Todos nosotros, desde la primaria, sabemos que el Antiguo Egipto es la civilización de las pirámides. Es muy probable que todas las personas hayan visto películas sobre momias y tumbas de faraones, y estén conscientes de que precisamente los egipcios se encargaron de la invención del papel. No obstante, en los libros escolares hay algo sobre la historia del Antiguo Egipto que no está escrito. Por ejemplo, los faraones no tenían nada en común con aquellas personas jóvenes y esbeltas cuyos perfiles vemos en ciertas imágenes.
Nos encanta la historia y hemos aprovechado muy bien las clases en la escuela, pero tenemos que admitir que muchos de los hechos de esta lista han sido un descubrimiento para nosotros.
El labial era producido de insectos
El colorante rojo carmín era obtenido a partir de cochinillas: un insecto hemíptero parásito de las plantas, el cual se utiliza en la producción de la cosmética hasta hoy en día. Sin embargo, el proceso para la obtención del carmín ya no entra en la preocupación diaria de las seguidoras de la moda, ya que para usar labial, la mujer moderna no tiene que cocerlas y triturarlas hasta obtener polvo como lo hacía Cleopatra.
Esclavos especiales que desviaban las moscas del faraón
Las moscas molestaban aún más a los antiguos egipcios que al humano moderno. Nosotros utilizamos fumigadores y bandas adhesivas para la lucha contra los insectos, pero el faraón egipcio Neferkara Pepy, quien según se estima, gobernó de 64 a 94 años, para este objetivo tenía esclavos y esclavas que eran untados con miel cuyo objetivo era atraer a las moscas hacia ellos. ¡Un trabajo poco envidiable!
La tumba era adornada como la casa del difunto y le llevaban comida
Los egipcios reconocían la gran importancia de la otra vida. Se consideraba que, después de la muerte, el fallecido continuaba viviendo en otro mundo y necesitaba de artículos como vajillas, cosméticos y accesorios de los que estuvo rodeado hasta que se convirtió en momia. Además, en la tumba introducían comida y bebidas, en ocasiones, sus mascotas favoritas e incluso esclavos.
Los faraones sufrían de obesidad
En las muestras que se han conservado hasta hoy en día, podemos observar un perfil bastante delgado de los faraones. Los científicos, al realizar un análisis radiográfico de las momias, llegaron a la conclusión de que estas imágenes no tienen nada que ver con la realidad: los egipcios ricos y, principalmente, los faraones, eran personas con sobrepeso y poco saludables. La obesidad era posible gracias a una dieta incorrecta, rica en carbohidratos, en grasa y alcohol.
Los hombres se maquillaban al igual que las mujeres
La cosmética en el Antiguo Egipto era utilizada tanto por mujeres como por hombres. Existían tres razones para esto. En primer lugar, el maquillaje protegía la piel del ardiente sol. En segundo lugar, los egipcios creían que al usar cosméticos eran favorecidos por los dioses Ra y Horus. Y por último, el maquillaje poseía propiedades curativas. Esto era parcialmente verdad. El delineador de ojos a base de plomo ayudaba a luchar contra la conjuntivitis. Pero de todos modos, el tetróxido de plomo y cinabrio causaba más daño que beneficio.
Los niños no usaban ropa hasta la adolescencia
Hasta principios de la pubertad, los niños egipcios no usaban ropa ni zapatos. También para la prevención de la pediculosis, eran afeitados dejando únicamente una pequeña trenza. Los niños y niñas calvos y desnudos únicamente se podían decorar con cuentas y vendas.
Los egipcios tenían una versión demo del matrimonio
En el Antiguo Egipto no existía una ceremonia matrimonial, solamente uno de los cónyuges se mudaba a la casa del otro, a menudo, esto lo hacía la esposa. Solamente los egipcios más ricos realizaban un contrato matrimonial. En este se indicaba el plazo del matrimonio. En caso de que los cónyuges tuvieran carácter difícil o fueran infértiles, se podían separar sin trámites adicionales.
