10 cosas bizarras que las personas hacían en el pasado para mejorar su apariencia

La apariencia siempre ha sido importante para las personas, pero a veces la moda o las tradiciones culturales parecen haber sido llevadas demasiado lejos. En este artículo, enumeramos algunos ejemplos de cosas inusuales y extrañas que las personas hacían para volverse más atractivas.

1. Ennegrecimiento de los dientes.

Como todos sabemos, el azúcar puede hacer un daño importante a los dientes. En el siglo XVIII, solo las familias ricas podían comprar azúcar y productos azucarados como mermeladas y dulces. Así que las personas comenzaron a ennegrecer sus dientes deliberadamente para demostrar que eran lo suficientemente ricos como para comprar azúcar.

2. Extracción de costillas para una cintura más pequeña.

Seguramente, algunas mujeres tienen la suerte de tener una cintura pequeña por naturaleza. La cintura avispa siempre se ha considerado muy femenina y mientras que en la época victoriana normalmente se lograba con corsés, parece que algunas personas buscan soluciones extremas y, de hecho, eliminan algunas de sus costillas.

3. Collares rígidos.

Siendo justos, no solo las mujeres sufren por la moda. A fines del siglo XIX, los cuellos de las camisas de los hombres eran muy altos rígidos, y esto formaba parte de la ropa que todos los caballeros debían tener. Puede no parecer un gran problema, pero llegaron a surgir reportes de muertes por este collar.

4. Peinados excepcionales.

A veces nos fijamos en un peinado que fue popular en los años 70 u 80 y decimos “¿De verdad?”. Pero hablando francamente, aquellos que crezcan en los próximos 50 o 60 años probablemente dirán lo mismo sobre lo que es popular en este momento. Qué podemos decir, es moda.

5. Pies de loto.

En China, la fijación de los pies comenzó en el siglo X, cuando el emperador Li Yu le pidió a su bailarina Yao Niang que lo hiciera en forma de luna y bailara en la punta de sus pies. El Emperador estaba tan impresionado que pronto otros bailarines comenzaron a hacer lo mismo para tratar de llamar la atención del Emperador. No mucho después de que la unión de los pies se volviera tan popular en China, en el siglo XIX, el 40-50% de todas las mujeres tenían los pies atados, mientras que para la clase alta, este número era casi del 100%.

6. Baño de barro con excremento de cocodrilo.

Hay muchas personas que creen que el lodo puede ser terapéutico y relajante para las articulaciones y los músculos, pero los antiguos griegos y romanos eran mucho más extremos. Se creía que los excrementos de animales tenían algunas propiedades anti-envejecimiento y uno de los tratamientos más populares era un baño en una mezcla caliente de barro y excremento de cocodrilo.

7. Cosmética radioactiva.

Después del descubrimiento del radio por Marie y Pierre Curie, el mundo se vio abrumado por todo tipo de usos comerciales de materiales radiactivos en cosméticos, limpiadores, cremas, lápices labiales e incluso en la pasta de dientes. Los productos prometieron a sus usuarios una piel “radiante”, una cara muy brillante y un efecto antienvejecimiento. Puede sonar irónico si no supiéramos ya las consecuencias.

8. Orina para blanquear los dientes.

Antiguos dentistas creían que la orina tenía un efecto de blanqueamiento dental mágico. La orina se utilizó para la pasta de dientes y líquidos para el lavado de la boca hasta el siglo XVIII. Honestamente, lo más probable es que funcionó bien porque contiene amoníaco, que es un agente de limpieza conocido, pero aún así es muy asqueroso.

9. Belladona.

Belladonna en italiano significa “mujer hermosa” y en el pasado esta planta altamente tóxica se usaba en forma de gotas para los ojos. Estas gotas daban a la pupila un efecto dilatado que se consideraba muy atractivo. Los científicos posteriormente descubrieron que este efecto era el resultado del bloqueo de los receptores en los músculos de los ojos y el uso frecuente podía conducir a una ceguera permanente.

10. Parches de belleza.

Originalmente, se usaban parches faciales para enmascarar manchas o cicatrices, pero en algún momento se convirtió en una moda y en el siglo XVIII se usaban como un acabado de belleza imprescindible, además de ser un símbolo de riqueza. Estaban hechos de tela y podían tener todas las formas posibles, pequeños corazones, estrellas o solo figuras al azar.