La gripe es una enfermedad respiratoria aguda, cuyo responsable es el virus Influenza y que suele durar unos 10 días, “aunque algunos de los síntomas pueden durar entre dos y tres semanas”, según recuerdan desde el Ministerio de Sanidad.
Cabe destacar que la gripe se transmite por el aire con la tos, pero también por contacto con secreciones de enfermos. Al estar producida por un virus, los antibióticos no son efectivos.
La mejor apuesta para pelear contra ella es la campaña de vacunación contra la gripe, que ya ha arrancado en casi toda España. Y es que a partir de esta época es cuando se extiende el virus de la gripe.
La vacuna está dirigida fundamentalmente a proteger a las personas que tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de padecer el virus, y a las que pueden transmitir la enfermedad a otras que tienen un alto riesgo de complicaciones. Pero no todo el mundo al que se le recomienda ponérsela está conforme…
Una usuaria de Twitter ha compartido una curiosa historia, en la que narra su experiencia con un paciente de 45 años con un detalle muy particular. Su caso ha llamado la atención ya que, a pesar de ser una persona consumidora de ciertas sustancias, pidió que no le pusiese la vacuna de la gripe, que quería algo “más natural, tipo homeopatía”… es decir, agua con cosas.
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