9 Leyes psicológicas que controlan las acciones de las personas aunque causen mucho dolor

En la vida ocurren muchos acontecimientos difíciles de entender. ¿Por qué las adivinas “predicen” el futuro o por qué las ventanas rotas en una ciudad causan disturbios? Algunos científicos desde hace mucho tiempo han desarrollado una teoría que explica el porqué de ciertos asuntos. Al parecer, las personas siguen un guion y no es difícil predecir nuestro comportamiento.

Leímos un montón de libros de psicología y hoy compartimos contigo misteriosos conocimientos: todas las casualidades que nos suceden, no son accidentales. Y las acciones más raras de las personas se pueden explicar con ayuda de la ciencia.

1. Teoría de las ventanas rotas

La teoría de las ventanas rotas en la criminología nació en la mente de dos sociólogos estadunidenses de nombres James Q. Wilson y George L. Kelling. Los científicos trataron de averiguar con qué estaba relacionado el aumento de delincuencia en Estados Unidos en los años 80. Llegaron a la conclusión de que los delitos leves (basura tirada o grafiti) influyen activamente en la delincuencia en general.

Ejemplo de vida: si al menos la ventana de un edificio está rota y no tiene cristal, entonces los transeúntes pensarán que a todos les da igual y no hay responsables por este desorden. Pronto, en este edificio todas las ventanas estarán rotas, y por todo el barrio se extenderá la confianza de la impunidad. Las personas comenzarán a creer que no les pasará nada por cometer delitos más serios (“Si otros pueden hacerlo, ¿por qué yo no?”).

Un fanático de esta teoría fue el alcalde de Nueva York en 1994, Rudolf Giuliani, quien redujo el nivel de delincuencia a la mitad. Se puede aplicar la teoría de las ventanas rotas en todos lados: en la política internacional, a nivel estatal, en tu departamento y en el trabajo.

2. Teoría de la indefensión aprendida

La indefensión aprendida es una violación al comportamiento en la cual una persona no hace nada para mejorar su vida, aunque tiene todas las posibilidades para hacerlo. ¿Por qué “aprendida”? Porque nadie nace con la idea de que superar obstáculos es algo inútil. Este pensamiento aparece después de haber experimentado estrés o muchos fracasos. Una y otra vez, al haber recibido golpes y patadas por parte de la vida, las personas se rinden y creen que nada depende de ellas.

Ejemplo: una persona fracasó en dos intentos para entrar a la universidad, tiene un trabajo complicado con un miserable sueldo o no puede separarse de su pareja “tóxica”. Mirándolo desde una perspectiva, todo es fácil y sencillo, estudiar más los temas del examen, encontrar otro trabajo, divorciarse, y no tendrá más problemas. Pero una persona que ha caído en la indefensión no ve una salida sencilla y aguantará el dolor.

¿Qué hacer?

  • Dejar de pensar en el perfeccionismo, es poco lo que se puede hacer perfectamente en esta vida.
  • Bajas las expectativas, en particular, las negativas. El problema todavía no ha surgido, pero ya tenemos miedo.
  • Aprender a ser optimista. Existe una cosa que se llama optimismo aprendido y puedes adoptarlo con un par de ejercicios. Aquí puedes hacer una prueba que determinará tu nivel de alegría de vivir.

3. Teoría del túnel

De acuerdo con esta teoría, una persona ve el mundo a través de los filtros de su experiencia y convicciones. La educación, formación, todos los momentos alegres y fracasos que alguna vez nos han ocurrido son material de construcción para el túnel de la realidad. Por eso las personas reaccionan de manera diferente a las mismas cosas.

Ejemplo: tomemos el cuadro legendario La Gioconda de Leonardo da Vinci. Al ver solo su mirada, una persona notará una sonrisa misteriosa, otra dirá que tiene una perfección matemática; pero también habrá quien diga que es una mujer gorda que no tiene cejas. Ninguna de estas tres personas estará equivocada, ya que todas viven en sus túneles y francamente creen que tienen la razón.

Todo sucede de acuerdo con la teoría de túneles: no existe una única verdad. Y no puede existir. Es difícil de escapar de tu propio túnel. Es parecido al camino recorrido: cómodo y habitual.

4. Dilema del erizo

Las personas están programadas para anhelar estar el uno con el otro. La mayoría de nosotros necesita de una familia y amigos. Sin embargo, las relaciones cercanas a veces van acompañadas de dolor. La fallas de las personas cercanas nos obligan a alejarnos e irnos. Pero dentro de un tiempo volvemos a cometer el mismo error: nuevamente buscamos la intimidad y sufrimos por ella.

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer llamó a este fenómeno “dilema del erizo”. En sus trabajos, lo describió con la siguiente frase:

“En un día muy frío, dos erizos se encuentran y sienten simultáneamente la necesidad de calor. Para satisfacer esa necesidad, buscan la cercanía corporal del otro, pero cuanto más se acercan, más dolor les causan las púas del cuerpo ajeno. No obstante, al alejarse, aumenta la sensación de frío, por lo que ambos erizos deben ir acomodándose hasta alcanzar una distancia óptima”.

Arthur Schopenhauer, Parerga und Paralipomena: kleine philosophische Schriften

La clave de una relación feliz en el amor y en la amistad es saber dar la suficiente calidez y al mismo tiempo conservar tu propio espacio. No soportes los pinchazos con agujas, pero tampoco escapes de una relación cercana. Mantén una distancia razonable en la cual sientas tu propia integridad.

