La carrera actoral parece muy fácil a primera vista. No obstante, es un trabajo muy duro. Para interpretar un papel, los actores deben estar listos para subir o bajar de peso de forma extrema, perder algunos dientes e incluso vivir en un hospital psiquiátrico. Pero cabe resaltar que tales sacrificios ocurren sin consecuencias para la salud mental en la mayoría de los casos.
Averiguamos qué actores se adentraron tanto en su papel que sufrieron problemas mentales o estuvieron cerca de ello.
1. Christian Bale — El maquinista (2004)
En la película El maquinista, Christian Bale pesaba únicamente 55 kilogramos. Para conseguir tal cifra, tuvo que perder 30 kilos. Por supuesto, tal experimento generó un verdadero estrés en su organismo.
El actor confesó que comprobó su fuerza de voluntad preparando este papel. Una manzana habitual se convirtió en un evento agradable, y un vaso de whisky en una verdadera alegría. “Debido a mis experimentos comencé a tener un estado muy raro. Podía estar sentado y ver solo hacia un punto durante varias horas, o quedarme dormido de pie”, dijo Christian Bale en una entrevista. El actor superó la obsesión en lo que se convirtió alcanzar esa meta, sin importar el costo de ello.
En ocasiones, el presupuesto para filmar esta película se acababa y regresaba. Bale sufrió de hambre incluso sin saber si la filmación culminaría o no.
Los productores de la cinta dijeron que el actor estaba listo para seguir sufriendo de hambre a pesar de su estado tan peligroso, y el equipo incluso estaba preocupando por su salud tanto física como mental. Posteriormente, Christian confesó que no le gustaría volver a atravesar por la misma experiencia.
2. Shia LaBeouf — Charlie Countryman (2013)
Shia LaBeouf conquistó la fama interpretando papeles de sujetos raros. Sus acciones excéntricas durante la filmación de la película Fury lo demuestran: el actor se sacó un diente y dejó de bañarse.
El protagonista de la película Charlie Countryman se libra de una vida aburrida con ayuda de sustancias alucinógenas. LaBeouf, quien interpretó a este personaje, también abusó de sustancias prohibidas durante la filmación, lo que afectó su comportamiento. Justificaba sus acciones con el hecho de que supuestamente estaba tratando de “entrar en la mente” de su personaje y aprender a emular sus acciones. Sin embargo, posteriormente, el actor se vio involucrado en algunos actos escandalosos (llegó al Festival Internacional de Cine de Berlín con una bolsa en la cabeza y, 4 meses después, fue detenido en el teatro por su mala conducta). Después de esto. Shia confesó que planeaba entrar a rehabilitación de drogas.
3. Kate Winslet — Una pasión secreta (2008)
Literalmente, la actriz fue esclava de su personaje en la película Una pasión secreta (interpretó a una vigilante de un campo de concentración). Kate confesó que le costó mucho trabajo salir de ese papel y le tomó bastante tiempo. Necesitó de varios meses para regresar a una moral normal. Ese fue el precio que pagó la actriz por obtener un premio Óscar.
4. Maria Schneider — Último tango en París (1972)
Para la actriz Maria Schneider, el drama erótico Último tango en París con Marlon Brando fue crucial en su carrera. Después de unos años, el director de la película, Bernardo Bertolucci, le confesó a la editorial “The Gardian” que una de las escenas más explícitas no se habló detalladamente con la actriz, con el fin de obtener una reacción natural de ella. Posteriormente, Maria confesó que se sintió muy humillada con eso.
Después del estreno de la película, a la actriz le comenzaron a proponer insistentemente papeles similares. Debido a eso, empezó a abusar el alcohol y las drogas, por lo que tuvo que ser internada en el hospital.
5. Malcolm McDowell — La naranja mecánica (1971)
En la adaptación a la pantalla de la novela distópica de Anthony Burgess, McDowell interpreta el papel de Alex, un joven sádico. En la película, el actor tuvo la oportunidad de improvisar y, por lo tanto, literalmente se fusionó con su héroe. Eso influyó en su personalidad de la vida cotidiana. McDowell comenzó a tener calambres por las noches, y tuvo que acudir a especialistas para que lo ayudaran.
