La mejor manera de lograr lo deseado, de acuerdo con muchos líderes de negocios y psicólogos, es establecer una meta inteligente. Este objetivo debe tener 5 cualidades: ser específico, medible, alcanzable, realista y limitado en el tiempo. En la víspera del nuevo año, este concepto es más relevante que nunca.
Sabemos lo difícil que es lograr resultados verdaderos y, por lo tanto, hemos preparado para ti una pequeña instrucción que te ayudará a acercarte a lograr tu tan preciado sueño.
1. Formular un objetivo final claro
Cuanto más precisamente formules un objetivo, más pronto llegará el momento en que lo logres. Si tienes muchos deseos, es mejor escribirlos en un papel y ver cuál de ellos afecta a los restos. Frases como “perder peso” o “ahorrar dinero” no sirven. El objetivo debe ser específico. No te olvides algo tan simple como la accesibilidad. Por ejemplo, ninguno de nosotros, por supuesto, se convertirá en un millonario dentro de un año.
Lo último: asegúrate de que el objetivo tenga una carga positiva. ¿Quieres perder peso? Entonces tu meta debe ser “pesar 50 kg”, y no “deshacerse de 20 kg”.
2. Dividir el objetivo principal en varias partes
Un sueño siempre es grande, por lo que es mejor dividirlo en varias partes pequeñas. Una cosa es querer escribir una novela en un año, y otra muy distinta es decidir escribir un capítulo por mes. En primer lugar, los resultados pequeños son más fáciles de lograr y tienen un poderoso efecto motivador. Y, en segundo, los plazos son más cortos, lo que creará la ilusión de que lograrás rápidamente el objetivo.
3. Determinar fecha límite
Si realizas un plan detallado, eso te ayudará a superar la línea de inicio y comenzar a avanzar en la dirección correcta. Establecer la fecha límite es necesario no solo para la tarea final, sino también para cada etapa intermedia. De lo contrario, el tiempo parecerá interminable. Lo principal es que un plazo estimula un alto crecimiento de la productividad en absolutamente cualquier persona.
4. Visualizar los deseos
El objetivo toma forma cuando lo visualizas. Esto podría ser una frase en la agenda, notas en el calendario o incluso un póster de deseos. Al elegir entre un calendario electrónico y uno de pared, es mejor dar preferencia al segundo. La visualización siempre debe estar delante de los ojos para tener un efecto estimulante.
5. No encasillarte demasiado
Hay dos tipos de personas que luchan por lograr un objetivo: los procrastinadores y los perfeccionistas. Los primeros no logran nada debido al constante aplazamiento de los asuntos, mientras que los segundos se esfuerzan demasiado, se agotan y, llegando a la final, ya no quieren nada. Deberías estar en algún lugar en el medio.
Los límites causan mucho estrés y hacen que te preocupes, en lugar de disfrutar el proceso. Como resultado, el objetivo se basará en la coerción volitiva y el autocontrol permanente, y esto tiene poco que ver con el concepto de motivación y alegría de la obtención de resultados.
6. Aprender de los fracasos
No puedes evitar todas las fallas, por lo que es importante hacerlas efectivas. La regla principal es no usar la frase “solo no tuve suerte” para explicar algún fallo. Esta es una defensa psicológica, y una de las más primitivas. Bloquea el análisis de la situación y no permite aprender de ella.
Una persona perseverante a menudo tiene prejuicios paganos. Si te sorprendes pensando que ves señales desfavorables, significa que, inconscientemente, no quieres alcanzar tus objetivos. Tienes que dejar atrás tales fantasías.
7. Hacer que los objetivos y plazos sean flexibles
Las circunstancias e incluso los deseos pueden cambiar. Por lo tanto, el objetivo debe permitir que en cualquier momento se le puedan realizar ajustes. Esto se refiere no solo a los plazos, sino también a las características de calidad. Por ejemplo, quien quiera convertirse en escultor puede dejarse llevar por la fabricación de muñecas articuladas, y la meta deberá ser cambiada sin ningún tipo de arrepentimiento.
8. Obtener buenos hábitos
Después de lograr los resultados deseados, muchos regresan al principio, pero los hábitos no tienen una fecha límite y permanecen con nosotros de por vida. Según una investigación realizada por Charles Duhigg, el 40 % de las acciones diarias de cualquier persona son reflejos. Así, al formar hábitos, en realidad estamos moldeando nuestra vida.
Cuéntanos, ¿ya fijaste tus objetivos para el 2019?