fatiga o por el hecho de que el nombre y el apellido reales están indicados en letra más pequeña.
9. El peso de los pilotos de carreras profesionales se controla más estrictamente que el de las modelos
Resulta que los corredores la pasan aún peor que las modelos de pasarela, ya que cada 10 kg de peso reciben 0,3 segundos extra por vuelta. Y no importa de quién sean esos kilos: si del automóvil o del que lo conduce. Por lo tanto, en esa profesión no solo obtienen ventaja los más hábiles y rápidos, sino también los más livianos y de baja estatura.
Según el famoso corredor David Coulthard (en la foto), esa regla es injusta y también tiene un impacto negativo en la salud de los pilotos. Él mismo, al principio de su carrera, también intentó perder peso y en algún momento solo era piel y huesos. Otro piloto, Jean-Eric Vergne, admitió que el ayuno lo había llevado al hospital, y Adrian Sutil quiso hacer una carrera por el desierto sin siquiera llevar una botella de agua con él.
Pero, afortunadamente, ese problema fue notado, y a partir de 2019 se introducirán reglas nuevas según las cuales se tendrá en cuenta el peso total del conductor y del automóvil. A los pilotos más pesados les corresponderá un auto más liviano y viceversa.
8. Arabia Saudita importa arena y camellos de Australia
Parecería que en este país deberían sobrar ambas cosas, pero eso no es así. Debido al auge de construcción en el Medio Oriente, Arabia Saudita necesita cada vez más arena de calidad especial, la cual se utiliza en la construcción de edificios y en la producción del vidrio.
Este tipo de arena se consigue en Australia, al igual que los camellos. Por cierto, no todos saben que esos animales también viven allí. Fueron llevados al continente en el siglo XIX, y ahora, según diversas estimaciones, en ese territorio viven entre 300 y 750 mil camellos salvajes.
¿Para qué Arabia Saudita necesita ejemplares australianos de este animal? El hecho es que los “barcos del desierto” locales se usan principalmente como medios de transporte, mientras que los camellos de otra raza importados se usan como alimento, porque se cree que su carne es más sabrosa.
7. En Australia hubo una guerra contra los emús en 1932, la cual terminó en fracaso
La causa de esta extraña guerra fueron las numerosas quejas de los agricultores australianos, cuyos cultivos de trigo eran regularmente atacados por los emús. Para destruir a las aves, fueron involucrados soldados con ametralladoras. No hay dudas de que este fue un método de control de población extremadamente inhumano, pero parece que en ese momento a la gente simplemente no se le ocurrió resolver el asunto de una manera diferente.
El exterminio brutal no trajo ningún resultado tangible, ya que era difícil matar a un emú incluso con 10 balas, y después de que los soldados se fueran, las aves continuaron vaciando los campos de cultivo. Los agricultores solicitaron asistencia militar nuevamente en 1934, 1943 y 1948, pero sus solicitudes fueron rechazadas. En cambio, se les pidió que protegieran sus campos de los emús por sí solos, y al final, el problema se resolvió erigiendo barreras especiales.
6. Un bombardero estadounidense perdió una bomba de hidrógeno en la costa de Georgia en 1958. Todavía no se ha encontrado dicho artefacto
El 5 de febrero de 1958, en el Este del Estado de Georgia, en Estados Unidos, ocurrió un incidente: un caza F-86 colisionó en el cielo con un bombardero B-47 (en la foto), y una bomba de hidrógeno “Mark-15” cayó en una bahía cerca de la isla de Tybee.
La búsqueda de la bomba no trajo ningún resultado, y al final se decidió dejarla en el océano, a pesar de las quejas de los habitantes de la isla. Según aseguran los militares, es más peligroso sacar la bomba del agua que dejarla en el fondo. Y todavía sigue allí, aunque no se sabe exactamente en dónde se encuentra.
Sin embargo, en un informe oficial de 2001 se reveló que la bomba era de práctica, y que antes del vuelo se le había retirado la cápsula nuclear necesaria para iniciar una reacción en cadena, pero que se habían dejado 180 kg de explosivos y una cantidad no especificada de uranio dentro de ella.
Por cierto, este no es el único caso de pérdida de armas nucleares: incidentes similares con participación del personal militar estadounidense ocurrieron en Groenlandia, en la base aérea de Tula, cerca de Argelia, frente a la costa de Nueva Jersey, en un pantano de Carolina del Norte y cerca de la isla japonesa de Okinawa.
5. Los turistas japoneses sufren del “síndrome de París” tan seguido que la embajada de Japón inauguró una línea de asistencia directa para ellos
El “síndrome de París” no es más que una afección de expectativas engañadas. Aquellos que nunca han estado en esa ciudad, muchas veces idealizan ese lugar como un sitio mágico, y al verlo con sus propios ojos, quedan decepcionados e impactados. Muchos turistas no esperan ver basura en las calles y enfrentar el maltrato de los residentes locales hacia los que no hablan el idioma francés.
