De niños, escuchamos a nuestras abuelas contar muchas historias que siempre dimos por ciertas. Por ejemplo, nos decían que pisar el suelo frío estando descalzo provocaba gripe o incluso neumonía.
Recordando estas historias de los abuelos y padres, investigamos y descubrimos que la mayoría no tiene sentido. ¡Diviértete leyendo!
1. Tener plantas en tu habitación acaba con el oxígeno en la noche
MITO. Los ancianos acostumbran afirmar que las plantas te “roban” el oxígeno en la noche, y quien está durmiendo en el cuarto puede acabar sofocado. En la revista Superinteressante, el botánico Gilberto Kerbauy, profesor de la USP, dio su opinión definitiva sobre este asunto: “Si fuera verdad, no habría un solo indio en la Amazonia”. Las plantas consumen oxígeno de noche, pero la cantidad es pequeña, menor que la que consume el perro o el gato que también duerme en tu habitación.
2. Leer en la oscuridad perjudica tu vista
MITO. Lo máximo que te puede pasar es que te dé un leve dolor de cabeza debido al esfuerzo al que sometes tu vista. Dicho esto, no existe ningún estudio o relato que demuestre la pérdida de la capacidad de visión por leer cuando la luminosidad es baja. Este mito se debe probablemente al hecho de que nuestros antepasados no tenían buena luz en sus casas, y tal vez quedaron ciegos o su visión quedó muy afectada por esta razón, ¿no te parece?
3. No se debe despertar a un sonámbulo
MITO. Ya hemos escuchado esta muchas veces. Según la historia, pueden sucederle cosas muy malas a una persona sonámbula si la despertamos en una de estas crisis. Esto no tiene sentido. La persona puede sentirse desorientada o llevarse un gran susto, pero no sufrirá un infarto ni un AVC, como la gente dice. Incluso hay quienes recomiendan llevar simplemente al sonámbulo de vuelta a su cama, pues de lo contrario se puede lastimar o caer.
4. Si te tragas un chicle, este se pega en el estómago
MITO. El ingrediente principal del chicle es una base de goma usada también en la fabricación de neumáticos. Hay que decir que, para tu organismo, este ingrediente es particularmente difícil de procesar y eliminar. Sin embargo, esto no quiere decir que se quedará años pegado en tu estómago o en tu corazón (¡!) como cuentan algunas leyendas. En algún momento encontrará la manera de salir. Pero, ¿para qué tragarse un chicle? Si lo puedes evitar, no lo tragues. Lo mejor que puedes hacer es tirarlo a la basura cuando te canses de mascar.
5. Soplar una herida alivia el dolor
MITO. La abuela soplaba sobre la herida de sus nietecitos con la mejor de las intenciones, pues según ella esta era una forma de aliviar el dolor tras una fuerte caída en el parque. ¡No hay nada que pueda reemplazar el cariño de una persona que nos ama! Pero además de no aliviar el dolor, el hecho de soplar sobre una herida puede ser peligroso, ya que nuestra boca está llena de bacterias que van a ir a parar directo a la lesión, aumentando el riesgo de una infección. Es mejor darle a nuestro bebé un abrazo, un beso… ¡y no soplar!
6. Caminar descalzo sobre el piso helado provoca resfriado
MITO. No solo pisar el suelo helado. También nos han dicho que es peligroso abrir la nevera cuando estamos acalorados y otras cosas parecidas. Todas estas afirmaciones no son más que leyendas. “Los resfriados y las gripes son provocados por virus, sin no hay virus, el frío no te puede enfermar”, afirma el doctor Drauzio Varella: “¿Alguna vez has pensado qué harían los habitantes de Canadá o Noruega?”.
7. Tomar agua con azúcar te puede calmar después de pasar un susto
MITO. El azúcar provoca liberación de serotonina, y esta nos da una sensación de bienestar. Pero eso no sucede instantáneamente. Si crees que el agua con azúcar es un buen remedio para quien pasa por un susto o una situación de estrés, debes saber que no te servirá de nada. En cambio, un té calmante, de manzanilla por ejemplo, o un jugo de maracuyá serán más eficientes.
8. Consumir mango con leche es malo para la salud
MITO. Según la nutricionista Anita Sachs, de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP), esta historia data de la historia colonial de Brasil, cuando la leche era un producto muy costoso y difícil de conseguir. Con el fin de que los esclavos no consumieran el líquido tan preciado, los ricos de la época, muchos de ellos dueños ingeniosos, extendieron el rumor. De esta manera, los mangos, que abundaban en los jardines, eran exclusivamente para consumo de los ricos.
9. Comer semillas puede causar apendicitis
MITO. La inflamación en el apéndice, que es una prolongación del intestino, es causada por su obstrucción debido al exceso de moco, y no por las semillas o restos de comida que allí se acumulan. Hay quienes creen que si tragas una semilla, una planta puede brotar dentro de tu cuerpo. ¡Cuánta creatividad!
10. Nadar después de comer es peligroso
VERDAD. Todos los niños han pasado por la interminable espera de dos o tres horas después del almuerzo para poder entrar de nuevo en la piscina. Sin embargo, los adultos que “inventaron” esta regla tenían razón. Para hacer el trabajo de digestión, nuestro cuerpo necesita sangre. Cuando iniciamos una actividad física, la sangre es desplazada en buena parte hacia los músculos, perjudicando la digestión y provocando mareo, reflujo, e incluso vómito. Así pues, después de comer, ni hablar de realizar actividades físicas.
Bueno, y ahora confiesa: ¿en cuál de estos mitos creías hasta hoy? ¿Conoces otros? ¡Compártelos con nosotros en los comentarios!