Las 10 reglas de los hogares judíos que hace que sus niños sean pequeños genios

Hoy hemos decidido tratar de descubrir cuál es el secreto de los hogares judíos y en esta búsqueda hicimos un descubrimiento muy importante: que estas madres hacen uso de un juego de reglas que resultan cruciales en la crianza.

Esa es la razón por la cual las madres judías, en lugar de darles lata constantemente a sus hijos a causa de lo desordenado que están sus cuartos, les permiten vivir su vida como quiera que les parezca cómodo, pero explicándoles porqué el orden y el aseo les serán muy útiles con el paso del tiempo.

10. Nada pasa desapercibido

Los psicólogos modernos recomiendan no elogiar a tu hijo por cualquier cosa, de manera que estimules su desarrollo. Sin embargo, los padres judíos están convencidos de que cualquier logro debe ser recompensado.

Incluso si el niño de una madre judía le lleva una servilleta con un garabato irreconocible por toda su superficie, ella encontrará un patrón y se lo mostrará orgullosa, como si fuera una pintura, al resto de la familia.

9. Existe el auto-control infantil

En las familias judías no se puede castigar a los niños quitándole las cosas. En su lugar, tienen varias reglas que garantizan un beneficio por una acción correcta. De esta manera, el niño no piensa estrictamente en términos de restricciones y castigos, sino que aprende a corregir su comportamiento por su propio bien.

No es por el temor a ser castigado que un niño judío no derrama el perfume de su madre en el perro del vecino: es porque sabe que en lugar de comprar un perfume nuevo mañana, su madre podrá comprar comida con ese dinero.

8. Papá es el líder y también lo es mamá

El respeto por los padres se enseña desde una edad temprana. Cada niño del hogar sabe que sus padres son los líderes y que todo lo que él hace es de menor importancia.

De esa manera, los niños nunca dependen de sus padres para que hagan algo por ellos o les consigan cosas, sino que intentan lograr las cosas por sí mismos.

7. Libertad inteligente

De hecho, a los niños judíos se les permiten muchas cosas. Incluso dibujar en el papel tapiz es visto como un signo de que el niño tiene el potencial artístico de un gran pintor.

Sin embargo, hay una línea que incluso un niño judío no puede cruzar: irrespetar su familia. Pintar el gato de rosado puede merecer sólo una mirada de desaprobación, pero insultar a uno de sus padres le ganará al chico un castigo severo.

6. Toda la energía se agota eventualmente

Otros padres pueden sentirse exhaustos sólo de mirar cómo se comportan los niños judíos. Pasan todo el día corriendo y nadie les dice “¡No te trepes ahí!”, “¡No toques eso!”, o “¡Cálmate!”

Los padres de niños así de enérgicos creen que es importante para los niños dejarlos drenar toda su energía mientras aún son pequeños. De esta manera, cuando sean adultos, serán más seguros de sí mismos y perseverantes en todo lo que emprendan.

5. Aceptar el desorden

Los niños judíos con frecuencia están rodeados de caos, lo cual no molesta a sus padres. Ellos entienden: los niños son descuidados, tumban cosas al suelo y derraman todo a su alrededor.

4. El exterior lo es todo

Si una madre europea se fijara en cómo lucen los niños judíos cuando pasean, enloquecería. Con frecuencia van cubiertos en barro, sus dedos están pegajosos, sus rodillas polvorientas y les faltan algunos botones.

La verdad es que mantener a tus niños limpios y prolijos al aire libre toma mucho tiempo y esfuerzo de parte de los padres, así como del niño. Lo padres judíos consideran innecesario para el crecimiento personal y el desarrollo del niño el tener siempre limpia la ropa. A los niños no les importa en lo más mínimo cómo lucen.

3. La confianza es la mejor recompensa

¿Entonces cómo debemos recompensar esos esfuerzos? No con caramelos, eso es seguro.

En las familias judías, un niño es recompensado con confianza. Si se le da plena confianza para hacer una tarea por sí mismo, para el niño significa que está haciendo un buen trabajo.

2. Todas las cosas son difíciles antes de volverse fáciles

Para volverse independientes, los esfuerzos de los niños deben ser reconocidos y apreciados. Si un niño inicia un nuevo hobby, a la edad que sea, sus padres deben apoyarlo y alentarlo.

Si algo no va bien, los familiares mayores dirán “Kol haschalot kashot“, que significa: ”Todos los comienzos son difíciles”.

1. Recompensa la independencia

En las familias normales los padres están convencidos de que los niños triunfarán en la vida si creen que pueden hacer cualquier cosa. Pero en las familias judías los padres creen que es más importante que los niños piensen que pueden hacer cualquier cosa por sí mismos.

En los cafés de Israel es común ver a un niño de un año comiendo un bistec por sí mismo. Esto ocurre porque a los niños se les permite hacer todo por sí mismos tan pronto como son físicamente capaces de ello.

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