Particularmente lo sufren los corteses y educados japoneses, razón por la que la embajada de su país ha abierto para ellos una línea directa de asistencia psicológica que funciona las 24 horas. Y, en algunos casos, el impacto de lo que se ve en París resulta ser tan fuerte para los viajeros japoneses que terminan internados en un hospital.
4. La novela “Gadsby” de Ernest Vincent Wright fue escrita en forma de lipograma sin una sola letra “E”
Un lipograma es una técnica literaria en la que el autor evita utilizar una letra en particular. En el caso de Wright, fue la “E”, la cual está presente en muchas palabras del idioma inglés, especialmente en los verbos regulares del tiempo pasado cuando se les agrega el sufijo -ed.
Según el escritor, estos verbos se convirtieron en el principal obstáculo para él al escribir la novela, pero aun así logró crear una obra completa sobre un hombre llamado Gadsby, quien intentaba salvar su ciudad. Por cierto, debido a un incendio en un depósito, se ha conservado un número extremadamente pequeño de ejemplares de la primera edición de este libro, por lo que cada uno de ellos tiene un valor estimado de miles de dólares.
3. En India crece un árbol llamado Ficus benghalensis, y el tamaño de su copa es similar a la superficie de un hipermercado
El Gran Baniano (ese no es el nombre del árbol en sí, sino de la forma de su corona) crece en el jardín botánico de Howrah, y parece más un bosquecillo que un solo árbol, debido a sus 3 280 raíces aéreas que llegan hasta el suelo. Su edad es de entre 200 y 250 años, y continúa creciendo. Por el momento, su altura es de 25 metros, la longitud de su circunferencia es de aproximadamente 350 metros, y el área de la copa del árbol es de aproximadamente 1,5 hectáreas.
2. Las canción de los Bee Gees “Stayin’ Alive”, y la de The Beatles “Ob-La-Di, Ob-La-Da” (“Life goes on”), realmente pueden salvar vidas
El hit de la banda Bee Gees ha sido usado por los médicos estadounidenses para practicar las habilidades de reanimación, ya que el ritmo de su estribillo se corresponde casi por completo a la frecuencia recomendada para las compresiones de pecho. Es interesante el hecho de que no solo el nombre de la canción, sino también la frase “Life’s going nowhere, somebody help me”, (“Mi vida se va a ninguna parte, alguien ayúdeme”) que se repite en el estribillo, parece un llamamiento a salvar la vida de las personas.
La canción de los Beatles “Ob-La-Di, Ob-La-Da” también se usa en algunos países para entrenar a los futuros médicos debido a su ritmo apropiado. En este caso, también hay sorprendentes coincidencias: la frase “ob la di ob la da” en el idioma del pueblo yoruba significa “La vida continúa”.
1. Un gallo llamado Mike vivió sin cabeza durante 18 meses
El 10 de septiembre de 1945, un granjero de Colorado llamado Lloyd Olsen, salió al patio a buscar un pollo para la cena. Su elección recayó en uno de 5,5 meses llamado Mike, pero este nunca se convirtió en un platillo. Al intentar asesinar al ave, el hombre herró la vena yugular, y Mike sobrevivió, aun habiendo perdido la cabeza. O, más bien, la cara, ya que la mayor parte del tronco de su cerebro y una oreja permanecieron intactos. Tal vez resultó ser tan difícil de matar porque pertenecía a la raza Wyandotte (en la foto), que es conocida por su resistencia.
El pollo era capaz de caminar y de comer en su estado. Olsen lo alimentaba con pequeños granos de maíz, le daba de beber con una pipeta y, de vez en cuando, lavaba el esófago del ave con una jeringa. El agricultor decidió aprovechar la situación y comenzó a exhibir a Mike públicamente por una tarifa de 25 centavos. Ya en ese momento esta historia parecía un engaño, por lo que el agricultor llevó el ave a la Universidad de Utah, en donde la existencia de este fenómeno fue documentado por los científicos.
La “carrera” profesional del pobre Mike duró 1 año y medio, y durante ese tiempo fue repetidamente fotografiado por los periodistas. Tal vez hubiera vivido más si Olsen no se hubiera olvidado su jeringa en una sala de exposición, por lo que no llegó a lavar a tiempo el esófago del ave.
El pájaro asombroso no solo no fue olvidado hasta el día de hoy, sino que también se convirtió en un símbolo de la ciudad de Fruit, Colorado, en donde en memoria de Mike se instaló una extraña estatua (en la foto). Y si este hecho no te ha convencido de que las personas son criaturas extrañas, queremos contarte que existe “El Día de Mike, el pollo sin cabeza”, el cual se lleva a cabo en Fruit anualmente el tercer fin de semana de mayo. ¿Quién hubiera pensado que el triste destino de un pájaro se convertiría en una ocasión para celebrar?
