7 Mitos sobre la salud que debes dejar de creer

Los mitos pseudocientíficos no son tan fácilmente suplantados por hechos reales. Se nos dice que debemos dar 10 000 pasos al día, comprar productos sin gluten y beber líquidos solo media hora después de cada comida. Sin embargo, todas estas creencias no están confirmadas por la ciencia.

Encontramos 7 conceptos erróneos muy típicos que solemos considerar que son científicos.

1. El gluten es perjudicial para la salud

Los científicos compararon más de 650 productos sin gluten con sus análogos tradicionales y encontraron que los primeros contienen más calorías, azúcar, grasa y menos proteína. Existen personas que se ven obligadas a consumir productos sin gluten porque sufren de alergia o de celiaquía y el gluten les puede perjudicar a sus intestinos delgados (aproximadamente son una de cada 100 personas en el mundo). Para las sanas, limitar la cantidad de granos integrales en la dieta puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

2. El carbón activado ayuda con una resaca

Los síntomas de la resaca aparecen​​ por el hecho de que el alcohol en el hígado se convierte en una sustancia tóxica, el acetaldehído, el cual, después, pasa a la sangre. El carbón activado junta a las toxinas en el cuerpo humano debido a la adsorción y contribuye a su eliminación más rápida a través de los intestinos, pero es efectivo solo durante la primera hora después de la intoxicación. Intentar juntar esto en el estómago por la mañana es una tarea sin sentido.

Para aliviar el dolor de cabeza se pueden tomar antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, diclofenaco y naproxeno (pero nunca paracetamol: está contraindicado con alcohol), así como una enorme cantidad de agua para diluir las toxinas.

3. Existen alimentos con contenido calórico negativo

El apio, el pomelo, el brócoli, los tomates y los pepinos se llaman productos con un contenido de calorías negativo, pero no hay evidencia científica que pueda confirmar esta idea. A pesar de que se trata de alimentos bajos en calorías (de 7 a 30 kcal por 100 gramos), para digerirlos, el cuerpo necesita todavía menos energía. Esto responde al hecho de que contienen mucha agua y fibras, en cuyo proceso el cuerpo gasta pocos recursos.

4. No se debe beber mientras comes

El agua consumida durante una comida arrastra las partículas de los alimentos al esófago y luego al estómago, desmenuza grandes grumos y también facilita el acceso de ácidos y enzimas a las partículas de alimentos. Diluye las enzimas del jugo gástrico, pero eso no impide el funcionamiento del estómago. Este último, por su propia cuenta, puede ajustar la composición del jugo gástrico, por lo que un vaso de agua, tomado mientras se come, solo beneficia a este proceso.

5. El jabón en pastilla transmite bacterias

El jabón no transmite infecciones. Incluso si este hubiera sido utilizado por una persona con el virus del ébola, la pastilla de jabón seguirá siendo segura. Los científicos realizaron un experimento: de forma intencionada infectaban sus manos con bacterias, se las lavaban y pasaban esta al siguiente participante del experimento. Como resultado, no se encontraron bacterias en las manos de este último.

6. Los antitranspirantes son peligrosos

Los antitranspirantes funcionan porque las sales de aluminio obstruyen los poros por los que sale el sudor. En los años 60, se creía que el aluminio causa la enfermedad de Alzheimer. La Asociación Internacional de Alzheimer informó de que los estudios no han confirmado el supuesto de que el aluminio desempeña algún papel en la aparición de esta enfermedad, lo que significa que no tiene sentido rechazar los antitranspirantes.

Además, hubo un tiempo en que las personas creían que los antitranspirantes causaban enfermedades renales. Este mito fue refutado por los científicos de la Fundación Nacional del Riñón (“National Kidney Foundation”). Explicaron que resultaba del todo imposible absorber suficiente aluminio a través de la piel para generar daño a los riñones.

Asimismo, el aluminio y parabenos en los antitranspirantes fueron considerados responsables de la aparición del cáncer de mama. Este mito ha sido refutado por especialistas del Instituto Nacional Americano de Oncología y la Sociedad Nacional de Oncología.

7. Tienes que dar 10 000 pasos al día

Diez mil pasos es un número absolutamente arbitrario que se inventó en Japón para promover un podómetro a mediados de los años 60. Para las personas con enfermedades crónicas, de edad avanzada, las que sufren de diabetes y las que están acostumbradas a un estilo de vida sedentario, un fuerte aumento de la actividad física puede tener efectos adversos. Algunos estudios demuestran que basta con dar, al menos, entre 5 000 y 8 000 pasos por día para mantener un buen estado de salud. Los científicos que intentaron calcular el número exacto necesarios de pasos diarios argumentan que es deseable esforzarse por llegar a los 7 500.

¿Conoces otros mitos pseudocientíficos? ¡Vamos a refutarlos juntos!