11 Hábitos de la adolescencia que solo traen problemas en la edad adulta

A los 20 años, muchos de nosotros somos despreocupados y no nos importa demasiado nuestro futuro. Pero es hasta la edad de 30 años que se establecen muchos de los modelos de comportamiento fundamentales. Los mismos determinarán cómo será nuestra vida en 10 y en 20 años. Algunos de estos modelos son francamente dañinos, y para la edad de 30 años por fin lo entendemos. Pero deshacerse de ellos no es tan fácil.

Hemos hecho una lista de los malos hábitos que le complican la vida a muchos treintañeros, y encontró un análogo útil para cada uno de ellos, con el que es muy sencillo reemplazarlos.

1. Salir todas las noches

En la adolescencia, muchos combinan el estudio con las fiestas. Pero la época del estudio termina, mientras que el hábito de salir permanece. Y si de joven resulta fácil permanecer despierto toda la noche, de grande una juerga termina en resaca, llegadas tarde al trabajo y un día perdido. En la mañana siguiente después de las fiestas uno se siente cada vez peor, mientras que el disfrute que esas salidas proporciona disminuye año a año.

Con qué se puede reemplazar: en lugar de ir bares y clubes en compañía de colegas o conocidos ocasionales, pasa más tiempo con tus verdaderos amigos. Que los encuentros sean menos frecuentes, pero más interesantes. Piensen en algo especial o vayan a un lugar nuevo. Los psicólogos han demostrado que pasar tiempo con amigos y vivir emociones nuevas son componentes necesarios para ser feliz.

2. Gastar todo el dinero

A los 30 años, muchos recién empiezan a ganar una buena cantidad de dinero, y el primer impulso es gastarlo en algo que siempre se ha querido comprar, pero que uno no se podía permitir. Como resultado, nos llenamos de cosas y dispositivos innecesarios, o gastamos dinero en cenar en restaurantes en lugar de ahorrar para algo útil. Al final del mes no queda dinero, y algunas veces hasta hay que pedirlo prestado.

Con qué se puede reemplazar: establecer prioridades y decidir qué es lo que más se desea. Un viaje o un curso de capacitación traerán más satisfacción y beneficios que unos cosméticos o un almuerzo en McDonald’s. Aprende las maneras de ahorrar y elige la que más te convenga.

3. Seguir la moda

A los 20 años nos encanta vestirnos de forma llamativa y seguir las tendencias. Gastamos grandes sumas de dinero en la ropa, porque encontramos regularmente modelos interesantes y chucherías de todo tipo. Si una importante parte de tu presupuesto se sigue gastando en la ropa y en los accesorios, es hora de revisar tus hábitos.

Con qué se puede reemplazar: busca tu propio estilo. En lugar de comprar todo lo que te gusta, determina el tipo de tu figura, y elige los colores y los modelos de ropa que te queden bien y sean cómodos. Crear tu propio look es más interesante que buscar las nuevas tendencias sin sentido. Además, así sabrás exactamente qué cosas de las nuevas colecciones te quedan bien, y qué cosas ni siquiera vale la pena mirar.

4. Aferrarse a los viejos amigos

A los 20 años a nuestro alrededor hay muchas personas: todavía nos vemos con los compañeros de clase, somos amigos de muchos de ellos y de los vecinos de la residencia estudiantil. Pero la época del estudio termina, y la gente comienza a tener intereses y metas diferentes. Las personas acostumbradas a estar rodeadas de amigos pueden sentirse incómodas y solas, porque su cantidad disminuye inevitablemente.

Con qué se puede reemplazar: tendrás que aceptar el hecho de que lo único que te unía a mucha gente solo era el estudio y la vivienda compartida. Pero podrás encontrar nuevos amigos con quienes tendrás más cosas en común en el trabajo, en cursos o en un club deportivo. Y no te preocupes: algunos de los viejos amigos seguirán a tu lado.

5. Ignorar la rutina diaria

A los 20 años uno puede irse a dormir a las 2 am y levantarse a las 10 sin ningún problema. Luego el horario se vuelve más complicado, pero la rutina a la que uno está acostumbrado no se va a ninguna parte. Como resultado, no podemos levantarnos a tiempo, siempre llegamos tarde y nos sentimos cansados ​​todo el día.

Con qué se puede reemplazar: encontrar los hábitos que alteran la rutina diaria, como ver series por la noche o pasar el rato en las redes sociales. Reemplázalas por cosas útiles pero agradables: lee libros en lugar de hacer publicaciones en la red antes de ir a la cama, y mira las series durante el fin de semana. Entiende cuándo es más cómodo para ti acostarte y levantarte, y trata de mantener esa rutina.

