En la búsqueda de la felicidad, a menudo recurrimos a distintas “recetas” nacionales sobre cómo adquirir la armonía espiritual: hygge, lykke, sisu. El sistema sueco “lagom” está en la misma sintonía, pero destaca favorablemente por ser práctico. Esto no es tanto un himno motivador a una vida feliz, como un conjunto de recomendaciones muy concretas que ayudarán a despejar de manera efectiva el hogar, el horario y la conciencia para que la felicidad deseada tenga su propio lugar donde establecerse.
Recopilamos 35 principios de los habitantes de Suecia, gracias a los cuales su país ocupa constantemente los primeros puestos en el “ranking mundial de felicidad”. El autor de este artículo comprobó todos los puntos sobre sí mismo y quiere destacar que la receta sueca de felicidad es relevante también para otros países.
La esencia de la filosofía es “lagom”
En el sentido lingüístico, la palabra “lagom” significa moderación. Es una sensación de plenitud: no te falta nada y no experimentas ninguna escasez aguda (y aquí no hablamos solo de las cosas materiales). Lagom es el resultado de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, cuidando la naturaleza, el minimalismo razonable y un estilo lacónico sueco.
Y tampoco se trata de “estar satisfecho con poco”. Más bien, versa sobre el daño de una carrera constante por obtener algo más. Después de todo, es el deseo de poseer algo más allá de nuestras necesidades reales lo que nos hace pasar muchas horas en el trabajo y luego comprar cosas innecesarias que simplemente no tenemos tiempo de disfrutar.
Los principios de lagom ayudan a ordenar la vida en todos sus aspectos, para al fin y al cabo respirar libremente y tener tiempo y oportunidad de sentir la felicidad tan largamente esperada.
Lagom, en el interior
- Ubica los muebles a una cierta distancia el uno del otro, de modo que entre ellos quede “aire”, y la mirada pueda permanecer en cada uno de ellos contemplando su belleza.
- En vez de cuadros y posters, coloca en la pared imágenes de paisajes que admirabas durante las vacaciones con el fin de trasladarte mentalmente a estos días sin preocupaciones.
- En vez de utilizar moquetas, las cuales resultan complejas de limpiar correctamente, opta por alfombras de tela, fáciles de sacudir en la calle, lavar en la máquina, llevarlas a la tintorería o simplemente sustituirlas.
- Para llenar la casa de luz natural, opta por unas cortinas de tela transparente, y para las paredes, tonos blancos y grises.
- Al oscurecer, enciende velas: estas llenan de calidez el alma.
- Los suecos son maestros de la zonificación, porque, según ellos, solo en una casa bien pensada uno puede relajarse. Piensa en tus necesidades y dedica una zona (aunque sea bastante pequeña) a cada tipo de actividad.
Lagom, en la limpieza
- Para reducir gradualmente el número de cosas, una vez por semana retira algo de cada habitación.
- Comprando cada cosa nueva, deshazte de dos viejas.
- Cuando ordenes el armario, quita la ropa de las perchas y retira cinco de éstas y luego ordena las cosas dependiendo del grado de necesidad de las mismas. Lo que se quedó sin percha, no ocupa lugar en casa.
- No permitas que aparezcan “puntos calientes” (hot spots), donde suelen acumularse los trastos. Coloca allí un cesto y guarda allí esas cosas, y cuando éste se llene, ordena los objetos, devolviéndolos a sus lugares.
- Con los papeles, sigue la reglas de “un toque”: en cuanto hayas tocado un documento, guárdalo, lleva a cabo las acciones necesarias (por ejemplo, paga la factura) o deshazte de éste.
Lagom, en la cocina
- Para ahorrar tiempo en la cocina, elabora un menú para toda la semana. Planifica para los días laborables platillos sencillos (e incluso un platillo para dos días).
- Congela los alimentos para usarlos más adelante, incluso bebidas (en bolsas herméticas). En los moldes para el hielo es cómodo congelar verduras para el aliño y la crema para las salsas.