Una gran cantidad de hombres pasaba por “sus días”
Los egipcios consideraban que los hombres también tenían menstruación. Esto era tan común que los hombres que no tenían sangre en su orina eran considerados menos que los demás. El hecho era que una gran cantidad de egipcios sufría de esquistosomiasis: una enfermedad parasitaria, la cual se transmite a través del agua contaminada. La esquistosomiasis crónica puede conducir al desarrollo de anemia, esterilidad y, en ocasiones, la muerte.
En la momificación, el cerebro era extraído a través de las fosas nasales
Desde el punto de vista del ser humano moderno, la momificación es un proceso muy salvaje. Era suficiente mencionar que el cerebro del cuerpo del difunto se extraía a través de las fosas nasales con ayuda de herramientas especiales y con un gancho. Los demás órganos a menudo se extraían y se colocaban en un vaso canope. El lugar de las órbitas oculares, a veces se rellenaban con rollos de lino y se colocaban ojos artificiales para naturalizar la apariencia del cuerpo.
En el tribunal funcionaba la presunción de culpabilidad
A pesar del desarrollado sistema jurídico, en Egipto existía una regla, cuyo principio indicaba que el acusado inicialmente era culpable hasta que se demostrara lo contrario. Las confesiones frecuentemente se obtenían a través de tortura y “golpizas”, incluso no solo por parte del acusado, sino también de los testigos. Por cierto, el acusado no tenía abogado.
La estatua decidía: perdonar o ejecutar
En la época de Imperio Nuevo de Egipto (1550-1096 d. C.) los sacerdotes de forma activa comenzaron a involucrarse en los procesos judiciales. En situaciones cuando a los jueces se les hacía complicado el juicio, la ayuda llegaba mediante estatuas de dioses. En dos papiros se anotaban decisiones opuestas y la estatua tenía que girar hacia un lado de ellos, eligiendo el destino para el acusado. En realidad, los movimientos de la estatua eran manipulados por los sacerdotes, quienes frecuentemente pedían recompensa por la vida del acusado.
No había escapatoria de los insectos
Los egipcios se preocupaban mucho más por diferentes insectos que por animales salvajes. Moscas, piojos, pulgas, chinches, mosquitos y el más terrible de todos: saltamontes. Ellos intentaban luchar contra los insectos que se alimentan de sangre mediante diversos aceites, hierbas y polvos. Para evitar los piojos, se afeitaban el cabello. Un enorme enjambre podía exterminar toda la cosecha y dejar a miles de personas hambrientas.
Podían amputar la nariz por infidelidad
Las infidelidades entre los cónyuges en el Antiguo Egipto eran frecuentes, aunque eran reprochadas por la sociedad. Los cónyuges podían resolver el problema de forma independiente o acudir al tribunal. En este caso, el hombre podría enfrentarse a 1000 golpes con un palo y la mujer tenía consecuencias más serias: la amputación de la nariz e incluso la pena de muerte.
Los enanos gozaban de privilegios
En el Antiguo Egipto se consideraba que una estatura pequeña era un obsequio de los dioses, por eso, los enanos gozaban de respeto. Ellos podían ocupar un puesto directivo, ser ayudantes personales, custodios de joyas y, en los tiempos de la dinastía, trabajaban exclusivamente para la familia real.
Los desodorantes se utilizaban encima de un cuerpo sucio
El clima cálido, la imposibilidad de bañarse diariamente, un trabajo físico pesado, todo esto hacía que el cuerpo de un trabajador apestara. Se podía luchar contra esto mediante dos formas: en primer lugar, un corte de cabello regular (se consideraba que era fuente un mal olor), en segundo lugar, utilizaban desodorantes. Estos últimos contenían diferentes ingredientes: agujas de pino, canela, cítricos, flores e incluso huevos de avestruz. Hacían bolas de esta mezcla y las mantenían dentro de sus axilas. Los componentes con olores fuertes podían ocultar el mal olor del sudor por un período de tiempo.
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