6. Confiar en el metabolismo

A los 20 años muchos no necesitan hacer esfuerzos especiales para ser delgados. Pero con la edad, el metabolismo se ralentiza. Si estás acostumbrado a comer en exceso, consumir comida rápida y llevar un estilo de vida sedentario, en el futuro los buenos genes no te salvarán de tener sobrepeso.

Con qué se puede reemplazar: ajustar el régimen de alimentación. No te limites en la comida, en vez de eso, elige platos saludables que te gusten. Aprende a cocinar tus platos favoritos poco saludables: es mucho mejor comer una hamburguesa casera que una de McDonald’s. Busca un deporte que te resulte interesante, o al menos comienza a caminar por las noches.

7. Comprar alcohol barato

En nuestra juventud, nos acostumbramos a elegir el alcohol por su valor, no por su calidad. Pero en el futuro este tipo de ahorro terminará en grandes gastos en el hospital. Lo más fácil y lo mejor es dejar de beber del todo. Pero si por ahora no estás listo para dar un paso tan drástico, al menos deja de comprar alcohol barato en el supermercado más cercano.

Con qué se puede reemplazar: aprende a entender de alcohol. Ve a hacer catas y prueba variedades nuevas en lugar de, simplemente, beber cualquier clase de vino en compañía de amigos. Así podrás cultivar el gusto por el buen alcohol y aprender a ser moderado. O mejor busca un pasatiempo interesante que reemplace este hábito.

8. No aprender a cocinar

Cuando vives solo, es muy cómodo comer en los cafés más cercanos o ir al comedor del trabajo. Solo que las comidas regulares fuera de casa consumen una gran parte del presupuesto y empeoran la salud. Además, una persona que a los 30 años todavía no ha aprendido a cocinar, parece inmadura e infantil. Es poco probable que tu pareja esté contenta con eso.

Con qué se puede reemplazar: aprende a cocinar algunos platos sencillos y sabrosos, que no te ocupen mucho tiempo pero que te gustan a ti y a las personas que viven contigo. Encuentra tu propio plato de autor y domina el arte de cocinarlo a la perfección. Que sea el que dentro de muchos años tus nietos te pidan siempre para cenar.

9. Ignorar la revisión médica anual

No todos están acostumbrados a visitar a un médico desde la infancia. Si nada duele, parece que no hay nada de qué preocuparse. La consulta médica se pospone por meses y años, hasta que el problema se vuelve grave. ¿Crees que no tienes ningún problema de salud? Tal vez simplemente hace mucho tiempo que no te haces un examen.

Con qué se puede reemplazar: con el hábito de cuidar tu salud. Solo hay que desarrollarlo. Al igual que te acostumbraste a cepillarte los dientes 2 veces al día, debes acostumbrarte a ir al dentista cada seis meses y hacerte un examen médico una vez al año, para asegurarse de que tu salud esté bien. Algún día te agradecerás por haber desarrollado este hábito.

10. Pasar horas en los sitios de citas

Al acercarse a los 30 años, muchos comienzan a pensar en tener una familia. Y algunos hasta entran en pánico si aún no están saliendo con nadie. Debido a esto, la gente pasa días enteros en los sitios de citas, chatean e intercambian fotos con un montón de personas, y tienen citas sin parar. En algún momento esto se convierte en una rutina, pero el amor no llega.

Con qué se puede reemplazar: es mucho más fácil encontrar a una pareja en un ambiente informal, y en una conversación casual que en una cena con una persona desconocida. Sal más seguido, conoce y habla con las personas que tengan cosas en común contigo. Si tienes muchas aficiones, intereses y pasatiempos, las posibilidades de encontrar una pareja serán mayores que si pasas meses en un sitio de citas.

11. Vivir al día

Es normal trabajar a medio tiempo, haciendo un trabajo simple a los 20 años. Pero continuar haciéndolo más cerca de los 30 ya puede ser peligroso. Es poco probable que el empleador de tus sueños esté encantado con el hecho de que todavía no te has dedicado a nada serio. Así que es hora de ponerse a pensar.

Con qué se puede reemplazar: con la búsqueda de las fortalezas y de algo que ames hacer. Una vez que hayas encontrado lo que te interesa, comienza a moverte activamente en esa dirección. Busca cursos de formación, pasantías y otras oportunidades. Así, en un par de años te convertirás en un especialista codiciado y bien pagado, y disfrutarás enormemente de tu trabajo.

Cada persona es diferente, pero hay malos hábitos que casi todos desarrollan antes de llegar a la edad de los 30. ¿Y a ti, de qué hábitos de la juventud te gustaría deshacerte?