- Cocina, teniendo en cuenta la temporada, optando por productos de origen local, desde los vegetales hasta la miel. Esto es más económico y saludable.
Lagom, en el trabajo
- Empieza a levantarte media hora antes para evitar las prisas y para obtener una sensación de control sobre el tiempo y seguridad en ti mismo.
- Por las mañanas, toma sin prisas un té o una infusión de tu taza favorita y prepárate para un día productivo.
- Si la naturaleza del trabajo te lo permite, planifica irte un poco antes de lo habitual: sabiendo que te irás antes, empezarás a trabajar de una manera más eficiente.
- Tómate con tus compañeros de trabajo un momento de descanso para tomar café, los suecos los llaman “fika”: mejora la atmósfera en la oficina y aumenta la eficiencia laboral.
Lagom y el descanso
- Intenta ir a la cama todos los días a tiempo.
- Después de la cena, haz “kvällspromenad”, un paseo nocturno cerca de la casa. Es una excelente manera de relajarse y prepararse para ir a dormir.
- Uno de los días libres, no planifiques nada, que sea un día para restablecer el equilibrio, un pasatiempo espontáneo y la comunicación en familia.
- Establece la tradición de hacer alguna manualidad. No es necesario que consista en algo laborioso como muebles o ropa, puedes hacer servilletas a ganchillo o dejarte llevar por la creatividad.
Lagom y la naturaleza
- Un paseo en plena naturaleza es el descanso ideal al estilo lagom. Para evitar eludir las caminatas con independencia del clima, cómprate ropa y calzado bonitos, cómodos y de calidad.
- Para continuar comunicándote con la naturaleza en casa, opta por materiales naturales en la decoración: madera, lana y metal.
- Adquiere plantas de interior. Es bueno intercambiar sus brotes entre amigos para obtener otro motivo para disfrutar de una comunicación agradable.
- Con la mayor frecuencia posible, decora tu casa con flores frescas, hierbas y ramas.
- Siembra las semillas de plantas no muy exigente (hortalizas y especias) en las macetas, cuídalas y luego aprovecha los resultados de tu trabajo cuando prepares los platillos.
Lagom y la actitud hacia la vida
- La pregunta “¿soy feliz?” es mejor sustituirla con la de “¿estoy satisfecho con mi vida?”. Una fijación en la felicidad puede desencadenar la desilusión.
- Aprende a cuidarte a ti mismo sin percibirlo como egoísmo: un descanso completo, momentos para la soledad, el rechazo a cualquier tipo de límites muy estrictos, todo eso no es un capricho, sino una necesidad.
- Asimila que en la vida siempre hay un pequeño desequilibrio. A veces, hace trabajar más, otras, no te da tiempo a hacer nada. Deja de intentar controlarlo todo. Relájate.
- Elimina los residuos de tu cabeza: reduce el tiempo que pasas en línea, renuncia a las suscripciones por correo electrónico y ve menos la televisión.
- Opta por la calidad de la comunicación en vez de su cantidad: reemplaza las redes sociales y los servicios de mensajes instantáneos por reuniones en vivo con familiares y amigos.
- Encuentra tiempo para tus actividades favoritas, ya sea la pastelería, decoración de la casa o cantar en un coro. Cualquier cosa que sea, lo importante es que te aporte alegría y auto-realización creativa.
En general, en todos estos consejos no encontraremos nada inusual: se trata de una especie de filosofía hogareña del pueblo sueco, la sabiduría de muchas generaciones pulida tras el paso de siglos y siglos. Pero son cosas sencillas de las que no nos damos cuenta en la carrera que nosotros mismos nos organizamos en nuestra vida cotidiana.
Y lagom nos hace acordarnos de ellas. Y también organizar la vida de tal manera que contemos con tiempo y energía suficientes para estas cosas simples.
¿Y qué principios de la filosofía de una vida feliz a la sueca tienen repercusión en tu alma?