9 Mitos sobre la ecología que venimos creyendo desde la escuela

El aire que respiramos, el agua que bebemos y si se llevan la basura de nuestro barrio a tiempo o no, influye de manera directa en la calidad de vida. Muchas personas quieren contribuir a la mejora y la protección del medio ambiente: ahorran agua y electricidad, reciclan papel o piensan en comprar un automóvil eléctrico en el futuro. No en vano, en el campo de la ecología todavía existen muchos mitos firmemente arraigados en nuestras mentes que carecen de fundamento científico.

Por eso te ayudaremos a disipar algunos de los conceptos erróneos más comunes y te contaremos cómo actuar mejor en una u otra situación relativa al cuidado de nuestro planeta.

Mito número 1: las bombillas de bajo consumo son más seguras para el medio ambiente

En realidad: El dato que fundamenta que las bombillas de bajo consumo ahorran hasta un 80% de energía es veraz. Sin embargo, aportan riesgos inesperados para el ser humano y el medio ambiente que lo rodea. Varios investigadores argumentan que la fuerte radiación ultravioleta de las bombillas de última generación puede ser una de las causas del cáncer de mama en las mujeres y, en ciertas condiciones, su luz puede dañar las células de la piel.

Además, el problema del reciclaje y la eliminación de las bombillas de bajo consumo, que incluyen fósforo y mercurio, sigue sin resolverse en todo el mundo. En algunos países, principalmente, se desechan este tipo de bombillas junto con la basura ordinaria y, por ejemplo, en Alemania, solo se recicla el 40 % de las bombillas de bajo consumo.

Cómo actuar correctamente: No las tires junto con la basura doméstica, debes llevarlas a los puntos específicos para su recolección, donde también van a parar las pilas y baterías agotadas.

Mito número 2: la transición a los coches eléctricos ayudará a reducir las emisiones nocivas a la atmósfera y detendrá el calentamiento global

En realidad: Los automóviles eléctricos son más respetuosos con el medio ambiente comparados con los de gasoil y gasolina, pero solo a la hora de utilizarlos, ya que se debe tener en cuenta el ciclo de vida completo del vehículo: desde su etapa inicial de fabricación hasta el final de su vida en un desguace. La producción de vehículos eléctricos provoca graves daños al medio ambiente. Por ejemplo, la minería de níquel para baterías de vehículos eléctricos está relacionada con altas temperaturas en el proceso, lo cual no es muy respetuoso que digamos con el medio ambiente. Tampoco se ha solucionado con su llegada el problema del reciclaje de las baterías que utiliza. Incluso en los países desarrollados, no se recicla más del 5 % de las baterías de iones de litio, fuente de gases tóxicos.

Cómo actuar correctamente: Si realmente quieres cuidar el medio ambiente, intenta reducir el uso del automóvil. A veces es más saludable caminar o desplazarse en bicicleta.

Mito número 3: llevar ropa con materiales sintéticos es más respetuoso con el medio ambiente que con los naturales

En realidad: Si nos fijamos en cómo la ropa ya desgastada afecta al medio ambiente, percibiremos que las telas naturales se descomponen bien, mientras que las sintéticas, no tanto. Según las estadísticas, hoy en día se reciclan en el mundo solo alrededor del 15 % de todos los textiles. Además, con cada lavado de estos materiales sintéticos, los microplásticos dañinos penetran en las aguas residuales.

Cómo actuar correctamente: La opción ideal pasa por llevar ropa fabricada con telas naturales y entregar los artículos desgastados ​​para su reciclaje. Este tipo de programas los ofrecen, por ejemplo, H&M o Uniqlo. También puedes regalar las prendas que ya no necesitas a las tiendas de segunda mano o participar en los hoy tan populares rastrillos o ventas en garajes.

Mito número 4: las bolsas de papel son mejores que las de plástico

En realidad: El problema con las bolsas de plástico modernas es que tardan en descomponerse más de 100 años. Sin embargo, las bolsas de papel, por desgracia, tampoco es que mejoren la situación. Sí, se pueden reciclar, pero sus procesos de fabricación y transporte, a veces, requieren de mucha más energía que los productos de polietileno. Según informa Greenpeace, durante la producción de bolsas de papel se libera en la atmósfera un 70 % más de sustancias nocivas, su impacto sobre los cuerpos de agua aumenta 50 veces y la huella de carbono de una bolsa de papel es 3 veces superior a la de plástico.

Cómo actuar correctamente: Compra un hermoso bolso hecho de tela de algodón duradero y llévalo contigo cuando vas de compras. Las bolsas de compras, por cierto, se están volviendo cada vez más populares.