6. Val Kilmer — The Doors (1991)
Aparentemente, Val Kilmer se parece al músico Jim Morrison, sobre quién precisamente se trata la película The Doors. Pero eso no era lo único que hacía creer a las personas de alrededor que el actor era la encarnación viva del rockero legendario. Kilmer literalmente se convirtió en su héroe. Durante la filmación, incluso insistía en que sus colegas lo llamaran Jim, y no Val. Aprendió de memoria todas las canciones de Morrison y gastó horas en el estudio de grabación. Su voz en la película está aplicada sobre las grabaciones originales de la banda The Doors, e incluso los exmiembros del grupo a veces no lograban distinguir la actuación del actor de la versión original.
Kilmer comenzó a vestirse en la vida real como Morrison, a copiar su forma de caminar y sus gestos. Frecuentemente hablaba con Paul A. Rothchild, el productor del grupo de música, y literalmente lo agotaba con preguntas infinitas sobre el músico.
Después de terminar el rodaje, Val Kilmer siguió viviendo como el músico y no consiguió cambiar. Se transformó bruscamente e incluso tuvo que acudir a especialistas para recibir ayuda psicológica.
7. Natalie Portman — El cisne negro (2010)
Natalie Portman comenzó a prepararse para la filmación de la película un año antes, y, posteriormente, su trabajo le hizo ganar un premio Óscar. La tutora de la actriz inicialmente pasaba con ella dos horas al día en clases de ballet. Después, ese tiempo aumentó a 5 horas y le añadieron natación. Al inicio del rodaje, Portman pasaba con su entrenador 8 horas diarias. La actriz comenzó a llevar una vida solitaria: la filmación duraba 15 horas al día, y, después, Natalie nuevamente se dedicaba al baile. “Hubo días en los que pensaba que estaba muriendo”, confesó la actriz. Además de todo, tuvo que mantener una dieta agotadora, y el director la aisló de otros actores para acercarla al estado mental de la protagonista.
“Al aceptar participar en la película no sabía en lo que me estaba metiendo”, dijo Portman en una entrevista. Después del rodaje le costó mucho trabajo regresar a su vida habitual, y tuvo que aprender nuevamente a dormir, comer y comunicarse con sus seres queridos, como todas las personas normales. Intentó olvidar su sufrimiento lo más pronto posible.
8. Heath Ledger — Batman: el caballero de la noche (2008)
Este actor, quien falleció a una temprana edad, se obsesionó mucho con su papel, el cual le valió un premio Óscar post mortem. Durante la preparación para la filmación, Ledger se encerró solo en un hotel y trató de mimetizar con su papel. Inclusive comenzó a escribir un diario bajo el nombre de “Guasón”. El actor solo dormía 2 horas al día porque su cerebro se negaba a descansar y desactivarse. Pronto, Ledger tuvo que tomar algunos medicamentos.
En 2008, el actor murió debido a una sobredosis de somníferos, analgésicos (en particular narcóticos) y tranquilizantes. Muchos, hasta hoy en día, están convencidos de que la transformación increíble de Ledger en psicópata y sociópata despiadado desempeñó un papel importante en su final tan trágico.
9. Todo el reparto — Atrapado sin salida (1975)
La adaptación de la novela icónica de Ken Kesey fue la segunda película en la historia de la cinematografía mundial en ganar un Óscar en las cinco nominaciones más prestigiosas (la primera fue Lo que sucedió aquella noche, en 1934).
La película habla sobre un drama en un hospital psiquiátrico, y prácticamente se filmó en un verdadero manicomio. Los actores estuvieron en la misma sección que los pacientes, hablaban con ellos y con los doctores, participaban en terapias sociales, inclusive comían con ellos. Jack Nicholson confesó que había quedado sorprendido sobre cómo todo el elenco le dio vida a sus personajes: llegó al set de filmación más tarde que los demás, por lo que no pudo distinguir quién era un verdadero paciente y quiénes eran actores. A finales del rodaje, las celebridades prácticamente se mudaron al hospital e incluso durmieron en las mismas camas que sus personajes. Pronto, los productores comenzaron a preocuparse seriamente por su salud mental.