Escondido entre los inmensos picos del Himalaya y rodeado de vegetación y monasterios se encuentra Bután, un país asiático que ha ganado popularidad en el mundo por la peculiar forma en la que vive su gente. Sin semáforos, considerando la felicidad como algo de suma importancia y con el budismo como la base de todo; esta nación parece ser única, haciendo que sus visitantes sientan que el tiempo no ha transcurrido allí desde hace mucho.
Hemos recopilado algunas curiosidades sobre este país para que descubras por qué debe estar en tu lista de lugares a visitar en tus próximas vacaciones por Asia.
1. La felicidad es su base
En 1971, el Cuarto Rey Dragón de Bután, Jigme Singye Wangchuck, creó el término de Felicidad Nacional Bruta luego de considerar que el crecimiento de una nación no puede darse solo en el plano económico, sino que necesita ir de la mano con el sentimiento de alegría de sus personas. Así, año con año desde entonces, se realiza una medición oficial en la que se toman en cuenta cuatro pilares: crecimiento socioeconómico equitativo, preservación y promoción de la herencia cultural y espiritual, conservación del medio ambiente y un buen gobierno que sea complementario y consistente.
El concepto ha sido adoptado por otras naciones, aunque todavía no de forma oficial, pues en el caso de Bután, se encuentra en su constitución y es más relevante que el producto interno bruto.
2. Más educación y cultura, menos pobreza
Economistas del mundo han volteado a ver a Bután luego de que lograra disminuir en 10 años el porcentaje de pobreza extrema pasando de 5,9 por ciento en 2007 a un 1,6 por ciento en 2017. Cifras como estas fueron logradas gracias a que el gobierno creó programas focalizados en las áreas con más necesidad, apoyando la agricultura, la educación y la cultura. Además, se prestó más atención a la infraestructura en áreas rurales para apoyar a que la gente del campo pudiera comercializar sus productos.
3. No tienen semáforos, ni siquiera en la capital
A pesar de estar creciendo, este país de solo 807 610 habitantes ha tratado de no dañar el increíble escenario en el que está. Por esta razón, muchos de sus caminos son sencillas carreteras que no necesitan semáforos. Ni siquiera en la capital, Timbu, la única señal de este tipo que podrás encontrar será un policía dirigiendo el tráfico desde una cabina bastante peculiar.
4. La arquitectura está basada en la paz y la armonía
En Bután, no encontrarás edificios altos o modernos, pues la arquitectura mantiene la tradición del dzong, una especie de fortaleza característica de las áreas tibetanas y budistas que cuida la armonía con la naturaleza, dando un aspecto tranquilo y de paz. Tanto los monasterios, como los edificios públicos siguen esta línea, mientras que los hogares son pequeñas casas de madera, todas bajo las mismas reglas de construcción en las que no se permiten varillas, y de las que ni siquiera se necesitan planos, pues todas son iguales.
5. La llegada de turistas está controlada
Aunque se está volviendo popular, Bután quiere evitar que lleguen demasiados turistas, sobre todo aquellos considerados como de bajo presupuesto. Es por ello que el gobierno hizo alianzas con algunas compañías de viaje y es a través de estas que la gente puede organizar su visita al país. Para hacerlo, el primer requisito es poder gastar al menos 250 dólares al día (incluyendo hospedaje y comidas), dinero que es depositado a una cuenta del Consejo de Turismo de Bután, encargado de pagarle después a la agencia con la que ha sido contratado el viaje.
6. De las familias reales más queridas
El rey Khesar Namgyel Wangchuck, la reina Jetsun Pema y su hijo, el pequeño príncipe Jigme Namgyel Wangchuck gozan de gran popularidad entre su gente gracias a la cercanía que han tenido. La historia de amor de esta pareja comenzó cuando él tenía 17 y ella 10, edad en que él la vio y le dijo que cuando fuera mayor de edad, le gustaría casarse con ella. Tiempo después, Khesar tomó el trono y se casó con la mujer que había amado siempre, razón suficiente para que el pueblo de Bután les rinda respeto y cariño. Además, el padre del rey es recordado por haber impuesto la democracia, restándole poder a su propia familia por el bien de Bután.
7. Los monasterios se usan para compartir historias y organizar juegos
Una de las razones por las que la gente quiere visitar Bután es por sus increíbles monasterios budistas, incluyendo claro, Taktshang, localizado en la ciudad de Paro y considerado uno de los más impresionantes del mundo.
Estos lugares no solo sorprenden por su arquitectura y por la manera en la que se encuentran conectados con las montañas, sino también por la vida que hay dentro pues, en muchos de ellos, puedes ver a la gente local contándose historias y conviviendo con diferentes actividades.
