La medicina del pasado puede escandalizar a una persona moderna fácilmente: los medicamentos y los procedimientos con los que se trataban nuestros antepasados eran muy extraños. La mayoría de esos remedios eran inútiles, y algunas hasta les causaban daños irreparables a los pacientes.
Aunque nos encante la historia, no nos cansamos de alegrarnos de vivir en el siglo XXI.
1. Polvo de momias en lugar de aspirina
La medicina árabe estaba adelantada a su tiempo, pero incluso en ella había cosas realmente extrañas. Después de las conquistas en el norte de África, ganó una inmensa popularidad el polvo de momias, tomado de los egipcios. Lo usaban para tratar dolor de cabeza, fiebre, enfermedades de la piel y hasta úlcera gástrica.
Por supuesto que la enorme demanda de momias no se podía satisfacer con el número de los hallazgos reales. Entonces, los farmacéuticos deshonestos ponían a la venta polvos falsos hechos de cenizas de sus contemporáneos muertos.
2. Choza diaforéticas
Durante la colonización del Nuevo Mundo, los europeos trajeron al continente no solo un nuevo orden mundial, sino también el virus de la viruela. La población indígena trataba de combatir la enfermedad de varias maneras peculiares, entre las que estaban las chozas diaforéticas, que usualmente se instalaban a las orillas de un río o de un lago.
Colocaban al paciente en una de esas chozas, y la convertían en un verdadero sauna, echando agua sobre piedras calientes. Se creía que la enfermedad se iba de la persona junto con el sudor.
3. Anestesia con plantas venenosas
Aunque en la Edad Media rara vez se realizaban operaciones, y la cirugía en sí no gozaba de un respeto especial entre los médicos, la necesidad de usar anestésicos existía. Los anestésicos populares eran los jugos de unas plantas extremadamente venenosas que contenían alcaloides: belladona, henbane, acónito, cicuta, delfinio o mandrágora.
4. Tratamiento de la peste negra con ranas
Para combatir la peste bubónica, además de desangrar a los pacientes y el uso de los gases, los curanderos utilizaban ranas vivas. El paciente era rodeado de anfibios, que se colocaban sobre los bubones. Según las creencias de los médicos medievales, se suponía que ese procedimiento restauraría el “equilibrio de los jugos vitales”, perturbado por la inhalación de las miasmas causantes de la enfermedad.
Las ranas también tenían aplicación en la odontología: el famoso “padre de la cirugía”, Guy de Chauliac, recomendaba la grasa de las ranas como un remedio para aliviar el dolor durante la extracción de una muela.
5. Desinfección con pan mohoso
Sir Alexander Fleming, el bacteriólogo británico que fue el primero en aislar la penicilina de los hongos del moho Penicillium rubens.
A diferencia de nosotros, los antiguos egipcios no tenían prisa por tirar el pan mohoso. Los trozos afectados por los hongos de moho se utilizaban como antisépticos, aplicándose sobre las heridas y los cortes.
El método no era demasiado estético, pero sí bastante justificado: algunos tipos de hongos del moho realmente matan una serie de bacterias, cosa que Alexander Fleming aprovechó al crear el primer antibiótico.
6. Tratamiento de la tos de los niños con jarabes con alcohol
“Whisky: 1 ctda., jugo de limón: 1 ctda., miel: 1 ctda”.
Aunque en 1921 el presidente estadounidense Warren Harding firmó una prohibición del uso de la cerveza como medicamento, las bebidas alcohólicas no desaparecieron de las recetas médicas en los Estados Unidos y continuaron usándose incluso después de la Segunda Guerra Mundial.
No solo se recetaban a los adultos, sino también a los niños como agente de calentamiento y un componente de los jarabes para la tos.
7. Lobotomía para los trastornos mentales
El Dr. Walter Freeman (izquierda) y el Dr. James W. Watts estudian una radiografía antes de una operación psicoquirúrgica.
Inicialmente, el procedimiento se llamaba “leucotomía” y se usaba para tratar a los pacientes violentos con varios tipos de esquizofrenia, pero en 1945, Walter Freeman le dio un nuevo nombre, bajo el que se dio a conocer popularmente. Él fue quien también se convirtió en el principal popularizador de la lobotomía y no solo la aplicaba a los enfermos mentales, sino también a las personas con un “carácter descarriado y agresivo”.
Como resultado de cortar la materia blanca, los lóbulos frontales del cerebro se separaban del resto del órgano. Los pacientes realmente dejaban de ser violentos, pero el costo era la pérdida de una parte significativa del intelecto, las limitaciones emocionales, las alteraciones del pensamiento y del habla. Como resultado, el método fue considerado inhumano y prohibido en la mayoría de los países del mundo.
A los 23 años, Rosemary Kennedy, la hermana mayor de John F. Kennedy, fue sometida a una lobotomía. La niña tenía un desarrollo más lento que el de sus compañeros, y con la edad se volvió propensa a los arrebatos de agresión, por lo que sus padres aceptaron realizar la operación. Como resultado, la inteligencia de Rosemary cayó al nivel de una niña, dejó de hablar con coherencia y perdió el control de una de sus manos.
Bueno, ¿todavía crees que “antes era mejor”? Cuéntanos en los comentarios qué método te sorprendió más.