La actriz tuvo solo noviazgos y relaciones de corto tiempo, seguidos por una matrimonio fallido luego de que su marido la engañara. Un largo y tortuoso camino que hoy ha terminado bien.
Es una de las actrices más reconocidas de los últimos 20 años. Apenas alcanzó el estrellato a mediados de los 90s, Sandra Bullock nunca más se alejó del inconsciente colectivo. Su rostro y amable y su carisma relajado la volvieron una actriz realmente adorada.
Desgraciadamente, el cariño del público no se vio reflejado en su vida personal. Sandra nunca lo ha tenido fácil a la hora de formar y mantener relaciones; en muchas casos, a pesar de que haga su mejor esfuerzo por lograrlo.
Tuvo relaciones con varios actores muy famosos de la época, como Matthew McConaughey y Ryan Gossling. También tuvo una relación de 2 años con el actor Tate Donovan, la que se acabó sin que ninguna de las dos partes diera demasiados detalles a la prensa.
Luego vino su primer matrimonio, con el conductor de televisión y empresario, Jesse James. La gente decía que ambos eran una mala pareja, que no tenían nada en común ni parecían hechos para estar juntos. Ella siempre respondió a esto diciendo que los juzgaban basándose solo en las apariencias.
Este fue un poco común caso en que el público sabía
más que las mismas personas que estaban en la relación. Luego de cinco años de matrimonio, Sandra decidió romper la relación cuando se enteró que James le había sido infiel.
Recién divorciada, Sandra adoptó a su dos hijos, Louis y Laila, dedicándose por completo a ellos. Pero fue cuando no se encontraba en busca del amor cuando lo encontró: en una sesión de fotos, conoció al fotógrafo Bryan Randall.
Han estado juntos desde el 2015. Medios como Bored Daddy han destacado lo que Sandra considera el secreto de su buena relación: Bryan es muy amable, especialmente con los hijos de Bullock, quienes lo adoran.
Sandra incluso ha dicho que ella y Bryan Randall son almas gemelas. Un gran final para una complicada historia amorosa