8. Los Himalaya como escenario
La cordillera del Himalaya cruza Nepal, China, India y, claro, Bután, desde donde se puede apreciar la magnificencia de este conjunto de montañas. Y ese es justo uno de los atractivos de este país ya que, a donde sea que vayas, te acompaña la vista única de picos de hasta 7 mil metros de altura, a veces, vestidos por la nieve.
Gracias a que la arquitectura se mezcla con el entorno, no es un problema poder disfrutar de estas postales de la naturaleza, una de las razones principales por las que los turistas se quedan encantados con él.
9. Único país libre de exceso de dióxido de carbono
La naturaleza en Bután es respetada al grado de que el 70 por ciento de su extensión sigue siendo área boscosa. Esto es de gran importancia, ya que es el único país en el mundo que produce menos dióxido de carbono del que sus áreas verdes pueden absorber, es decir, logra deshacerse de todo este gas, el cual es uno de los causantes del cambio climático. Gracias a esto, uno de los tours que puedes realizar es el de recorrer zonas montañosas, conocer el jardín botánico y hasta acampar en el poblado de Punakha, disfrutando de una vegetación única y el aire más puro que pueda haber.
10. Una gran reserva ecológica
Los esfuerzos del gobierno de Bután por cuidar del medio ambiente han dado frutos y hoy, el 60 por ciento de su territorio es considerado una reserva ecológica. Por esta razón, se ven obligados a cuidar no solo de la enorme flora, sino también de la fauna.
En sus montañas y bosques viven cientos de especies como leopardos, pandas rojos, cabras azules del Himalaya y hasta tigres. Por cierto, con estos últimos te puedes topar en cualquier momento, pues son muy comunes en cualquier parte del país. El animal nacional es el takín, mamífero que solo se encuentra en esta parte del Himalaya.
11. Aman el picante
Así de tranquila como se ve su gente, ha nacido con una tolerancia al picante bastante alta, al grado de que en ninguna de las tres comidas del día puede faltar algún platillo que pique. Entre la comida típica que se puede encontrar en Bután está el queso con picante y, como ellos mismos presumen ante el mundo, es imposible que toquen su plato si lo que tienen enfrente no cumple los estándares de picor.
12. La religión se enseña en casa
A diferencia de muchas culturas occidentales, en Bután la religión no se aprende o se fomenta en la escuela. En su constitución está establecido que, tanto sus habitantes, como la gente que los visita, puede practicar la creencia que desee. Sin embargo, el 75 por ciento del país es budista, filosofía bajo la cual se rigen en la vida diaria.
13. El deporte nacional
Esa misma pasión que alguien siente por su equipo de fútbol, la gente de Bután practica tiro con arco, su deporte nacional desde 1971. Los habitantes del país aprenden desde muy pequeños a manejar el arco y la flecha. Además de haber torneos entre villas en los que todo el mundo sale a apoyar a su favorito, su práctica se realiza durante eventos importantes, como festivales, ceremonias religiosas y otras festividades.
14. La naturaleza a su favor
Cuidar del medio ambiente tiene sus recompensas, y para Bután, una de ellas es que pueden aprovechar de forma sustentable sus recursos. Por si te preguntabas cuáles son las industrias que más han crecido en los últimos años, te contamos que una de ellas es la hidroelectricidad. Esta se genera gracias a los ríos que los rodean. Otra de sus industrias es la manufactura de productos hechos con bambú, desde mochilas, hasta sombreros y tapetes.
15. Así celebran a la naturaleza
Bután cuenta con 50 especies de azaleas, y para celebrarlo, cada año realizan un festival que da la bienvenida a la primavera y agradece por la biodiversidad con la que cuenta el país. El festival de los rododendros, nombre con el que también se le conoce a esta flor, se realiza en el jardín botánico Lampelri. Allí la gente realiza bailes con máscaras, disfruta de la comida local y acampa.
16. Fumar y beber está controlado
El gobierno de Bután se ha mantenido estricto en el uso del tabaco y alcohol. Aunque en los últimos años ha retirado la prohibición total que había, todavía no se puede hacer en lugares públicos o cerca de la gente que no los consume.
En el caso del cigarrillo, está prohibido producirlo en el país, así como promoverlo a través de publicidad de cualquier tipo y su venta está controlada por el gobierno. Las bebidas alcohólicas se limitan a ciertos licores y cerveza local. Además, si eres turista y deseas llevar tu propio tabaco, deberás pagar un impuesto de 200 por ciento de su valor comercial.
Ahora que ya conoces más de Bután, ¿te gustaría visitarlo?