En el mundo moderno, el tiempo vuela muy rápido: nuestros hijos crecen, nuestros padres envejecen y hasta nuestras propias caras se convierten en algo diferente a lo largo de los años. Por lo general no prestamos atención a todos estos cambios porque estamos demasiado ocupados con nuestro trabajo, la escuela y otras cosas importantes. Pero si nos detenemos por un momento y echar un vistazo alrededor, veremos que incluso las cosas aparentemente más estables están cambiando constantemente.
A continuación te mostramos cómo el paso del tiempo puede ser implacable con las cosas de nuestro día a día.