Durante una discusión, es demasiado fácil hacer daño a otra persona con una palabra hiriente, o un acto poco meditado. Es posible que posteriormente nos perdone… pero también puede ocurrir que el rencor acompañe durante mucho tiempo a esa persona, complicando futuras conversaciones.
Hemos creado una lista de 7 cosas que es mejor no hacer nunca cuando nos peleamos con nuestras parejas, y, creednos, tiene todo el sentido del mundo. Mejor seguir estos consejos cuando nos peleamos con nuestras parejas —algo que, tarde o temprano, ocurre— para no arrepentirnos después.
No involucréis a otros miembros de la familia.
Las discusiones son asunto de los dos… y de nadie más. Cuando se involucra a los padres en la pelea, se corre el riesgo de convertir un malentendido en una discusión entre dos familias. Algo que puede tener consecuencias incluso después de que la armonía haya regresado a vuestra relación.
Evitad dejaros llevar por las emociones.
Durante una discusión, la gente muestra sus peores rasgos de personalidad. Es un consejo obvio pero a veces necesario: ni vosotros ni vuestras parejas debéis dejaros llevar, no importa lo enfadados que estéis el uno con el otro.
No mezcléis todos los problemas en uno.
Si el motivo principal de la discusión es un montón de platos sucios, no os desviéis del tema. Si le echáis en cara a vuestra pareja sus defectos, vais a convertir un desacuerdo doméstico en un conflicto serio. Además, vuestra pareja se podrá hacer una pregunta muy lógica: ¿qué sentido tiene seguir con la relación si no os gusta nada de lo que hace la otra persona?
Nunca habléis del divorcio.
“Divorcio” es una de las palabras más hirientes que puede decir una pareja durante una discusión. Se trata del peor golpe a los sentimientos de vuestras parejas… y cuanto más lo repitáis, más rápido se va a cumplir. Si os queréis, no habléis de separación para no tener que arrepentiros después de haber tomado una decisión precipitada y emocional.
Nunca os vayáis de casa durante una discusión.
Huir de casa durante una discusión significa demostrar que os desagrada la idea de convivir con vuestra pareja. Además, dejaréis el conflicto sin resolver, y vuestra pareja, con razón, pensará que sois una persona inmadura. Lo más correcto es esperar a que ambos os tranquilicéis y hablar del conflicto como personas adultas.
No os vayáis a dormir por separado.
Si os acostáis en el sofá, demostráis que aún no estáis listos para una reconciliación… mientras que dormir en la misma cama como cada día conseguirá que disminuya el grado de enfado rápidamente. Puede que al principio os deis la espalda, pero seguro que amaneceréis abrazados sin recordar qué había ocurrido.
No discutáis en público.
Si os peleáis en el transporte público, o en un restaurante, lo más probable es que ni os respetéis entre vosotros ni respetéis a la gente que os rodea, que no tenían ganas de observar vuestro “culebrón”. No convirtáis un conflicto personal en un espectáculo público, aguantad y decir lo que queráis en casa.