Aunque existe la creencia popular de que tener pareja engorda, existen estudios que confirman que si se aman, con el tiempo engordan mucho más.
Según revelan los resultados de una encuesta en la que participaron 2.000 personas, realizada por la empresa de investigación OnePoll para la compañía estadounidense de control de peso, Jenny Craig, tres de cada cuatro habían ganado una media de 16 kilos desde que habían empezado su relación y casi la mitad de ese peso lo habían adquirido durante su primer año de relación.
Los hombres fueron los que más cambios observaron en su cuerpo: siete de cada 10 dijeron que habían engordado durante ese primer año, mientras que en el caso de las mujeres solo lo había menos de la mitad o un 45%.
Pero la encuesta no se quedaba simplemente en las cifras reflejadas en la báscula, también se pidió a los participantes que enumeraran los motivos por los que se habían descuidado.
La mayor parte de las personas encuestadas lo tuvo claro y culpó de su peso a todos aquellos encuentros en las que había comida de por medio. El 41% atribuyó sus kilos a las comidas y cenas en restaurantes a los que acudían en sus citas, y otro 30%, a los momentos de “manta y peli” en pareja en los que acababan pidiendo comida a domicilio y tomando unas copas de vino. Pero, ¿señalan en la dirección correcta?
Otros estudios confirman que tener pareja, engorda
Los investigadores de la Universidad de Queensland en Australia trabajaron con 6.459 mujeres durante 10 años. Entonces descubrieron que las féminas que tenían edades comprendidas entre los 20 y los 30, sin hijos, quienes se habían casado o poseían un enlace serio pesaban más que las solteras… Aparentemente, las primeras habían ganado una media de 5 kilos, 30% menos que las segundas. Otras incluso ganaban alrededor de 4 kilos al año.
Otro proyecto llevado a cabo por la Universidad Metodista del Sur en Dallas, siguió los casos de 169 parejas durante 4 años, llegando a la misma conclusión.
Ambos miembros ganaban peso. También otra tesis de la Universidad de Nueva York expresó que no había diferencias entre los dos géneros respecto a este fenómeno.
De hecho, los investigadores estaban de acuerdo en que las relaciones más satisfactorias y alegres son las que promueven una subida de peso, al contrario de los problemas maritales y divorcios, que resultan en pérdida de kilos.
¿El amor engorda?
Las razones para este incremento de peso en los miembros de la pareja son diferentes. Los científicos apuntaron que en diversos casos esto es debido a que la gente se adapta a los hábitos de vida del otro, y estos no suelen ser los más saludables.
Por un lado, las mujeres tienden a comer más comidas altas en grasa y azúcares, desarrollando una distorsión en la percepción de los tamaños de las porciones.
Esto lleva a que ingieran la misma cantidad que sus compañeros varones, sin darse cuenta de que no necesitan tantas calorías como ellos…
De hecho, algunas de las féminas encuestadas admitieron haber comido la misma cantidad o incluso más. También se notaba que los vínculos felices pasaban más tiempo y se esforzaban más en la preparación de los platos.
Si vivimos solos es más posible que nos saltemos varias comidas o que piquemos algo rápido, pero al vivir en pareja somos más propensos a realizar cenas más abundantes.
En la vida en matrimonio, las comidas juegan un rol más importante debido a que son los momentos en los que estamos juntos. En adición, es normal que queramos pasar más tiempo con nuestros amantes en la relación. Todo esto puede causar que algunos individuos abandonen o dejen de hacer ejercicio, cambiando su estilo de vida a uno bastante más sedentario. Cuando las prioridades cambian, dedicamos menos tiempo al cuidado personal…
De hecho, los investigadores vieron que las parejas que engordaban solían seguir un patrón fijo: después de un periodo de primeros encuentros, donde ambos se citaban en bares y restaurantes, el vínculo se hacía sólido y decidían comenzar a vivir juntos.
Entonces, comenzarían a organizar cenas más grandes y a pasar los fines de semana en casa, viendo películas y comiendo palomitas o helados en el sofá. Obviamente, todo esto resulta en un incremento de peso…
No obstante, la subida de kilos no es el único cambio en la forma de vivir. Afecta el sentimiento de relajación pues después de un largo tiempo de noviazgo, el enlace afectivo se hace más poderoso, nos sentimos más seguros y relajados.
Estas modificaciones hacen que el estrés y la tensión se reduzcan significativamente y que nuestro apetito crezca.
Debería quedar claro que estos resultados solo reflejan una tendencia y no algo inexorable. En realidad, para muchos puede ser positivo debido a la influencia del otro para practicar más ejercicio y comer mejor.