Se suele decir que una persona es longeva cuando supera el límite de los 100 años. Aunque para algunos ni siquiera ese es el límite. Los genetistas están estudiando de cerca estos casos para comprender qué diferencia a los longevos de las personas comunes. Y realmente encontraron algunas características en común.
Nos interesan las nuevas teorías médicas. Especialmente si pueden ayudar a prolongar la vida. En esta oportunidad hemos recopilado para ti una lista de características que tienen en común la mayoría de las personas longevas. Algunas de ellas son innatas, pero otras son de lo más aplicables para cualquiera de nosotros.
1. Predisposición genética
“Mi abuela tiene 92 años. Me regaló un cuadro en el que estoy retratada con mi gato favorito”.
Los genes son lo primero en lo que los científicos se interesan cuando se trata de las personas longevas. Y aunque no se han encontrado unos “genes de longevidad” específicos, existen algunas similitudes entre estas personas. La mayoría de los que superaron la frontera de los 100 años tienen parientes cercanos que también han vivido una larga vida. Por ejemplo, en la familia de Jeanne Calment, hubo personas longevas durante 5 generaciones.
Además, los científicos descubrieron una serie de mutaciones genéticas similares que se han encontrado en personas que han vivido durante 100 años o más. Quizás es por eso que la edad biológica de estas personas es de 10 a 30 años menor que la cronológica.
2. Alimentación moderada
Un peso normal y una nutrición modesta, son las dos cosas que distinguen a todos los longevos. Los japoneses, entre los que está el mayor porcentaje de personas centenarias, tienen la opinión popular de que solo hay que llenarse en un 80 %, es decir que hay que levantarse de la mesa con un poco de hambre. Los longevos conocidos de otros países confirman esta teoría: no todos comen de una manera perfectamente saludable, pero el índice de masa corporal de cada uno de ellos estaba incluso ligeramente por debajo de la norma.
3. Dietas mediterránea y japonesa
La esperanza de vida más larga es la de los habitantes de Japón, y la mujer más anciana del mundo vivió en el sur de Francia. Los nutricionistas han reconocido que estos lugares del planeta son los más benéficos en términos de la dieta. Los japoneses consumen mucho pescado y mariscos, los franceses, el aceite de oliva, y muchas verduras y frutas. Todo eso es mucho más útil que las carnes rojas asadas, las salsas grasosas y otros platos que son populares en muchos países.
4. Actividad social
Los longevos se destacan por la ausencia de los cambios mentales característicos de las personas de su edad. No sufren de la enfermedad de Alzheimer u otro daño cerebral. Muchos científicos creen que, junto con la genética, la preservación del cerebro garantiza su actividad en la sociedad. Por ejemplo, la estadounidense Gertrude Weaver asistió a clases para jubilados incluso después de cumplir 115 años. La mayoría de los longevos continúan trabajando y participando en las actividades sociales hasta una edad muy avanzada.
5. Ejercicio regular
El ejercicio físico constante realmente ayuda a prolongar la vida significativamente, y aquellos que han superado la frontera de más de 100 años son una confirmación de este hecho. La mayoría de ellos hacía deportes desde su juventud y mantuvo este hábito en la vejez: por ejemplo, Jeanne Calment montó en bicicleta y practicó la esgrima hasta los 100 años.
6. Actividad intelectual
Con la edad, mantener la actividad intelectual se vuelve más difícil, sin embargo, aquellos que viven mucho tiempo y permanecen en su sano juicio continúan haciéndolo hasta una edad muy avanzada. Casi todos los centenarios mantuvieron una conciencia clara hasta la muerte: los investigadores registraron que incluso a los 115 años, muchos de ellos podían resolver problemas matemáticos y leer libros bastante complejos. La falta de actividad intelectual acelera el envejecimiento del cerebro y contribuye al desarrollo de problemas en su trabajo.
7. Comunicación con personas más jóvenes
Los científicos han descubierto que en la edad adulta, la comunicación con los jóvenes tiene un efecto positivo en el estado psicológico y permite sentirse más joven. Las personas que trabajan mucho o se comunican con aquellos que son más jóvenes, muchas veces se sienten mejor que sus contemporáneos.
Además, la comunicación con la generación más joven hace que te sientas más necesario y significativo. Hablando de la longevidad, Marie-Simone Capony, que vivió 113 años, nunca tuvo hijos, pero crió a sus sobrinos y sobrinas, y también trabajó como bibliotecaria hasta una edad muy avanzada y amaba comunicarse con las personas.
8. Rica vida espiritual
Casi todos los centenarios creían en Dios y eran devotos de algún tipo de religión. Los científicos lo confirman: el desarrollo de la espiritualidad realmente puede prolongar la vida. Al mismo tiempo, no tiene ninguna importancia si una persona es católica o budista; no es la religión en sí lo que ayuda, sino ante todo la comunidad social que sienten las personas religiosas. Aquellos que participan activamente en la vida de su comunidad u organización religiosa por regla general tienen un círculo de contactos bastante amplio. A la vez, las personas que tienen cerca otras personas afines a ellas se sienten más felices, experimentan menos estrés y tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.
9. Trabajo al aire libre
Muchos de los que vivieron 100 años o más, hacían trabajo físico y pasaban mucho tiempo en la naturaleza. Los científicos descubieron que en una región de Grecia donde la agricultura y el pastoreo de ovejas eran los tipos de actividad predominantes, había muchos más longevos que en otras partes del país. La misma situación es típica en otros países, como Italia.
Lo más probable es que el ejercicio regular, la buena ecología y la nutrición moderada ayudaron a estas personas a mantenerse en forma y vivir más tiempo que sus compatriotas. Además, trabajar la tierra reduce el estrés, mejora el bienestar y aumenta la autoestima. Y para lograr eso no es necesario cambiar radicalmente el alcance de las actividades: basta con adoptar la jardinería como pasatiempo.
Bono: después de los 80 años, el riesgo de desarrollar cáncer y enfermedades cardíacas se reduce
Al estudiar a los centenarios, los científicos llegaron a un descubrimiento curioso: es posible que a partir de un cierto punto la edad en sí sea la que les ayuda a vivir más tiempo. Los hígados longevos no se mueren de cáncer o de un ataque cardíaco, sino de causas naturales. Aquellos que superaron la marca de los 80 años desarrollan tumores malignos o enfermedades del sistema cardiovascular con mucha menos frecuencia. Y son precisamente estas dos las causas de muerte más comunes de personas de todo el mundo.
Tener una vida larga es el sueño de muchos. Pero, a juzgar por la experiencia de aquellos que tienen 100 años o más, volverlo realidad depende de nosotros en un 50 %. ¿Tienes amigos o familiares que han vivido una vida muy larga?