5. Técnica del pie en la puerta

Al principio, la persona hace un pequeño favor y después cae en una trampa: cada vez, las exigencias son más atrevidas y no hay fuerzas para rechazarlas. La técnica del pie en la puerta es utilizada plenamente por los especialistas de marketing que te quieren vender algo.

Ejemplo: los proveedores de servicios te ofrecen “probar la versión gratuita de nuestro programa” o “suscríbete a nuestro servicio, el primer mes de suscripción es gratis”. El consumidor todavía no ha pagado ni un centavo, pero ya ha caído en la trampa, porque es más fácil vender la suscripción ampliada a las personas que han probado la versión gratuita.

Si el vendedor te promete un gran descuento o un producto al “3 por 2”, significa que él ha leído un par de libros de psicología y mete “su pie en tu puerta”. Sabe que vendrás nuevamente y gastarás una gran cantidad de dinero en su tienda.

6. Teoría de la normalidad progresiva

Las personas son capaces de aceptar tranquilamente los cambios más terribles en la vida. Siempre y cuando estos cambios ocurran poco a poco y no de un solo golpe.

Ejemplo: los habitantes de una megalópolis están dispuestos a soportar la contaminación del aire y deterioro del medio ambiente en la ciudad porque esto ocurre lentamente y las personas tiene tiempo para acostumbrarse a lo malo.

Esta teoría es capaz de responder a un montón de preguntas: desde históricas de gran escala hasta las habituales de la vida cotidiana. ¿Por qué el pueblo de Alemania en los años 30-40 no se manifestó en contra el gobierno nazi por los campos de concentración? ¿Por qué las personas viven en un matrimonio que destruye su psique? La respuesta es sencilla: se acostumbraron y aceptaron, porque los cambios no ocurrieron de un día para otro. Su realidad cambiaba, pero lentamente, y al final, lo anormal se convirtió en lo normal.

7. Teoría de la autoridad anónima

De acuerdo con esta teoría, no es tan difícil manipular a las personas con ayuda de palabras “mágicas”. Tales expresiones como “de acuerdo con científicos” o “expertos afirman”, que no están confirmadas por fuentes de investigaciones científicas son creíbles con facilidad. Hacemos caso de forma inconsciente a la autoridad anónima: experto o científico, el cual puede no existir en realidad.

Ejemplo: en la publicidad de las pastillas dicen que la efectividad del medicamento está probada por científicos. El espectador comienza a confiar en esta afirmación ¿cómo no creer en ellos?

No te fíes de información impersonal. En anuncios, periódicos e internet hay frases que revelan la mentira. Aquí están unos ejemplos de ellas:

  • Frases sin designación precisa de una cantidad: “muchos científicos”, “algunas personas” (¿quiénes son estas personas?)
  • Uso de voz pasiva: “se cree” (¿quién lo cree?)
  • “Hasta un 100 por ciento” (¿eso cuánto es: un 2 por ciento o un 99 por ciento?)

En cualquier situación confusa, pide pruebas. Y cree solo en aquellos que puedan mostrarlas.

8. Profecía autocumplida

En ocasiones, las predicciones realmente se cumplen. La verdad es que esto no tiene ni una gota de magia. Todo el truco consiste en creer en la profecía y se hará realidad. A veces los charlatanes utilizan esta paradoja con mucho éxito.

Ejemplo: una adivina le predijo a un hombre que, de un día para otro, estaría en hospital. Esta persona tomó muy a pecho dicha predicción y se sumergió en tal pensamiento sobre una posible enfermedad y anduvo distraído por todos lados. Nuestro héroe resbala, se cae en la banqueta y efectivamente fue a dar al hospital por un esguince de tobillo. La “predicción” de la adivina se cumplió, pero no porque sea una clarividente. El hombre cumplió la predicción de forma inconsciente.

Para una persona es suficiente creer instintivamente en una idea ajena y comenzará a generar pensamientos que la confirmen. Por desgracia, las ideas ajenas pueden ser malas. Es posible escapar de la trampa de la profecía autocumplida. Simplemente tienes que elaborar una propia actitud positiva.

9. Síndrome del pato

Un pato recién nacido percibe a su mamá como el primer objeto que se mueve y comienza a seguirlo. La “mamá” puede ser una persona, perro, cabra u objetos inanimados en general. Científicos han nombrado tal comportamiento “impronta” y también afirman que todas las personas tienen un poco de “pato recién nacido”.

El síndrome mental del pato se manifiesta en una persona que, al enfrentarse a un nuevo ámbito, comienza a considerar el primer objeto que ve como el mejor. Es difícil convencer a “este patito” de que pruebe algo nuevo. Es casi imposible demostrar que lo nuevo puede ser mejor que lo anterior.

Ejemplo: “los libros de papel son mejores que los electrónicos”, “los teléfonos móviles con teclas son más seguros que con una pantalla táctil” o “el nuevo diseño (no importa el que sea) es horrible”, son frases típicas de una persona con el síndrome de pato.

Este efecto hace que una persona no sea objetiva y no escuche el punto de vista de las demás personas. Las nuevas cosas pueden ser buenas y cómodas.

Y tú, ¿has notado cómo estas leyes psicológicas interactúan en tu vida?