Cada uno, al menos una vez en su vida, sintió esa sensación de pánico cuando no podía encontrar su billetera. Monederos amplios y modernos se están convirtiendo en una especie de bolsos pequeños, en donde puedes poner todas las cosas importantes. Pero luego, si lo pierdes o te lo roban, le entregas las llaves de tu vida a un ladrón. Después de todo, el hurto de una billetera es el delito más lógico y frecuente de todos.
Es bastante obvio que no tienes que guardar en tu billetera las contraseñas y los códigos PIN de tus cuentas, mucho menos tus llaves y pasaporte. Pero descubrimos qué otros elementos pueden perjudicarte al momento de perder o sufrir el robo de un monedero.
1. Credencial de obra social
Si los estafadores conocen los números preciados de tu credencial, pueden emitir un préstamo a tu nombre o abrir una tarjeta de pago. Guarda este elemento por separado en un lugar seguro y también verifica si su numeración no aparece en otros de tus documentos.
A partir del 2005, este número dejó de colocarse en los documentos en varios países, pero las tarjetas de identidad emitidas anteriormente deben ser verificadas y, si es posible, reemplazadas.
2. Recibos de bancos y tiendas
Si tus recibos caen en las manos equivocadas, estarás en problemas, ya que muchos estafadores experimentados pueden extraer información sobre tus transacciones de esos papeles y, a través de ellos, acceder a tu cuenta bancaria.
Un esquema fraudulento bastante común, el cual causa daños a las tiendas, es obtener una devolución con el recibo de otra persona por algo que uno acaba de tomar en la tienda (si no tiene un clip protector) o que fue robado anteriormente.
Pero para que un estafador consiga un recibo no necesariamente tiene que robar una billetera. A veces, en los centros de compras los piden personas que no sospecharías: madres con cochecitos de bebé o ancianos, utilizando el pretexto de recolectar bonos, puntos que no necesitas y que serán útiles para ellos en ese momento. Recuerda que un recibo es un documento que no se puede transferir a personas no autorizadas, y es mejor no arrojarlo en el cesto de la basura más cercano a la tienda.
3. Todas las tarjetas de pago y crédito
Mantener todas las tarjetas de pago en un solo lugar es una decisión muy arriesgada. Si las pierdes, tendrás que bloquearlas y rogar que el ladrón no las haya utilizado antes de que tú hagas eso. Es mejor llevar contigo exactamente las que vas a utilizar ese día, y luego quitarlas de la billetera y guardarlas en un lugar seguro.
Para evitar problemas, toma fotos de tus tarjetas de ambos lados. Entonces, si las pierdes y no recuerdas el número al que tienes que llamar para bloquearlas, podrás fijarte en las imágenes.
Para que ningún extraño pueda realizar compras en Internet utilizando tu tarjeta, puedes borrar el código CVV que se encuentra en el reverso de esta. Escríbelo en un lugar seguro o memorízalo. Otra manera sutil sería escribir un número de tres dígitos en lugar del código borrado. Para recordar el original, puedes inventar una fórmula.
Por ejemplo:
Fórmula “más 1, 2, 3”.
Clave: 111.
Calculamos: 1 + 1 = 2; 1 + 2 = 3; 1 + 3 = 4.
Código CVV: 234.
4. Memorias USB
La pérdida de una memoria USB con un informe importante, entradas e información personal, entre otras cosas, no solo es desagradable, sino también peligroso.
Acostúmbrate a poner siempre los almacenamientos electrónicos en las partes protegidas de tu bolsa y no las lleves contigo si no las vas a necesitar. Además, los documentos muy importantes pueden ser protegidos por encriptación.
5. Anticonceptivos
Muchas personas ponen anticonceptivos en su billetera o bolsillo. Es poco probable que lamentes mucho su pérdida, pero desde el punto de vista de la salud, tal almacenamiento es peligroso.
El hecho es que la exposición prolongada al calor o la fricción afecta gravemente la calidad de los productos, ya que sus funciones de protección se reducen significativamente. Además, en la billetera pueden ser dañados imperceptiblemente con algo afilado.
Bono: lo que hay que poner en la billetera
Parece que el hábito de llevar fotografías de los hijos en una billetera no es tan anticuado como pensábamos, e incluso resulta ser útil.
En 2009, un estudio sobre esto se llevó a cabo en Edimburgo. Se distribuyeron 240 billeteras por toda la ciudad, la mitad de las cuales fue devuelta. La mayoría de estas tenían fotos de niños en su interior, siendo el 88 % de todas las entregadas. El 53 % de las que fueron regresadas tenían una imagen de un perro, mientras que el 48 % contaba con retratos familiares. Vale la pena tomar nota, ¿verdad?