Hablar de Europa no es hablar de una totalidad. Es un continente muy diverso en donde cada país tiene un idioma, cultura, comida y música distinta. Pero pese a ello, muchos comparten ciertas similitudes. Cuando un latino viaja a Europa, el choque cultural es inmediato. Las calles limpias, el respeto a las reglas y la puntualidad son unas de las principales cosas que sorprenden de la vida del viejo continente.
Te contaremos algunas cosas que sorprenden a la mayoría de los latinos cuando visitan Europa.
1. Respetan las reglas
En Francia, el respeto a las reglas es un tema digno de admirar. Los ciudadanos esperan las luces del semáforo y cruzan por donde se debe. Las calles están limpias y las personas son amables, aunque no muy conversadoras. Esto trae como consecuencia que sea un país muy organizado. Sin embargo, esto ocurre en la mayoría de las naciones de Europa, sobre todo en el lado occidental.
2. Excesivamente puntuales
El sentido de la responsabilidad es altísimo para los habitantes de Europa Occidental. Son sumamente puntuales. Tanto así, que su comportamiento resulta sorprendente para cualquier latino. Los suizos y los alemanes son los que encabezan la lista en este ámbito. Quienes han viajado por lo menos a Suiza, quedan maravillados por cómo todo corre al compás del reloj. La mayoría de los suizos viajan en metro o transporte público, por lo que este es sumamente preciso. Llegar tarde a una cita es una misión imposible, todo está muy bien calculado.
Este hábito forma parte de su cultura y de su historia. Durante el siglo XVI comenzó la fabricación de relojes de pulsera en Ginebra para extenderse por todo el país. Desde entonces y hasta la actualidad, estos artefactos suizos tienen la fama de ser los más puntuales del mundo. Y los europeos se toman el tema del tiempo tan en serio que a algunos latinos puede parecerles hasta exagerado y obsesivo su nivel de puntualidad. Para unos, es alucinante ver el momento cuando marcan las 8:03, el tren llega y todo corre al ritmo de las agujas del reloj.
3. Todo lo que pierdas, lo encontrarás
La mayoría de los países europeos son sumamente seguros, por lo que si llegas a perder algún objeto o a olvidar alguna pertenencia en un sitio público, tienes una altísima probabilidad de encontrarlo tal cual lo dejaste. De no estar en el lugar, seguramente alguien lo puso bajo resguardo para regresártelo. Por ser Europa un continente muy visitado, la mayoría de sus ciudades tienen oficinas de objetos perdidos.
4. Cerveza en los cines
En los cines de Alemania es común poder comprar cerveza. Es importante mencionar que es la bebida nacional en ese lugar, pero a un latino no deja de parecerle extraño que se expenda alcohol en esos establecimientos.
5. La arquitectura
La arquitectura es uno de los atractivos turísticos más importante de la mayoría de los países de Europa. A esta se le agrega el valor de estar en el mismo sitio en donde ocurrieron hechos históricos de renombre mundial, por ejemplo, pasear por París, visitar sus famosos museos o sus monumentos tan conocidos. Lo mismo ocurre en Berlín, en donde sus calles son prácticamente un libro de historia a disposición de los turistas. Todo esto se combina con la evolución del mundo, ya que puedes encontrar edificios muy antiguos con un nivel de conservación óptimo conviviendo con una edificación actual que cuenta con los avances arquitectónicos más relevantes del momento, así como la última tecnología en aprovechamiento de energía limpia.
6. Son políglotas
Es común que los latinoamericanos sean bilingües. Lo habitual es hallar personas que hablen inglés y español. Pero en Europa Occidental es sumamente normal que los habitantes sean políglotas, es decir, que hablen de dos hasta cuatro lenguas. En Bélgica, por lo menos, se habla español, inglés, francés, alemán y neerlandés.
7. Son poco expresivos
Los habitantes de Europa Occidental (Alemania, Suiza, Francia) suelen ser un poco más fríos en el trato hacia una persona. A diferencia de los latinos, no es común para ellos sonreírle en la calle a los desconocidos, entablar una conversación mientras esperan el metro o están en el banco. Cada país te recibe de forma diferente. Algunos tienen fama de ser menos amistosos que otros, eso tiene que ver con parte de su historia y de su educación. Sin embargo, suelen ser amables y receptivos con los extranjeros. Inclusive, si no hablas su idioma, intentarán comunicarse contigo en español o inglés.
8. Vagones silenciosos
En Holanda existen los “vagones silenciosos”. Dentro del sistema de transporte hay una sección marcada por la letra “S” de la industria ferroviaria Nederlanden Spoorwegen, en donde el silencio es la regla que se debe respetar en el lugar. Este mecanismo se adoptó de la vecina Dinamarca. Mientras viajas en ellos está prohibido hablar, usar el teléfono o el teclado de una laptop. No se debe oír ningún sonido, por muy mínimo que sea. ¿Un poco extraño, no?
9. Transporte público
Gran parte del transporte público en Europa es sumamente funcional y moderno. Su infraestructura es de alta calidad, y Suiza es muy reconocida por este punto: tienen un sistema muy bien pensado e ideado para potenciar sus fortalezas, lo que se termina traduciendo en beneficios para el usuario. Una red interconectada de trenes, buses, teleféricos y tranvías que usan los avances tecnológicos para ser accesibles prácticamente a todos sus ciudadanos.
10. Inclusión de la tercera edad
Un hecho sumamente admirable es la independencia y valoración que se les da a los adultos mayores. Te puedes encontrar con personas de 80 años que viajan solas en el bus o en el tren. Son ciudadanos activos porque la sociedad les brinda las oportunidades para que se integren a todas las actividades. No los marginan simplemente por tener más años que otros.
11. Países del mediterráneo
Lo más curioso de visitar países ubicados en el mediterráneo como España, Italia o Grecia es que lucen muy similares a Latinoamérica, pero rodeados de museos y monumentos históricos. Las personas que viven en estas naciones suelen hablar demasiado, conversan con extraños y bailan mucho, como ocurre con la gran mayoría de latinos.
12. Teléfonos públicos inteligentes
Málaga fue la primera cuidad de España y de Europa en sustituir las casillas tradicionales telefónicas por unas modernas. Se trata de lugares compuestos por una pantalla táctil de 18 centímetros en las que, además de llamar, se puede obtener información de restaurantes, sitios turísticos, playas y hoteles. La pantalla muestra un mapa dependiendo de la opción que la persona desee para ubicar su destino.
Estos teléfonos públicos inteligentes son desarrollados por iUrban y están pensados para los turistas. Málaga es la tercera ciudad más visitada de España, después de Madrid y Barcelona. Pero esta innovación no solo permite realizar las operaciones mencionadas, sino que además brinda la posibilidad de que una persona pueda cargar su móvil allí e incluso tomarse una selfie. ¿Increíble, no?