Ponerse a dieta no siempre es fácil, sobre todo cuando existen un montón de tips o consejos que, algunas veces, en lugar de ayudar, solo logran confundirte o desalentarte. Desde el primo de un amigo que recomienda su dieta de la sopa, hasta los amigos más radicales que ayunan todos los días, las recomendaciones siempre van y vienen cuando de cuidar la línea se trata.
Nos preocupamos por tu salud, así que te presentamos una lista de ocho mitos que no deberías creer si quieres bajar de peso.
1. No comer tortilla, porque engorda
La tortilla de maíz es un alimento que por sí solo es muy saludable, pues contiene calcio, fibra y nutrimentos necesarios para el organismo. La tortilla no engorda: el problema es el platillo de acompañamiento (cuando es alto en grasas) o el número de tortillas que se consume en cada tiempo de comida. Los expertos en nutrición la recomiendan en una dieta diaria de 2000 kcal.
2. Consumir leche deslactosada para bajar de peso
La leche deslactosada es recomendable solo para las personas que presentan intolerancia a la lactosa, es decir, que tienen problemas para digerirla. Esto puede ocurrir por herencia, por disminución en el consumo de lácteos o por algún problema intestinal. La leche deslactosada evita síntomas como inflamación o flatulencias; pero si tú no tienes intolerancia a la lactosa, no es recomendable, pues incluso podrías volverte intolerante. Para cuidar tu peso y tu alimentación, se recomienda la leche descremada o leche light, que sí está reducida en grasas.
3. Hacer la famosa dieta détox
Desde los 90, este tipo de dieta ha estado de moda. Consiste en solo tomar jugos de diferentes frutas y verduras cierto número de días. Sin embargo, no es muy recomendable. Una dieta debe ser completa, equilibrada, variada y no puede basarse solo en un alimento, según las recomendaciones de la tabla básica de alimentos. Además, los jugos solo aportan el azúcar de la fruta y una que otra vitamina.
4. Beber jugo de naranja después de hacer ejercicio para recuperar energía
Este mito se relaciona mucho con el anterior, pero tomar jugos naturales o, peor aún, industrializados, no asegura el aumento de energía; es mejor comer la fruta tal cual, pues solo así se obtienen todas sus vitaminas, minerales, fibras y azúcares. Lo cierto es que el jugo de naranja aporta más azúcares que cualquier otra cosa, y la famosa vitamina C ni siquiera está presente, pues al no consumirse inmediatamente el jugo, la vitamina desaparece. Lo que sí se recomienda es que después del ejercicio se consuma proteína más que carbohidratos.
5. Pesarse cada semana
Pesarse a diario, o después de cada comida, como mucha gente lo hace, es totalmente inútil. Lo recomendable es pesarse cada mes. Pero si estás bajo un tratamiento de nutrición, puedes pesarte cada quince días; pero no diario. Controlar tu peso debe ser un hábito saludable, no una obsesión. Dale tiempo a tu metabolismo.
6. Creer que, si no sudas, el ejercicio no funciona
Otro mito muy popular. El objetivo del ejercicio es la pérdida de peso y la ganancia de masa muscular, sin embargo, sudar no significa que estás quemando grasa; simplemente significa perdida de líquidos para la regulación de la temperatura. Así que no es necesario que chorrees de sudor para decir que realmente está funcionando el ejercicio, eso se verá en la medición de la composición corporal. Te recomendamos hacer algún ejercicio cardiovascular para ayudarte en la pérdida de peso.
7. Solo consumir nopal para bajar de peso
El nopal contiene mucha fibra que ayuda a sentir saciedad, lo que disminuye el consumo de más alimentos; también ayuda a mantener en buenas condiciones el aparato digestivo al favorecer el tránsito intestinal y controla los niveles de colesterol y glucosa en sangre. Sin embargo, los nopales no son mágicos y no pueden hacer todo por sí solos. Lo importante es llevar una alimentación saludable, en la que se incluyan los nopales, y realizar actividad física.
8. No consumir nada de grasas
Esto no siempre es verdad. Hay dos tipos de grasas: las grasas insaturadas, o grasas buenas, y las grasas saturadas, o grasas no recomendables. Para el control de peso, es necesario cuidar las grasas saturadas como la crema, mantequilla, quesos amarillos, tocino, gorditos de la carne, etc. Pero es importante consumir las grasas insaturadas, o grasas buenas, pues nuestro organismo también las necesita para funcionar y, sobre todo, porque estas aportan omega-3 y 6. Las podemos encontrar en el aguacate, aceites vegetales y oleaginosas, como nueces, almendras, cacahuates, etc.
¿Sorprendido? Ahora ya sabes que para cuidarte solo tienes que comer bien: variado, balanceado y nutritivo.
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