Mito número 5: los cosméticos y productos de limpieza para el hogar, sin etiqueta de respeto al medio ambiente, lo dañan

En realidad: Los sellos ecológicos del tipo “la hoja de la vida”, o la palabra “orgánico” en el envase son más bien trucos de marketing que una ayuda real al planeta. Ciertamente, si los envases de cualquier cosmético y detergente se desechan y reciclan adecuadamente, no provocarán mucho daño al medio ambiente.

Cómo actuar correctamente: Elige los productos que te gustan sin prestar excesiva atención al etiquetado.

Mito número 6: ahorrar agua y electricidad beneficia al planeta

En realidad: Cuando se ahorran algunos recursos, surge una curiosa colisión: ahorramos agua y electricidad, mientras que las corporaciones y la industria a gran escala gestionan estos excedentes. Por ejemplo, si reducimos el consumo de agua del grifo, las promotoras podrán construir una casa más utilizando las antiguas redes de suministro de agua. Además, un habitante de una ciudad normal y corriente, que vive en un apartamento, gasta muy pocos recursos si se compara con cualquier fábrica. Así que el hecho de volvernos más ahorradores no aporta beneficios para la naturaleza, más allá de que baje nuestra factura que pagamos por tales servicios básicos.

Cómo actuar correctamente: Tiene sentido ahorrar recursos solo cuando estos afectan de manera directa a tu bolsillo.

Mito número 7: el reciclaje de papel reducirá la deforestación

En realidad: Por desgracia, no importa cuánto papel entreguemos para su posterior reciclaje, la deforestación no se detendrá. Simplemente, la mayoría de los árboles no tendrán como destino la fabricación de papel, sino, por ejemplo, se harán biocombustibles con ellos. Del mismo modo que reciclar el plástico utilizado no reduce la producción del nuevo. Estos no son procesos intercambiables: el plástico nuevo se utiliza para otros fines. Según una investigación, el mercado de productos plásticos está creciendo año a año.

Cómo actuar correctamente: Puedes intentar utilizar las cosas de manera más eficiente, por ejemplo, usar las bolsas de papel o de plástico varias veces, así como dar preferencia a los productos reciclados.

Mito número 8: los automóviles son la principal causa de la contaminación del aire

En realidad: Existe una estadística popular que ha arraigado la idea de que los automóviles provocan el 80 % de la contaminación del aire en las grandes ciudades. Sin embargo, en ésta no se tienen en cuenta las graves emisiones de dióxido de carbono de fuentes domésticas comunes, como son los fogones a gas en las cocinas, por ejemplo. Además, el metano de las actividades de las empresas petrolíferas e industrias de gas contamina mucho más el aire. Al mismo tiempo, alrededor del 75 % de la contaminación del aire tiene su origen en causas naturales: erupciones volcánicas, tormentas de polvo e incendios forestales. Así las cosas, los gases de escape de los automóviles no son la mayor amenaza para la atmósfera.

Cómo actuar correctamente: Utiliza tu automóvil sin remordimiento de conciencia, pero a veces, por tu propio bien, sería bueno sustituirlo en un viaje de corta distancia por una caminata a paso ligero. Es mas saludable para ti.

Mito número 9: el hombre es el culpable del calentamiento global

En realidad: Que el clima del planeta está cambiando es una realidad indiscutible. El cambio en las condiciones climáticas responde a las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera provenientes de fuentes creadas por el hombre. Pero el papel de la humanidad en todo esto se antoja muy exagerado. Por ejemplo, la emisión anual de dióxido de carbono de los océanos es varias veces superior a la antropogénica. El factor humano es solo una de las causas del llamado calentamiento global, junto a los cambios en la actividad solar o las erupciones volcánicas.

Cómo actuar correctamente: A veces, las cosas suceden por sí solas, de modo que el clima puede cambiar sin una influencia externa especial: la actividad humana.

¿Qué podemos hacer?

De ninguna manera, con este artículo, estamos afirmando que el futuro del planeta en nada dependa de nosotros, ni que podamos relajarnos sin cuidar en absoluto el medio ambiente. Solo queremos incidir en que vale la pena ayudar al planeta de una manera eficaz y racional tras estudiar fuentes variadas de información y analizar diferentes puntos de vista.

A menudo, las afirmaciones que han sonado más fuertes se convierten en las más populares y cotidianas. Cuidar la Tierra es importante, solo necesitas abordar esta materia con un sentido más crítico.